Las autoridades sanitarias de la ciudad china de Shanghái realizarán todos los fines de semana cribados masivos de COVID-19 entre la población, en una medida que se extenderá al menos hasta finales de julio y que implicará nuevos confinamientos en caso de que se detecten casos.

Un responsable local, Zhao Dandan, ha explicado que aquellos complejos residenciales donde se detecten casos quedarán bloqueados en la semana posterior a la realización de las pruebas y que este confinamiento sólo se levantará una vez que todos los vecinos hayan dado negativo, según la agencia Bloomberg.

Shanghái ya vivió dos meses de aislamiento para contener el brote más grave de COVID-19 desde el inicio de la pandemia, pero el levantamiento parcial de las restricciones ha supuesto un repunte de los contagios, lo que ha vuelto a poner en tela de juicio la política de 'casos cero' que intenta aplicar China a toda costa.

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Las autoridades siguen también atentas a la evolución de la pandemia en Pekín, donde también se ha detectado un repunte de los contagios, en parte por un brote vinculado a un bar y que acumula ya más de 200 casos. También en la capital se han realizado pruebas generalizadas para rastrear otros posibles positivos.