La urgencia de prevenir | El Nuevo Siglo
Jueves, 2 de Septiembre de 2021

* Emergencias a la vista: invierno y pico de covid

* Lluvias aumentarían hasta 60% en varias zonas

 

Debe ponérsele toda la atención al campanazo dado esta semana por el Ideam en torno a la drástica temporada invernal que se avecina. Desde semanas atrás, cuando se confirmó que en el último trimestre del año se va a presentar el fenómeno climático de “La Niña”, lo que implicará un mayor volumen de lluvias y temperaturas muy bajas, hemos insistido en que la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo, pasando por las gobernaciones y las alcaldías, y con el concurso de todos los ministerios y entidades del orden descentralizado, tienen que sentar ya las bases del plan de contingencia para evitar que sobrevengan tragedias que cobren vidas y generen grandes pérdidas económicas.

De hecho, las últimas semanas han sido particularmente graves en varias regiones del país por cuenta del invierno. Inundaciones, deslizamientos y otras afectaciones han provocado muertes y daños de consideración a viviendas, infraestructura y cultivos. Los damnificados se cuentan por miles y crecen día tras día.

La situación climática, como se dijo, no va a mejorar. De hecho, aunque la temporada de lluvias comienza por lo general a mediados de este mes, los pronósticos meteorológicos dan cuenta de que el periodo más intenso en esta materia se dará en noviembre.

Como lo dijimos, no es un campanazo más, similar a los que suelen darse siempre en la antesala de las épocas invernales de primer o segundo semestres. En esta ocasión, la cuestión asoma más preocupante toda vez que, según el Ideam, se estiman registros de lluvias entre 40% y 60% por encima de los promedios históricos en el norte de La Guajira y centro del litoral Caribe, sobre todo en departamentos de Magdalena y Atlántico. El incremento sería entre 20% y 40% en Bolívar y Cesar. Para el resto de la región sería inferior el aumento de las precipitaciones. En la región andina y nororiental pasará algo similar.

Obviamente todo dependerá de la evolución de La Niña. En estos momentos se encuentra en lo que los expertos califican como “fase neutra” pero existe una probabilidad del 69% de que el fenómeno climático se presente hacia finales del año y comienzos del próximo.

Esto implica, entonces, que desde ya se deben activar los comités de prevención y atención de emergencias, sobre todo en zonas de las cuencas medias y bajas de los ríos Magdalena y Cauca, así como en las riberas de ríos y quebradas de alta pendiente en la región Andina, Sierra Nevada de Santa Marta y de piedemonte. En esas mismas zonas hay que poner en marcha todos los mecanismos para detectar a tiempo áreas de riesgo de derrumbe.

Es claro, como lo recalcamos semanas atrás, cuando se anunció el alto riesgo de La Niña, que además del peligro de inundaciones, derrumbes y demás afectaciones propias de una época invernal intensa, en esta ocasión hay un riesgo adicional: la pandemia del covid-19.

Si bien es cierto que llevamos casi dos meses de descenso sostenido de la curva epidemiológica, al punto que la tasa de contagios y muertes retrocedió a niveles que no se veían hace varios meses e incluso el año pasado, el Ministerio de Salud ha sido claro en que no se descarta la posibilidad de un cuarto pico de la enfermedad viral hacia octubre, en gran parte propiciado por nuevas variantes como “delta”. Es decir, de forma paralela a la fase más fuerte de lluvias en Colombia.

Así las cosas, es necesario acompasar el plan de contingencia sanitario, que se basa principalmente en acelerar la vacunación anticovid y no relajar los protocolos de bioseguridad para disminuir el riesgo de contagios, con la estrategia de prevención y atención de emergencias invernales. Para nadie es un secreto que las lluvias y las bajas temperaturas son el caldo de cultivo de las enfermedades respiratorias, que a su turno son vectores que agravan los cuadros clínicos de los contagiados con el covid-19.

El campanazo, pues, está dado. Convendría que el Gobierno nacional convoque a todos los gobernadores y estos a los alcaldes de sus respectivas jurisdicciones, para definir ambos planes de contingencia. No tendría presentación que ante situaciones de riesgo lo suficientemente advertidas no se tomen las precauciones pertinentes con suficiente tiempo.