- Subcontinente más golpeado en el planeta
- Vacunadas sólo una de cada diez personas
En América Latina y el Caribe sólo una de cada diez personas se ha vacunado contra el covid-19. Esa es la difícil realidad de la región más fuertemente golpeada por la pandemia a nivel mundial. A hoy suma más de 1,2 millones de fallecidos y 36 millones de contagios. En mortalidad supera por muy poco a Europa y duplica al eje Estados Unidos-Canadá. También está muy por encima de Asia, que registra casi 560 mil muertes.
De hecho, el jueves pasado la Organización Panamericana de la Salud (OPS) al hacer un llamado al G7 (que reúne a varias de las principales potencias mundiales) para dar prioridad al subcontinente a la hora de donar mil millones de vacunas, advirtió que en la mayoría de las naciones del área la atención hospitalaria estaba al máximo de su capacidad, las variantes del virus tienen una amplia circulación y las tasas de contagios y muertes son dramáticas.
La rectora sanitaria no exagera, ya que la crisis por el coronavirus en esta región de 600 millones de personas aumenta día tras día. La directora de la entidad advirtió que en la última semana se registraron más de 1,1 millones de nuevos casos y 31 mil muertes en el todo el continente americano. Otro dato alarmante: en el último mes cuatro de los cinco países con mayor número de decesos semanales en el mundo se ubicaron en América. Una cifra más dramática: el sábado se registraron a nivel global 9.048 nuevas muertes y 354.462 contagios. En ese marco, los países con más fallecidos fueron Brasil con 2.301, India (1.576) y Colombia (589).
Paradójicamente, a diferencia de la reticencia de algunos sectores poblacionales a vacunarse en varias de las naciones más desarrolladas (que concentran el 80% de la distribución de biológicos), en América Latina y el Caribe la situación es la contraria: las personas urgen inmunizarse pero no hay cómo suplir esa angustiante demanda. Los esfuerzos de los gobiernos por adquirir vacunas y la colaboración del mecanismo Covax (de la Organización Mundial de la Salud) han permitido acelerar en el bimestre más reciente la vacunación, pero aún se está muy lejos de la llamada “inmunidad de rebaño”. Por el contrario, a diferencia de Estados Unidos o de algunos países europeos en donde está quedando atrás la emergencia e incluso el uso tapabocas, en este subcontinente asoma de nuevo la posibilidad de cuarentenas y confinamientos parciales.
Los reportes son muy preocupantes. Brasil superó la barrera de los 500 mil decesos (segundo país más afectado en el mundo después de EU) y podría sufrir una tercera ola del virus, ya que apenas el 12% de su población ya recibió las dos dosis de las vacunas. Perú (190 mil muertes) y Paraguay (11 mil) están entre los países con mayor tasa de letalidad en el planeta por cada 100 mil habitantes. La semana pasada en México (231 mil muertes) se registró un ligero aumento de casos, en tanto que en el Caribe la alerta está encendida en Cuba, República Dominicana y Trinidad y Tobago. En Centroamérica advierten un aumento de contagios en Belice, Panamá y Guatemala.
No menos complicado resulta que el hecho de que por cuenta de la vacunación (cuyo ritmo es bastante desigual) y de la mayor tasa de infección derivada de las nuevas cepas, el covid-19 está atacando cada vez más a jóvenes de entre 25 y 40 años.
¿Y Colombia? La situación tampoco es fácil en nuestro país. A pesar de estar a punto de completar 15 millones de vacunas aplicadas y casi 4,7 millones de personas ya con las dos dosis, las tasas de muertes y contagios no bajan. Llevamos más de dos semanas con decesos por encima de los 550 diarios y más de 24 mil contagios por jornada. De hecho, junio es ya el mes más crítico en toda la pandemia. Este fin de semana se estaba a punto de superar las 100 mil víctimas mortales y en próximos días se llegará a los 4 millones de casos confirmados. Es claro que los promotores de los paros, marchas y bloqueos del último mes y medio tienen una gran cuota de culpa en esta grave crisis sanitaria.
Como se ve, América Latina y el Caribe viven sus momentos más difíciles en toda la pandemia. Solo acelerar la vacunación frenará la crisis. Aunque los países desarrollados mostraron su disposición a donar mil millones de vacunas, todo sigue en promesas.