Bolsonaro y Lula se acusan de todo a 11 días de las urnas | El Nuevo Siglo
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Martes, 18 de Octubre de 2022
Redacción internacional con AFP

La campaña presidencial en Brasil no solo está muy competida entre los candidatos que disputarán el balotaje el próximo 30 de octubre, el actual mandatario de derecha Jair Bolsonaro y el expresidente izquierdista Inácio Lula Da Silva, sino que está llegando a un clima crítico de acusaciones e insultos entre los dos aspirantes. Esta situación ya prendió las alarmas en torno al riesgo de que ese tono agresivo pueda trasladarse a sus respectivos bandos y se generen enfrentamientos violentos en estos días finales de la contienda o el mismo día de los comicios.

El lunes pasado, por ejemplo, el candidato a gobernador de Sao Paulo apoyado por Bolsonaro debió interrumpir una actividad de campaña en una de las favelas del sur de la capital paulista por un tiroteo, que las autoridades trataban de determinar si iba dirigido contra él.

"Creo que (el ataque) fue una cuestión territorial, un mensaje claro del crimen organizado diciendo 'ustedes no son bienvenidos aquí'", dijo en una conferencia de prensa Tarcísio de Freitas, exministro de Infraestructura y aspirante a dirigir el estado más poblado y rico de Brasil.

"Creo que no tuvo nada que ver con algo político o electoral, es algo territorial que sucede en favelas de Sao Paulo", precisó el aliado de Bolsonaro. 

El presidente reaccionó rápidamente desde el palacio de la Alvorada, en Brasilia.  "Todo es preliminar todavía, no quiero anticiparme (...) Este evento de hoy, ya sea o no en su contra, es una señal de que tiene que preocuparse todavía más de su seguridad", dijo el presidente que busca su reelección.

Debate de alta tensión

Lo cierto es que la hostilidad entre ambas campañas va en ascenso y prueba de ello es lo que ocurrió el domingo pasado, en el primer debate entre los dos candidatos después de la primera vuelta presidencial del 2 de octubre, en la que Lula se impuso con el 48,4% de los votos, contra un 43,2% de Bolsonaro, quien, sin lugar a dudas, fue la sorpresa de la jornada al superar todos los pronósticos de las encuestas, que lo situaban con una desventaja de 10 a 15 puntos.

Ese escenario no ha variado mucho en la recta final de la campaña, ya que el líder del Partido de los Trabajadores (PT) marcha como favorito para el balotaje, con el 49% de las intenciones de voto, sobre el 44% de Bolsonaro, según datos del Instituto Datafolha difundidos el viernes pasado. 

Aunque un 93% de los consultados dijo tener su voto definido, un 6% dijo que votará en blanco o nulo y un 2% se manifestó indeciso. Es decir, que estos once días que restan para las urnas serán claves para definir una contienda tan cerrada.

En el cara a cara del domingo el mandatario y el expresidente no solo se acusaron mutuamente de mentir y se lanzaron otros duros ataques, empleando términos como "pequeño dictador" y "vergüenza nacional", sino que, además, se señalaron de corrupción y de agudizar la pobreza en Brasil.

A lo largo del debate televisado, en el que por primera vez se vio a ambos archirrivales solos uno junto al otro, llegando incluso a tocarse cuando Bolsonaro puso una mano sobre el hombro de Lula, la polarización política quedó por momentos atrás, primando más la enemistad personal entre ambos dirigentes.

"Lula pare de mentir, es malo para un hombre de su edad", le dijo Bolsonaro, de 67 años, a su contrincante, de 76. "Usted es el rey de las fake news, el rey de la estupidez", le respondió Lula, quien acusó duramente al presidente por su "negligencia" durante la pandemia que mató a más de 680.000 personas en Brasil.

