Ucrania utilizó más armas de sus aliados occidentales hasta que logre derrotar a las fuerzas rusas y expulsarlas de su territorio, aseguró el jefe de la diplomacia ucraniana, Dmitro Kuleba, quien también aseguró que su país busca contrarrestar el peso de Moscú en África.
"Hasta que hayamos ganado, necesitaremos más (armas), debemos seguir adelante, porque durante la guerra es una realidad, y en esta realidad, debemos ganar. No hay otra solución", insistió el ministro, una entrevista con la AFP.
"Si nuestros socios nos piden que garanticemos que tal o cual arma sólo se utilizó en territorio ucraniano, damos esa garantía y la respetamos", afirmó el funcionario ucraniano.
"Ha habido algunas ocasiones en las que hemos hecho tales promesas y las cumplimos", subrayó.
El ministro también explicó que la contraofensiva que están llevando a cabo las fuerzas ucranianas desde hace dos meses busca liberar todo el territorio.
"Nuestro objetivo es la victoria, la victoria bajo forma de liberación de nuestros territorios en el interior de las fronteras de 1991", afirmó en la entrevista.
“Y no importa el tiempo que lleve”, agregó.
Las fronteras de 1991 son las de la Ucrania independiente tras el colapso de la Unión Soviética, que incluyen a Crimea, península anexionada por Rusia en 2014.
La contraofensiva ucraniana, lanzada a principios de junio, ha permitido recuperar pequeñas localidades, pero encuentra muchas dificultades para romper las sólidas líneas defensivas rusas.
Ucrania, cuyas pérdidas militares y civiles desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022 se estiman a más de 100.000 muertos o heridos, según los países occidentales, "paga el precio más alto" de este conflicto, admitió el ministro.
"Pero mientras el pueblo ucraniano comparta este objetivo, el gobierno ucraniano avanzará mano a mano con su pueblo", apostilló.
"Estamos todos cansados. Yo estoy cansado y ustedes están cansados", pero "lo que está en juego es demasiado importante para permitir que el cansancio determine la naturaleza de nuestras decisiones", zanjó.
Liberar a África
El jefe de la diplomacia ucraniana hizo hincapié en los esfuerzos de su país para reanudar sus relaciones con África, donde la influencia de Moscú es cada vez mayor.
"Se han perdido muchos años, pero vamos a hacer avanzar un renacimiento ucraniano-africano, hacer renacer estas relaciones. Este continente necesita un trabajo sistemático y de largo aliento", dijo.
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Desde el inicio de la ofensiva rusa, Kuleba ha realizado tres giras en África para intentar obtener apoyo contra Moscú.
Una delegación de jefes de Estado africanos visitó Kiev en junio para proponer una mediación --rechazada por Ucrania-- y luego viajó a Moscú.
Neutralidad
Aunque "la mayoría de los países africanos" siguen haciendo gala de su "neutralidad" ante el conflicto, "se está produciendo una lenta erosión de las posiciones rusas en África", afirmó el ministro, citando a Liberia, Kenia, Ghana, Costa de Marfil, Mozambique, Ruanda y Guinea Ecuatorial entre los nuevos socios de Kiev en el continente.
"Nuestra estrategia no es sustituir a Rusia, sino liberar a África de su dominio", agregó.
Kuleba acusó al Kremlin de utilizar "la coacción, la corrupción y el miedo" para mantener a los países africanos en su redil, al tiempo que insistió en que Moscú sólo dispone de "dos poderosas herramientas para trabajar en África: la propaganda y (el grupo paramilitar) Wagner".
El grupo Wagner ha estado asociado a países africanos, como Mali y la República Centroafricana, donde presuntamente ha cometido numerosos abusos, según grupos de derechos humanos y gobiernos occidentales.
Kuleba también calificó de "mentiras" las preocupaciones expresadas por Moscú sobre la seguridad alimentaria de África, tras retirarse de un acuerdo que permitía exportar grano ucraniano a través del mar Negro a pesar de la invasión.
"Los africanos han visto que todas esas historias de (Vladimir) Putin sobre cómo se preocupa por los países africanos son mentiras", dijo Kuleba. "Son el agricultor ucraniano y el consumidor africano de pan quienes están pagando (por la retirada de Moscú) el precio más alto", añadió.
Rusia abandonó este acuerdo en julio, haciendo temer una subida de los precios de los cereales que afectaría especialmente a los países más pobres. El presidente ruso prometió entonces entregar cereales gratis a seis países africanos.