Británicos lloran a su reina y el mundo exalta su liderazgo | El Nuevo Siglo
Archivo AFP
Jueves, 8 de Septiembre de 2022
Redacción internacional con AFP

ABDICAR nunca estuvo en sus planes porque, fiel a su pensamiento, formación y palabra, decidió cumplir el compromiso que hizo a sus 25 años, cuando sin estar llamada a reinar se convirtió en monarca: “para toda la vida, y con todo mi corazón, me esforzaré en ser digna de vuestra confianza y me dedicaré a servir al país".

Desde ese día de su coronación, en 1953, esa fue la máxima de la reina Isabel II, jefa de Estado del Reino y 14 países de la Commonwealth, la mujer siempre elegante, “la estadista de dignidad y constancia inigualables”, “una servidora incansable” y “tan protagonista como testigo de la historia británica y mundial”, que falleció ayer a los 96 años de edad, solo dos días después de que el mundo apreciara la que fuera su última imagen fotográfica: el beneplácito a la conservadora Liz Truss como la jefa de gobierno británico.

Con siete décadas de trono a sus espaldas, en las que capeó numerosas crisis, Isabel fue la reina que durante más tiempo gobernó, más que cualquier otro monarca en la historia británica, convirtiéndose en un icono global y una figura muy querida y respetada en todo el mundo.

Era "una soberana querida y una madre amada", su muerte es "un momento de gran tristeza para mí y para todos los miembros de mi familia", dijo su hijo mayor Carlos, de 73 años, que se convirtió automáticamente en el nuevo monarca bajo el nombre de Carlos III.

Él y la nueva reina consorte, Camila Parker Bowles -a quien se unió tras separarse de la Princesa Diana de Gales- pasaron la noche en Escocia y hoy regresan a Londres, según informó el Palacio de Buckingham, para cumplir con “London Bridge” (Operación Puente de Londres), el protocolo que la propia Isabel II estableció para cuando falleciera y que estipula lo que se debe hacer desde el mismo momento del suceso hasta su funeral de Estado, diez días después.

"El puente de Londres ha caído". Con estas palabras se activó el estricto protocolo que también contempla que antes de anunciar públicamente la muerte se debía informar, vía telefónica -y en estricto orden- a la jefe de gobierno, a otras autoridades británicas y al líder de la iglesia anglicana. De igual forma, que las banderas ondeen a media hasta y que tanto la página web de la Casa Real como las redes sociales se “vistan” de luto.

Indica, así mismo, que la primera ministra será la primera del Gobierno en hablar y en cuestión de horas se reuniría con el nuevo monarca, que se dirigirá a la nación ya como rey de pleno derecho, aunque no se haya producido la entronización formal.

El funeral de Estado no se prevé hasta el décimo día tras la muerte, en la abadía de Westminster, y el protocolo establece que el féretro volverá en el 'día 2' al Palacio de Buckingham, símbolo de la monarquía para Reino Unido y toda la Commonwealth.

Como la reina falleció en el castillo de Balmoral (Escocia) se realizará la Operación Unicornio que establece el tren como medio preferente de transporte para el féretro.

En cinco días habrá una procesión desde Buckingham hasta Westminster, donde se celebrará a su vez una misa. Se abrirá durante tres días y de forma prácticamente ininterrumpida -23 horas al día- una capilla ardiente en el Palacio de Westminster, para lo que los ciudadanos puedan dar su último adiós a Isabel II.

Tras el funeral, el cuerpo será enterrado en una tumba de la cripta real de la capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor. Allí reposan los restos de su difunto marido, el príncipe Felipe, que falleció en abril de 2021.



Alerta médica 

La salud de la reina empezó a preocupar al país cuando el pasado 20 de octubre, tras "aceptar a regañadientes el consejo médico de guardar reposo", pasó una noche hospitalizada para someterse a unas pruebas médicas cuya naturaleza nunca se precisó.

Desde entonces tuvo que renunciar a eventos como la conferencia de la ONU sobre el clima, en noviembre de 2021 (COP26) en Glasgow, o el tradicional discurso del trono con que cada año inauguraba la nueva sesión parlamentaria, una de sus funciones constitucionales más importantes que dejó a cargo de Carlos.

