No hay sector en el país que no esté fuertemente golpeado por la pandemia y sus lesivas consecuencias en todos los órdenes. Uno de ellos es, precisamente, el de la cultura, que no solo está paralizado desde hace cinco meses, sino que su reactivación tardará más tiempo que otros rubros productivos.
El Congreso le pone estelunes lupa a este delicado asunto, realizando un debate en el que se espera analizar cuál es el nivel de afectación del sector y cuáles podrían ser las medidas puntuales para ayudarlo a retomar su camino.
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Uno de los invitados a la sesión parlamentaria será, precisamente, David García, exdirector de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, quien habló con EL NUEVO SIGLO sobre la crítica situación que está atravesando la cultura a nivel nacional.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es la radiografía de la cultura en Colombia?
DAVID GARCÍA: Desde Bogotá, la secretaria de Cultura ha hecho un esfuerzo enorme por mantener los programas y desarrollado, incluso, nuevas estrategias culturales en medio de las dificultades de la pandemia, pero a nivel nacional la situación es otra y es muy preocupante.
El movimiento del teatro en Colombia es uno de los movimientos culturales más importantes que hay. Una buena parte de la gente que hace teatro esta físicamente en la mendicidad, en todos los departamentos del país.
Un ejemplo para dimensionarlo: la Casa Ensamble, que dirige Alejandra Borrero, está en venta y esto es enormemente preocupante porque esta casa, por el tipo de programación que hacía y por el tipo de gestión que tenía, era uno de los modelos exitosos y autosostenibles para aquellos que consideran que el Estado no debe intervenir en la cultura.
“La Casa Ensamble, que dirige Alejandra Borrero, está en venta y esto es enormemente preocupante”
Lo que demuestra su venta es que, por el contrario, la presencia del Estado, sobre todo en la cultura, es sumamente importante porque hay sectores que no son autosostenibles. Con la boletería se puede conseguir financiar, por ejemplo, a una orquesta, pero no es suficiente. Si la orquesta Filarmónica de Bogotá no tuviera el apoyo del Concejo de Bogotá y no se financiara con recursos públicos de la ciudad, no funcionaría. Funciona porque los bogotanos pagan sus impuestos y el Concejo aprueba su presupuesto.
ENS:. ¿La boletería no es suficiente?
DG: No. Por ejemplo, cuando se hace un concierto de la Filarmónica de Bogotá, en el León de Greiff o en el Teatro Mayor, y se cobra la boletería, se logra recaudar alrededor de 20 millones de pesos, pero un concierto cuesta, más o menos, en gastos administrativos, muchísimo más dinero.
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Este es un ejemplo de por qué la cultura debe y tiene que realizarse, en gran medida, con participación de los recursos del Estado. Bogotá y Medellín, y sus respectivas alcaldías, son buenos ejemplos del país en donde las propias ciudades asumen la financiación de la actividad cultural. Pero ¿qué pasa con el resto del país?
ENS: ¿Se planea hacer algún llamado de atención frente al tema?
DG: Sí. Hoy vamos a estar con otros gestores culturales de la música, del teatro, de la danza, del cine y de la pintura, en una audiencia pública en el Congreso, en dónde vamos a analizar cómo le ha ido a la cultura en medio de la pandemia.
Están invitados los ministros de Hacienda y la Cultura, el Contralor, el Procurador y el secretario de Cultura de Bogotá, para analizar la situación del escenario cultural en el país. Realmente tenemos muchas preocupaciones frente a lo que está pasando en toda Colombia.
Según el DANE, en Colombia más de 700.000 personas están vinculadas al sector de la cultura ¿Qué va a hacer el Gobierno con estas personas, que viven de los teatros y los grupos, muchos de los cuales están cerrando? Es una tragedia que nos puede costar décadas en recuperar.
“Según el DANE, en Colombia más de 700.000 personas están vinculadas al sector de la cultura ¿Qué va a hacer el Gobierno con estas personas”
ENS: ¿La cultura, entonces, está en grave riesgo?
DG: A nivel nacional diría que la cultura está entrando en una crisis muy grave, y ese es precisamente el tema que vamos a tratar en la audiencia del Congreso. Todo el sector de la cultura y las artes está en una muy grave crisis.
No diría que está en riesgo pero sí que ya está en crisis a nivel nacional y si no se toman medidas urgentes, con planes económicos por parte del Congreso para entregar una renta básica a los artistas y a los gestores culturales, vamos a vivir en el país un cierre, como un dominó, de teatros, auditorios, espectáculos y todo lo que está relacionado con la cultura y el arte.
La Sinfónica de Caldas, por ejemplo, va a tener que dejar de funcionar por falta de recursos. Esta orquesta ha estado siempre apoyada por la Universidad de Caldas, institución educativa que le ha dado todo el apoyo a la Filarmónica, pero la universidad tampoco tiene recursos.
Esto va a ser repetitivo y será una tragedia enorme. Repito: el Gobierno nacional tiene que tomar medidas urgentes, porque se le están dando recursos mezquinos y mínimos al sector de la cultura a nivel nacional.
Pendientes
ENS: Hace poco más de dos meses usted renunció a la Filarmónica de Bogotá ¿Qué de lo que comenzó a hacer le hubiera gustado ver materializado?
DG: A comienzos de este año la Filarmónica tenía la intención de llegar a todas las localidades y, por lo que me han contado, ya está en 19 de ellas. Recientemente fue público el hecho de que se sumó la localidad de Usme. De todas las localidades solamente falta Puente Aranda, en donde dejé un plan cuando salí, para que se haga un programa de formación musical en la cárcel Modelo para los privados de su libertad.
“El Gobierno nacional tiene que tomar medidas urgentes, porque se le están dando recursos mezquinos y mínimos al sector de la cultura”
Nosotros ya habíamos entrado en conversaciones con la dirección de la cárcel, con el Inpec y con los propios detenidos, 4 a 5 de los cuales son músicos profesionales. Y la idea es que ellos, junto con la asesoría de la Filarmónica, desarrollen un programa de formación musical.
ENS: ¿Por qué ya no está vinculado, de ninguna manera, a la Filarmónica?
DG: Sí estoy absolutamente al margen porque renuncié, pero mi vida está muy vinculada a la Filarmónica y siempre me interesaré y celebraré las buenas noticias de esta orquesta. Y afortunadamente las personas que están ahí están llevando a cabo la planeación que habíamos hecho juntos, como equipo, a comienzos de esta administración.
Lo que se está haciendo es lo que dejamos planeado en colectivo y me interesa mucho su evolución, además porque me preocupa su desarrollo y el desarrollo de todo el sector cultural tanto de Bogotá como del país.