Demanda de crédito impulsa a las fintech de préstamos | El Nuevo Siglo
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Miércoles, 25 de Mayo de 2022
Redacción Economía

El crédito ha tenido una evolución en el país. En el 2010, según información de Asobancaria, la cartera por este rubro en el país era de $179 billones y en el 2020 llegó a $524 billones, lo que se traduce en una multiplicación por tres en la última década.

Según Daniel Materón, CEO de RapiCredit, “el uso del crédito ha llegado a poblaciones donde solo la oferta del ‘paga diario’ era su única opción, y se ha convertido en una opción permanente a través de la cual no solo resuelven sus necesidades, sino también construyen un historial crediticio, base para la incorporación a todo el sistema de consumo a partir del crédito en Colombia”.

El crecimiento en el uso de esta herramienta financiera ha sido generalizado en todos los niveles socioeconómicos. Si bien hace años se asociaba el crédito bancario con los estratos sociales altos del país, ahora es transversal a todos los estratos. Según Experian Datacrédito, el 70,4% de los préstamos son otorgados a personas estrato 1, 2 y 3; siendo los dos primeros estratos los que más crecen.


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Estos cambios en el comportamiento se deben al acceso que han dado al crédito compañías como RapiCredit, fintech de lending con ocho años de operación en Colombia, que ha enfocado sus esfuerzos en entregar hasta ahora más un millón 500 mil préstamos, de manera online, a las personas de menos recursos, convirtiéndose en una de las compañías de mayor capacidad de originación, incluso comparada con la banca.

Además, agrega que “esto se nota en nuestra compañía, pues duplicamos nuestra operación cada seis meses y hoy en día somos los segundos colocadores de créditos a nivel nacional. El mismo hecho de ser elegidos por los clientes para sus necesidades crediticias ha traído consigo una educación financiera que se produce a partir de la disciplina del pago. Nuestros modelos de decisión determinan la capacidad de endeudamiento de nuestros clientes, y de esta manera evitamos un sobreendeudamiento que afecte su obligación de pago y por ende su historial crediticio, que, en la mayoría de los casos, está apenas en construcción”.