Su deterioro se aceleró en los últimos días. En la madrugada de ayer sus médicos se declararon "preocupados por la salud de su majestad y recomendaron que permaneciera bajo vigilancia médica".

Inmediatamente viajaron hasta Escocia sus hijos y nietos, incluidos el príncipe Enrique y su esposa Meghan, que se encontraban en Londres para un acto caritativo, pese a que viven en California desde que en 2020 abandonaron la monarquía británica asestando un duro golpe a la institución.

La muerte de Isabel II fue "una gran conmoción para la nación y para el mundo", aseguró Truss en un breve discurso a las puertas de Downing Street, mientras de todo el planeta llovían los mensajes de condolencias.

“God save the Queen”

Desde el mismo momento en que los médicos de Isabel II informaron a su país y al mundo que mantenían bajo estricta supervisión a la reina comenzaron a congregarse decenas de personas frente al londinense palacio de Buckingham para con flores y oraciones expresar su solidaridad con la familia real, pese a la fuerte lluvia.

Una vez se divulgó la noticia, pasadas las 6 de la tarde (hora local) ya había una multitud en el lugar que entre lágrimas y entonando desconsolados el himno “God save the queen”, (Dios salve a la reina) rindieron sentido tributo a su querida e inolvidable monarca.

"Creo que será recordada como la mayor monarca de la historia, la más longeva, pero también la más grande", dijo el experto de la realeza Phil Dampier.

Entregada a su cargo con cuerpo y alma, Isabel II había capeado la pandemia, la devastadora muerte de su marido Felipe -fallecido en abril de 2021 con casi 100 años- y las diversas crisis de la familia real.

Entre ellas, el "Megxit", el exilio de Enrique y Meghan a Estados Unidos, desde donde acusaron a la realeza de ser insolidaria y racista.

También el escándalo protagonizado por Andrés, considerado su hijo favorito, que tuvo que abandonar la vida pública debido a su amistad con el financiero estadounidense Jeffrey Epstein, acusado de explotar sexualmente a menores.

Una de ellas, Virgina Guiffre, afirmó haber sido forzada años antes a mantener relaciones con Andrés y lo demandó por abuso sexual en Estados Unidos, acusaciones que este siempre negó pero que le valieron ser privado por la reina de sus honores militares y de usar el título de Alteza Real. El caso se zanjó con un multimillonario acuerdo financiero confidencial.

Decana de los monarcas 

Isabel II era la monarca que más tiempo ocupó el trono británico, al que ascendió el 6 de febrero de 1952.

"Toda mi vida, sea larga o corta, estará dedicada a su servicio y al servicio de nuestro gran país imperial", dijo en un discurso al cumplir 21 años, cuando era heredera al trono.

Nacida en Londres el 21 de abril de 1926, "Lilibet", como la llamaba su familia, no estaba inicialmente destinada a ser reina. Pero el rumbo de su vida cambió tras la abdicación, por amor a una estadounidense divorciada, de su tío Eduardo VIII en 1936.

Isabel II accedió al trono con sólo 25 años, al morir su padre, Jorge VI, en febrero de 1952. Pero tuvo que esperar a junio del año siguiente para ser coronada como cuadragésima soberana de Inglaterra, en la primera y única ceremonia de coronación británica televisada hasta ahora.

A partir de ese momento, dedicó su vida de manera incansable a sus obligaciones de jefa de Estado, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, cabeza de la Mancomunidad Británica y jefa de la Iglesia de Inglaterra.

Casada a los 21 años con su primo lejano Felipe Mountbatten, hijo del príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca, la reina tuvo cuatro hijos: Carlos en 1948, Ana en 1950, Andrés en 1960 y Eduardo en 1964. Le dieron ocho nietos y doce bisnietos.

A lo largo de su reinado, Isabel II se esforzó por mantener el prestigio de la monarquía, esa que entra ahora en un nuevo capítulo con Carlos III, que a sus 73 años asume el trono. /Redacción internacional con AFP