No hay necesidad de prender alarmas por calidad del aire: Pachón | El Nuevo Siglo
De acuerdo con Greenpeace la polución atmosférica le ha costado a la ciudad $4 billones
Cortesía Greenpeace
Jueves, 24 de Septiembre de 2020
Redacción Bogotá

En la madrugada del martes se evidenció un fenómeno de inversión térmica que ocasionó picos de concentración de material particulado, lo cual generó una capa gris en algunos puntos del cielo de la ciudad, lo que despertó las alarmas de la Administración distrital.

“Ayer tuvimos una inversión térmica que generó picos de contaminación de material particulado entre las 6:00 y las 8:00 a.m., en algunos puntos de la ciudad, vimos algunas capas grises en el cielo, aunque en la mayor parte de Bogotá tuvimos condiciones de calidad del aire moderadas y favorables según nuestro Iboca”, explicó ayer la secretaria de Medio Ambiente, Carolina Urrutia, quien por lo tanto hizo un llamado a que, durante esta primera etapa de reactivación económica, los ciudadanos prioricen el transporte sostenible como la bicicleta, la patineta, a pie o con vehículo compartido.

La Red de Monitoreo de Calidad del Aire registró condiciones moderadas y favorables en la mayoría de sus estaciones, pero en la estación Carvajal-Sevillana se evidenció un incremento de material particulado debido a la presencia de transporte de carga y a la activación de las industrias.

No obstante, de acuerdo con el experto en calidad del aire de la Universidad de la Salle, Jorge Pachón, “hoy, después de haber pasado una noche de lluvias, la calidad del aire está entre moderada y favorable. Podrán seguirse presentando picos esporádicos cuando las condiciones meteorológicas no son favorables, pero no es en toda la ciudad, que ahí es cuando sí ameritaría prender alguna alarma. Es en zonas críticas por tradición”, le dijo a EL NUEVO SIGLO el profesor Pachón.

No obstante, la Secretaría de Ambiente mantendrá una observación permanente en los 13 puntos donde están ubicados los sensores de la Red de Monitoreo para determinar la calidad del aire, e hizo un llamado a las personas de esta zona en particular de Bogotá, para que reduzcan las actividades en exteriores si no es necesario salir durante las primeras horas del día. Esta recomendación está dirigida especialmente a niños y adultos mayores, grupos más sensibles.

Si van a usar el automóvil particular compártanlo, conduzcan de manera tranquila, sin acelerones ni frenones, y revisen las condiciones mecánicas de su vehículo, para que tengan un viaje seguro y con el menor impacto posible sobre la calidad del aire”, concluyó ayer la secretaria Urrutia.

Greenpeace prende las alarmas

Por su parte, en el marco de la Semana de la Movilidad Sostenible, la organización ambientalista Greenpeace publicó nuevos datos sobre los impactos económicos y en la salud de la contaminación del aire en Bogotá, generada principalmente por el uso de medios de transporte basados en combustibles fósiles como carros y camiones. 

“Las cifras son alarmantes: la polución atmosférica le ha costado a la ciudad aproximadamente US$1.300 millones, es decir, más de 4 billones de pesos colombianos, y fue responsable de la pérdida estimada de 3.900 vidas en lo que va del año. Los números hablan por sí solos y evidencian la urgencia de un cambio en el transporte. ¿Cuánto más vamos a esperar para dejar atrás hábitos que provocan gastos millonarios, enfermedades y muertes evitables?, expresó ayer Tatiana Céspedes, miembro del equipo de campañas de Greenpeace Colombia. 

Frente a estas cifras, si bien, el experto en calidad del aire que consultó este Diario no descarta del todo que estas cifras estén bien, por lo que sí las encuentra un poco elevadas teniendo en cuenta el histórico de la ciudad.

“Tocaría ver el cálculo de cómo llegaron a esas cifras, pero el dato para Bogotá es un poco elevado porque en la ciudad se maneja un promedio de 2.000 muertos al año por mala calidad del aire. Si me dices que el estimativo de Greenpeace es de 3.900 muertes en lo que va del año, eso implicaría que este año se cerraría con más de 5.000 fallecimientos. Está un poco elevado, pero habría que revisar cómo hicieron la estimación”, le dijo a este Medio el experto Pachón, quien añadió que, si bien a comienzos del año hubo una situación muy crítica “y bastante más fuerte que otros años, después vino una etapa de cerramiento en el que mejoraron las condiciones”.