Todos los dados en el aire por el futuro inca | El Nuevo Siglo
PERÚ CIERRA hoy una campaña política muy polarizada y son dos modelos políticos distintos los que se enfrentan en las urnas.
/AFP
Domingo, 6 de Junio de 2021
Giovanni Reyes

MÍNIMO CON una cobertura para los siguientes cinco años en el cargo, es indiscutible que el nuevo o nueva presidente se juega la perspectiva de su mandato en las votaciones peruanas de hoy. Se trata de una nación que, junto a República Dominicana, había mantenido las más altas tasas de crecimiento económico en la región latinoamericana, al menos desde 1998 hasta antes de la pandemia actual, esto es, 2019.

Ese es el primer rasgo de la elección: incertidumbre. Los dados están literalmente en el aire. Este es el escenario que plantean las tendencias y los datos últimos de las encuestadoras. Aquí, no obstante, se hace necesaria una primera precisión. Las encuestas pueden establecer una tendencia, pero están sujetas a factores que deben considerar las “agrupaciones silenciosas”, las mismas que hace ya 31 años, en 1990, le dieran el triunfo al ingeniero Alberto Fujimori, por sobre el candidato conservador Mario Vargas Llosa.

En relación con los anteriores planteamientos se tiene que, de conformidad con los últimos datos publicados de la empresa IConn Perú, quien aventaja los sondeos es Pedro Castillo, “El Profe”, la opción más a la izquierda. Con ello dejaría en segundo lugar a Keiko Fujimori, a todas luces la representante de los sectores más a la derecha. Las cifras que se proyectan en simpatías de votación para Castillo y Fujimori son de 42,2% y 37,4%, respectivamente. 

Sin embargo, nótese algo indispensable: el 16% de los votantes, de lo que se reconocería como la población electoralmente activa, apta para votar, se declara indeciso.

Esa es la esperanza que tiene Fujimori en cuanto a poder dar la remontada respecto a la primera vuelta. Para Keiko las segundas vueltas han resultados especialmente amargas luego de haber perdido en ellas a partir de contar con una victoria indiscutible en la primera ronda de votación, en dos oportunidades.

¿Voto castigo y útil?

Como ha sido prevaleciente en otras votaciones, incluyendo no sólo a países latinoamericanos, sino también al Estados Unidos de Trump y Biden: muchos de los votos pueden obedecer, no a la simpatía hacia un candidato, sino debido a la pragmática opción que combina voto castigo con voto útil. De esa manera, han surgido varios gobernantes. En el mismo Perú, el caso de Fujimori (1990), Alejandro Toledo (2001), Alan García (segundo período presidencial a partir de 2006) y Ollanta Humala (2011).

Dados los últimos cambios en la presidencia del Perú, en donde se han tenido hasta 3 mandatarios en un año, se hace difuso determinar lo que sería el voto castigo. Los procesos han sido rocambolescos. No obstante, el miedo jugaría un papel determinante.

De esa cuenta, se estaría votando por Castillo, a fin de impedir la llegada de Keiko Fujimori. Como se recordará, en nombre de la pacificación del país durante los aciagos años 90, el padre de la actual candidata utilizó métodos cruelmente represivos. Fujimori padece cárcel a partir de ello, sin mencionar los galopantes niveles que llegó a tener la corrupción en el país.


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Por otro lado, se votaría por Fujimori como mecanismo para evitar la llegada de Castillo al poder Ejecutivo peruano. Los temores se basan en los riesgos -hoy tan de moda- de señalar los abismos en los cuales el denominado “socialismo del Siglo XXI” o lo que eso representa, dieron como resultado la grave crisis humanitaria del pueblo venezolano. 

A falta de propuestas personales, los políticos tradicionales señalan los defectos del otro, las supuestas incapacidades y los peligros a los que el país completo se verá abocado. Vea los abismos, allí están los inmensos desniveles del infierno, persígnese y vote por mí. 

Respecto a ello, las exclusivas patentes no sólo son latinoamericanas. Todo hay que decirlo. También compiten países más desarrollados, tales como el Reino Unido de Boris Johnson, y los Estados Unidos que el martes 8 de noviembre de 2016 eligieron a Trump. Ambos líderes comparten exclusivos estilos en la preparación de bebidas espirituosas.

En la dinámica actual de trueque de inculpaciones, Pedro Castillo se monta en la ola de culpabilidades sobre el modelo de país y más en particular, el patrón de crecimiento económico peruano. Es una realidad que actúa como denominador en muchos países de la región: las cifras macroeconómicas y la constatación de complejos modelos econométricos responden a un esperanzador tablero de promedios y cifras globales.

Sin embargo, esos mecanismos y sus beneficios no se perciben en grandes conglomerados sociales. No se distinguen por los de a pie, en la calle. Las inculpaciones tienen como blanco el trasplante de medidas neoliberales que ha calado fuerte en rutinas que han desembocado en mercados excluyentes.

Fantasmas

No hay duda de que densos fantasmas se pasean sobre Perú. Opciones de correr a lo desconocido, proyecciones certeras de represión, amenazas de crecimientos económicos que profundizan las inequidades y las marginaciones. Como si esto no fuera poco, con los casi 180.000 muertos peruanos, ahora reconocidos, el país ocupa el primer lugar mundial en cuanto a fallecimientos por tamaño de la población. 

En esa dinámica se tiene la presencia de las dos opciones, Castillo y Fujimori.  ¿Dos sendas dirigiéndose al despeñadero? “Para la verdad el tiempo, para la justicia, Dios”, suelen decir los indígenas guatemaltecos con su consolidada herencia de mayas milenarios. El proceso para dirimir el futuro inmediato de Perú pasa, indiscutiblemente por los resultados electorales que conoceremos, se espera, esta noche.      

* Ph.D. University of Pittsburgh/Harvard

Profesor Titular, Escuela de Administración de la Universidad del Rosario

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