La Organización Meteorológica Mundial (OMM) elevará la criosfera a una de sus máximas prioridades, habida cuenta de los efectos cada vez mayores de la disminución del hielo marino y del deshielo de los glaciares, las capas de hielo, el permafrost y la nieve en el aumento del nivel del mar, los peligros relacionados con el agua y la seguridad hídrica, las economías y los ecosistemas.
El Congreso Meteorológico Mundial, máximo órgano decisorio de la OMM, aprobó una nueva resolución en la que se pide una mayor coordinación de las observaciones y predicciones, del intercambio de datos, de la investigación y de los servicios. En ella, se propone intensificar las actividades, así como aumentar la financiación con cargo al presupuesto ordinario y a fondos extrapresupuestarios.
Delegados de todo el mundo expresaron su preocupación por el hecho de que lo que ocurre en las zonas polares y de alta montaña afecta a todo el planeta, en particular a los pequeños Estados insulares y a las zonas costeras densamente pobladas.
“La cuestión de la criosfera es un tema delicado no solo para el Ártico y el Antártico, sino que es una cuestión de alcance mundial”, afirmó el secretario de la OMM, Petteri Taalas.
Sue Barrell (Australia) y Diane Campbell (Canadá), copresidentas del Grupo de Expertos del Consejo Ejecutivo de la OMM sobre Observaciones, Investigaciones y Servicios Polares y de Alta Montaña, expusieron las dificultades y señalaron que es necesario adoptar medidas urgentes.
Más de mil millones de personas dependen del agua procedente del deshielo de la nieve y los glaciares, transportada aguas abajo por las principales cuencas fluviales del mundo. Por consiguiente, los cambios irreversibles en la criosfera mundial repercutirán en las estrategias de adaptación y el acceso a los recursos hídricos.
El permafrost del Ártico se está fundiendo y es un “gigante dormido” de los gases de efecto invernadero. Contiene el doble de carbono que la atmósfera actual. El deshielo de las montañas y del permafrost del Ártico aumenta el riesgo de peligros naturales en cascada.
- Le puede interesar: Desarrollan catalizador que produce hidrógeno limpio a partir del agua
La fusión del manto de hielo de los glaciares, Groenlandia y la Antártida representa alrededor del 50 % del aumento del nivel del mar, que se está acelerando. Esto está teniendo efectos cada vez mayores y en cascada en los pequeños Estados insulares en desarrollo y en las zonas costeras densamente pobladas.
Los cambios en la criosfera en las zonas montañosas están provocando un aumento del riesgo de peligros como desprendimientos de rocas, desprendimientos de glaciares y crecidas. Por ejemplo, el Pakistán ha estudiado más de 3 000 lagos glaciales, de los cuales 36 eran potencialmente peligrosos y presentaban un alto riesgo de desbordamiento. En 2022 se produjeron en el país numerosos desbordamientos de lagos glaciales y crecidas repentinas; ese año se registraron calores extremos y prolongados en marzo y abril y crecidas devastadoras en septiembre y octubre.
Es necesario coordinar las actividades de los Miembros en la Antártida para satisfacer las necesidades de datos y servicios meteorológicos y de vigilancia del medio ambiente e investigación climática.
En la Resolución se pide una mayor inversión y movilización de actividades mucho más allá de la comunidad de la OMM. Asimismo, se establecen las prioridades de alto nivel y las medidas propuestas, que están relacionadas con las metas a largo plazo de la OMM:
Comprensión del carácter acuciante de los riesgos emergentes mundiales y regionales derivados de la evolución de la criosfera en un clima cambiante e inclusión de este en los planes de trabajo de los órganos de la OMM y en los marcos mundiales.
Optimización de los mecanismos técnicos de colaboración y coordinación para contribuir a la mejora de la prestación de servicios por parte de los Miembros con el fin de abordar deficiencias importantes en las regiones polares y de alta montaña, en todas las escalas.
Perfeccionamiento de las predicciones del sistema Tierra mediante la eliminación de las deficiencias en las observaciones polares y de alta montaña, la mejora del intercambio de datos y el uso de modelos numéricos mejorados que integren la investigación sobre los procesos criosféricos.
Las asociaciones y la colaboración con partes interesadas externas y relacionadas con la investigación fomentan el intercambio de conocimientos y amplían la capacidad actual para prestar servicios, de forma pertinente a nivel regional.
El aumento del nivel del mar, el hielo y los glaciares son algunos de los indicadores climáticos que la OMM y el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) monitorean. En el informe de la OMM Estado del clima mundial en 2022 se hizo hincapié en el rápido cambio observado.
Los glaciares de referencia (de los que disponemos de observaciones a largo plazo) experimentaron un cambio de espesor medio de más de −1,3 metros entre octubre de 2021 y octubre de 2022. Se trata de una pérdida mucho mayor que el promedio del último decenio. La pérdida de espesor acumulada desde 1970 es de casi 30 metros.
En los Alpes europeos, el deshielo de los glaciares alcanzó máximos históricos debido a una combinación de poca nieve invernal, una intrusión de polvo sahariano en marzo de 2022 y las olas de calor que se produjeron entre mayo y principios de septiembre. Entre 2021 y 2022, los glaciares suizos perdieron el 6 % de su volumen de hielo y, entre 2001 y 2022, un tercio.