EL CONGRESO de los Diputados español surgido de las elecciones del 23 de julio inició su andadura eligiendo a una socialista para presidir gracias al apoyo de los independentistas catalanes, que acercan la posibilidad de un nuevo gobierno de izquierdas dirigido por Pedro Sánchez.
Francina Armengol, de 52 años, obtuvo los votos de 178 diputados, dos por encima de la mayoría absoluta, gracias al apoyo de los siete diputados de Junts per Catalunya, la formación de Carles Puigdemont que representa al ala dura del independentismo catalán.
"Queda en consecuencia proclamada como presidenta del Congreso doña Francina Armengol", anunció Cristina Narbona, que al ser la diputada de más edad presidió la primera sesión de la nueva legislatura.
Armengol derrotó a la candidata del conservador Partido Popular (PP), Cuca Gamarra, cuyo partido fue el que logró más diputados en las elecciones de julio, 137, 16 más que el PSOE, pero cuyas posibilidades de tejer alianzas son más limitadas.
"Lo que no sabemos es hasta qué punto llegan esas concesiones, esas cesiones. Y exigimos al Partido Socialista luz y taquígrafos para que los españoles sepan qué ha cedido al independentismo para conseguir sus votos", reclamó Gamarra ante la prensa.
Los atentados de Barcelona
El apoyo de los independentistas de Puigdemont, refugiado en Bélgica desde 2017 y reclamado por la justicia española, se produjo después de un acuerdo que contempla que el catalán y las otras lenguas españolas puedan usarse en el Congreso de los Diputados.
"Esta presidencia permitirá la utilización de todos esos idiomas en el Congreso desde esta sesión", anunció Armengol en su primer discurso
Contempla, asimismo que España intente que estas lenguas sean de trabajo en la Unión Europea, y la creación de una comisión de investigación sobre el supuesto espionaje de independentistas catalanes por parte de los servicios de inteligencia españoles "las cloacas del Estado", en términos de Junts.
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Más aún, el acuerdo considera crear una comisión de investigación sobre los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils de 2017.
"Hay que aclarar los vínculos" de los servicios de inteligencia españoles (CNI) "con el imán Es-Saty", el ideólogo de los ataques, muerto en ellos, y "si los aparatos del Estado tenían información sobre el atentado y aclarar porque no se pudieron evitar", explicó Junts sobre aquellos atentados que dejaron 16 muertos.
Los atentados ya fueron juzgados y acabaron con condenas a los tres supervivientes de la célula yihadista integrada por nueve personas.
La elección de la nueva presidenta del Congreso era muy esperada, porque su resultado daría una clara indicación de si Sánchez será reelegido en una votación que podría tener lugar a finales de agosto o principios de septiembre.
Puigdemont avisó, en un mensaje en la red social X (antes Twitter), de que el acuerdo negociado hasta la madrugada de este jueves "no puede ir, de ninguna manera, vinculado a la investidura", por lo que habrá que volver a trabajarse su apoyo.
Segundo asalto: la investidura
Se trata, pues, del primer asalto de una batalla cuyo resultado depende de los siete diputados de Junts per Catalunya (JxCat, Juntos por Cataluña), es decir, de Puigdemont, y el siguiente será la investidura del presidente del gobierno.
Esta paradoja es resultado de los inesperados resultados de las elecciones parlamentarias del 23 de julio, en las que el Partido Popular (PP, derecha) de Alberto Núñez Feijóo obtuvo una victoria muy inferior a la esperada.
De cara a una sesión de investidura, los dos bloques, el del Gobierno saliente de izquierdas, y el de la derecha y la extrema derecha, parecen estar en medida de contar con el apoyo de 171 diputados cada uno. Además de los siete diputados de Junts, la única diputada de un partido regional de las islas Canarias será decisiva.
Esta inesperada situación da el protagonismo a JxCat, que tiene en su mano decidir si Sánchez sigue al frente de España o si habrá que celebrar nuevas elecciones. Se da por prácticamente descartado que JxCat entregue sus votos al PP.