La posibilidad de un proceso de paz entre el Gobierno y el Eln empezó a abrirse camino ayer luego de que una delegación oficial, integrada por el canciller Álvaro Leyva, el comisionado de paz Danilo Rueda, el senador Iván Cepeda (presidente de la Comisión de Paz) y delegados de la ONU, Noruega y la Iglesia, viajaran a Cuba con la intención de reunirse con los delegados de ese grupo insurgente, que estarían encabezados por alias ‘Pablo Beltrán’.
Como se sabe, se busca concretar una primera reunión formal, luego de que se rompieran los diálogos durante el gobierno anterior, a raíz del atentado perpetrado por esa organización armada el 17 de enero de 2019 que causó la muerte de 21 estudiantes en la Escuela Superior de Cadetes de la Policía, en Bogotá.
Tras esa acción terrorista, se pidió a Cuba la extradición de los jefes negociadores del Eln pero esta solicitud no llegó a ninguna parte, aunque causó tensiones en las relaciones diplomáticas entre ambas naciones.
Solo hasta ahora, después de más de tres años y medio, y sin que la organización ilegal hubiera sufrido un golpe militar en el llamado “Comando Central”, se abre la posibilidad de retomar la mesa de negociación.
El ahora comandante de Eln, alias ‘Antonio García’, indicó semanas atrás que una de las alternativas era poder reiniciar las conversaciones a partir de lo informado en el comunicado del 1 de agosto de 2018.
En esta época se evaluaba la posibilidad de volver a aplicar el cese el fuego bilateral, temporal y nacional que se había llevado a cabo entre el 1 de octubre de 2017 y el 9 de enero de 2018.
Del mismo modo se trataban de desarrollar los elementos procedimentales acordados por las delegaciones y sus respectivos jefes: Gustavo Bell, por parte del gobierno, y ‘Beltrán’, por la facción subversiva.
Así las cosas, luego de más de tres años y medio de inexistencia de un proceso, son varias las inquietudes que surgen ante la posibilidad de retomar las negociaciones que se iniciaron en 2016 para “suscribir un acuerdo que le ponga fin al conflicto armado y acordar transformaciones para una Colombia en paz y equidad”.
Anoche, el canciller Leyva, tras reunirse con su homólogo cubano, indicó que espera reanudar las conversaciones con esa guerrilla, pero no se sabe todavía cuándo podría darse la primera reunión formal entre las partes.
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Temas clave
Dentro de los asuntos que están pendientes por despejar están los siguientes:
- Si el Eln va a insistir en una “convención nacional”, con diálogos regionales y sectoriales, que tengan el carácter de vinculantes, tal como lo ha reiterado esta organización desde las aproximaciones llevadas a cabo entre 1998 y 2002.
- Habiendo sido el Eln la primera facción armada ilegal en hablar de Derecho Internacional Humanitario, durante la administración de Virgilio Barco, y antes de que se formalizaran los protocolos I y II de Ginebra durante el mandato siguiente, existe también la posibilidad de que el proceso se desarrolle a partir de acuerdos humanitarios. con base en compromisos de ambas partes. Uno de los temas centrales aquí será lo relativo al secuestro.
- Históricamente este grupo insurgente ha insistido en llevar a la mesa de negociación asuntos referentes a los hidrocarburos y el medio ambiente. Ahora seguramente también lo hará sobre las características de la transición energética.
- En su momento, el Eln alcanzó a hablar de que sus contingentes deberían entrar, en una eventual negociación de paz, al Ejército. En ese sentido, insistieron en que no habría dejación de armas, sino que ellas harían parte de la defensa nacional.
- Punto central de estas conversaciones, en caso de avanzar, será el de si la matriz fundamental de la negociación será similar al procedimiento llevado a cabo con las Farc, o si tendrán identidad propia y un sello diferente. Por lo pronto, el Gobierno ha dicho que está dispuesto a cambiar el sistema previo (“nada está acordado hasta que todo esté acordado”) por uno diferente que le vaya dando salida a los acuerdos parciales y puntos de encuentro a partir de decretos o de leyes en el Congreso.
- Otro asunto por resolver es cuál podría ser el mecanismo que el Eln plantee, dentro de la llamada “paz total”, para que la salida política negociada que pretende protagonizar no quede subsumida en los procesos que este Gobierno adelante materia de sometimiento a la justicia o de acogimiento de las bandas de criminalidad organizada.
- Esencial será, también, el desarrollo de las nuevas relaciones colombo-venezolanas en materia de seguridad, puesto que el Eln se mueve a plenitud a ambos lados de la línea fronteriza. De hecho, uno de los grandes triunfos militares de esa facción, en los últimos años, fue haber logrado el carácter prevalente en la zona del Catatumbo, en Norte de Santander. Ahora, en la frontera araucana, también tiene una alta operatividad, atacando no solo a la población civil y la Fuerza Pública, sino también a las disidencias de las Farc, en alianza con las facciones de dirigía alias ‘Iván Márquez’.
- Por igual será necesario recomponer los aspectos mecánicos de la mesa de negociación. Inicialmente debe solicitarse a Cuba si se mantiene como sede principal de las conversaciones, y si hay otras satélites, como en el pasado lo fueron Venezuela, Ecuador y Chile. Tras el comunicado anoche de la Cancillería, se puede concluir que La Habana aceptará y que Noruega seguirá como país garante, en tanto que la ONU y la Iglesia apuntan a ser facilitadoras de las conversaciones.
- La posibilidad de retomar en el corto lapso el cese el fuego bilateral, sin localización de tropas, es otro de los temas que centrarán la parte inicial de las conversaciones, más aún si llega a retomarse la agenda en el mismo punto en que se encontraba en agosto de 2018, en el sexto ciclo de conversaciones con el gobierno Santos. Luego asumió el de Duque, que inicialmente suspendió el proceso y luego, tras el atentado contra la instalación policial, lo cerró de forma definitiva.
- La idea básica del Eln consiste en que la sociedad civil debe ser la protagonista prioritaria de las conversaciones. Bajo esa circunstancia no se sabe cuál sea la relación de esta premisa con el “acuerdo nacional” y los diálogos propuestos para la hechura del Plan Nacional de Desarrollo planteados por el gobierno Petro.
- También sería crucial en las conversaciones definir cuál será el rol que juegue Venezuela en el proceso de paz. No hay que olvidar que fue Caracas la sede inicial de los diálogos, con anuencia de los gobiernos de Santos y Maduro, pero luego se rompieron las relaciones diplomáticas. Ayer, sin embargo, fueron nombrados por la Casa de Nariño y el Palacio de Miraflores los nuevos embajadores, lo que marca la reanudación de las relaciones bilaterales. En tal sentido, también será clave la designación del nuevo embajador de Colombia en La Habana.
- Un tema fundamental para el arranque de las conversaciones es el relacionado con una posible reforma a la ley 418 e incluso a la propia Constitución, en lo relativo a las normas base para adelantar todo proceso de paz en Colombia. En la anterior administración se prohibieron las zonas de distensión e incluso se restringió la conexidad entre los delitos políticos con los de narcotráfico y secuestro.