“Nadie sin rehabilitar”, una mano para las personas con discapacidad visual | El Nuevo Siglo
Por más de medio siglo, el Centro de Rehabilitación para Adultos Ciegos se ha dedicado a la habilitación y rehabilitación de personas con discapacidad visual para facilitar su inclusión social.
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Lunes, 28 de Septiembre de 2020
Redacción Cultura

Según el más reciente informe sobre discapacidad visual de la Organización Mundial para la Salud (OMS), al menos 2.200 millones de personas a nivel mundial tienen deficiencia visual o ceguera y de estos, más de 1.000 millones se pudieron evitar. Asimismo, estableció que las personas que viven en zonas rurales, aquellas con bajos ingresos, mujeres, mayores, con discapacidades, así como las minorías étnicas son más vulnerables a las enfermedades oftalmológicas y deficiencias visuales.

De acuerdo con los registros históricos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), la enfermedad general es la segunda causa de ceguera en los municipios colombianos con 235.580 casos, seguido de accidentes con 91.843 y alteración genética y/o hereditaria con 88.652. En el octavo puesto está el conflicto armado como causa principal con 12.520 casos. 

Por esta razón, el Centro de Rehabilitación para Adultos Ciegos (CRAC), fundación privada, sin ánimo de lucro, con más de medio siglo de trayectoria y reconocimiento a nivel nacional e internacional, habilitada como Institución Prestadora de Servicios de Salud (IPS) por la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá, ha implementado la estrategia “Nadie sin rehabilitar” para acercar sus procesos de rehabilitación funcional a los colombianos con discapacidad visual que se encuentran fuera de Bogotá, en muchos casos, en caseríos lejos de la cabecera municipal. 

“Para que las personas con discapacidad visual sean autónomas nuevamente, es fundamental garantizarles la rehabilitación y esta debe contemplar múltiples factores, es decir que sea integral. En el caso de nuestro modelo, reconocido y respaldado por la Unión Latinoamericana de Ciegos (ULAC), abordamos cinco componentes: psicosocial, físico, desarrollo sensoperceptivo, comunicación e independencia personal bajo una estrategia tríada, es decir, paciente, familia e institución rehabilitadora”, asegura John Jairo Erazo, coordinador de Regionales del CRAC.  

Desde 2007, “Nadie sin rehabilitar” ha permitido que personas con discapacidad visual en 35 ciudades y municipios de todo el país hayan accedido a los servicios especializados del CRAC.

Además, recientemente y gracias al trabajo conjunto con importantes entidades públicas y privadas de salud, educación, Gobierno, entre otros, se han constituido nuevas alianzas para brindar atención en Los Patios, Pamplona y Cúcuta en Norte de Santander; Ciénaga y Santa Marta en Magdalena; Sahagún, Lorica y Montería en Córdoba; San Lorenzo, Ipiales y Pasto en Nariño. 

Factores críticos en la rehabilitación

La ruta de atención en las regiones para personas ciegas comprende las siguientes fases: 

  1. Preingreso: orientación al usuario y su familia con el fin de conocer sus necesidades, expectativas de acuerdo con su condición visual y de salud en general. Revisión de requisitos.
  2. Evaluación: se realiza una evaluación para identificar el nivel de autonomía e independencia del aspirante, se socializan resultados y se elabora el plan de rehabilitación.
  3. Desarrollo de plan de rehabilitación:teniendo en cuenta los cinco componentes y la estrategia tríada mencionados anteriormente.
  • Psicosocial trabajo (social y psicología).
  • Físico (orientación y movilidad). 
  • Independencia personal (técnicas de la vida diaria).
  • Comunicación (braille, ábaco, aprestamiento para la escritura y manejo de tecnología básica).
  • Desarrollo sensoperceptivo, cognitivo y manual (aprestamiento manual, desarrollo sensorial y procesos básicos mentales).

El CRAC realiza valoración a cada usuario para determinar las particularidades de su proceso de rehabilitación, así como el kit de ayudas tiflológicas que requiere según su perfil funcional y evolución.

Una vez los pacientes finalizan este proceso, están listos para la autogestión de su inclusión social en educación, empleo, cultura y tiempo libre, de acuerdo con sus intereses o necesidades.