Bolsonaro calificó a Lula de "vergüenza nacional". "Usted debería quedarse en su casa, disfrutando de la vida, y no queriendo volver a la escena del crimen", señaló el presidente derechista, citando casos de corrupción durante el gobierno de Lula (2003-2010).

El izquierdista contraatacó y dijo que Bolsonaro es un "pequeño dictador que quiere ocupar la Suprema Corte", refiriéndose a una propuesta para modificar el máximo tribunal, aunque el mandatario se comprometió a no avanzar por ese camino. 

Ambos candidatos se interpelaron uno junto al otro de pie, caminando por el escenario, hablando a la cámara e intercambiando por instantes miradas provocadoras y sonrisas irónicas.

De hecho, a lo largo de casi dos horas de debate, las propuestas para los próximos cuatro años brillaron por su ausencia.


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Recta final 

Por el momento, el tono de la campaña no cambia e incluso ambos contendientes han tenido que reaccionar a los señalamientos del otro.

Como se dijo, el día a día ha estado marcado por descalificaciones para conquistar electores, incluyendo acusaciones de canibalismo o vínculos con el crimen organizado.

Incluso el domingo pasado, al llegar al estudio de televisión en Sao Paulo, Bolsonaro dijo que sus últimas 24 horas fueron "las más terribles" de su vida, luego de que el entorno de Lula lo acusara de "pedofilia", tras la viralización de declaraciones suyas sobre menores. 

En el debate, el presidente se defendió de las "mentiras" de la oposición tras haber declarado esta semana, al referirse a la migración desde Venezuela, que había entrado a la casa de menores venezolanas en un barrio vulnerable de Brasilia en abril de 2021 tras generarse "un clima". 

Antes, Bolsonaro había explicado que ingresó en la vivienda junto a "otras 10 personas", con transmisión "por CNN".  

El PT difundió las imágenes en sus redes el domingo, pero el Tribunal Superior Electoral (TSE), tras un pedido de los abogados del presidente, mandó retirar el video de múltiples plataformas, por hallarlo una "propaganda electoral negativa". 

Aún así la noche del domingo, Lula lució en la solapa un broche con el símbolo de una campaña contra el abuso y explotación sexual de menores.

Sobre el mismo tema, ayer Bolsonaro se disculpó por sus declaraciones sobre menores venezolanas. "Si mis palabras -que, por mala fe, fueron sacadas de contexto- fueron malinterpretadas o causaron alguna incomodidad a nuestras hermanas venezolanas, pido disculpas", declaró.

En el video, apareció junto a su esposa Michelle y María Teresa Belandria, representante en Brasil del opositor venezolano Juan Guaidó, reconocido por Bolsonaro como presidente legítimo del país gobernado por el chavista Nicolás Maduro.

"Mi compromiso siempre fue acoger y atender lo mejor posible a todos quienes huyen de las dictaduras en el mundo", añadió.

Según el mandatario, la primera dama y la exministra de la Mujer, Damares Alves, visitaron a las menores ayer y "constataron que están reconstruyendo sus vidas en Brasil".

Según el diario Estado de S. Paulo, las jóvenes venezolanas y sus madres se habrían negado a grabar un video para la campaña de Bolsonaro.

Pero la campaña de Lula contraatacó. Ayer Rosangela da Silva, esposa de Lula, publicó en Twitter el extracto de otra entrevista de hace un mes, en la que el presidente de derecha ya insinuaba que las jóvenes eran prostitutas.

El clima de acusaciones es tal que el equipo de fact checking de AFP detectó varias afirmaciones falsas, como la acusación de Bolsonaro de que el PT se opuso al plan de ayudas sociales Auxilio Brasil, o que Lula se paseó con traficantes en una favela de Rio de Janeiro.

Lo cierto es que el clima de hostilidad verbal ya está contagiando a los partidarios de un bando y otro, razón por la cual algunos sectores han llamado a los candidatos a morigerar su lenguaje y acusaciones para evitar que la violencia se tome la recta final de la campaña.