¿Cuál es el nivel real de la liga colombiana? | El Nuevo Siglo
JUNIOR FUE armado para ser protagonista en la Copa Libertadores, pero solo logró ser tercero en su grupo y ahora jugará la Suramericana.
/AFP
Viernes, 23 de Octubre de 2020
Redacción Deportes

El desempeño de los equipos colombianos en la fase de grupos de la Copa Libertadores, llamó a la reflexión y a cuestionar qué tan bueno es el nivel del torneo local y cuáles son las causas por las que los clubes criollos dejaron de ser protagonistas en un torneo donde Brasil ha mandado en los últimos años junto con Argentina.

Colombia, después del segundo título logrado por Nacional en 2016, no ha conseguido acercarse a la final y la mayoría de sus representantes generalmente quedan eliminados en las primeras de cambio.

Para el torneo de este año clasificaron Junior, América, Tolima y Medellín. Dos quedaron fuera al término de la fase de grupos y dos, Junior y Tolima, se tuvieron que conformar con un cupo en la Suramericana.  

No es para echar las campanas al vuelo porque un equipo como el Junior, armado para pelear el título, no puede conformarse con tan poco, sin demeritar ese certamen que apenas se está consolidando y al que llegan elencos de muy bajo nivel.

Lo curioso de todo esto es que en algún momento la liga colombiana fue catalogada como una de los mejores, reconocimiento que siempre se puso en duda, al igual que aquél que ubicaba al país como uno de los más felices del mundo.

“No es un tema solo de Junior, nuestra liga no es tan fuerte y nos cuesta competir”, sentenció el técnico de los ‘Tiburones’, Amaranto Perea.

Añadió que “nuestra liga no es tan fuerte como para pensar que salimos internacionalmente y con el ritmo nos va a alcanzar. Tenemos buenos jugadores pero si competimos con estos equipos como Flamengo, ellos son superiores”.

“Ningún equipo en Colombia juega al fútbol de posesión. De 30 goles que pueda tener algún equipo, no tiene 10 goles con secuencia de pases en tercio medio o en campo contrario. Eso no existe en nuestro fútbol. Tampoco tenemos una liga dinámica, nos falta intensidad”, señaló Juan Carlos Osorio, técnico de Nacional.

A lo expresado por los dos entrenadores habría que sumar que desde hace algún tiempo los clubes colombianos se convirtieron en despensa de los de Argentina, México y algunos de Europa. Acá no quedan figuras, a no ser las que regresan en bajo nivel luego de cumplir su ciclo en el exterior o simplemente no logran mantenerse.

Así mismo, jugador que pinta bien, va porque los directivos piensan en el dinero antes que en el espectáculo y aun así, quieren tener un canal Premium y conseguir que los aficionados se suscriban.

Salvo Nacional o Junior, no hay un equipo criollo que invierta dinero para reforzarse y la mayoría se dedican a contratar a ver si tienen suerte.

La liga colombiana se volvió un negocio en el que solo buscan darle gusto a Win, con el manejo de los horarios y en el que los directivos intentan salvar el año con bajas inversiones y la venta de uno que otro jugador.

Hasta ahora no hay un directivo que muestre preocupación por el espectáculo y por levantar el nivel competitivo. Desde hace algún tiempo se dice que el fútbol profesional colombiano se niveló por lo bajo y aunque es cierto, nada se ha hecho para mejorarlo.

Los técnicos guardan silencio porque si reclaman, sencillo, se van. Por eso se acomodan a los que les dan y antes que buscar que su equipo juegue bien al fútbol, tenga dinámica, muestre jerarquía y marque diferencia, se conforman con sacar resultados así sea jugando mal, sin crear una identidad.

¿Qué hacer? La respuesta la tienen los directivos. Este año tienen justificación, la para por la pandemia afectó el rendimiento. Y sí. ¿Pero por qué los brasileños o argentinos no están mal?

Para que el fútbol profesional colombiano recupere el lugar que se ganó con el subtítulo del Cali, los tres segundos lugares de América, las dos coronas de Nacional y la del Once Caldas, se necesita una reestructuración de la liga, con un torneo serio, que permita que los técnicos hagan procesos y no como ocurre actualmente que no tienen tiempo de trabajar y están sometidos a la dictadura de los resultados.

En algún momento se dijo que los torneos cortos generan más expectativa. Sí. Lo que no se explicó es que obligan a pensar solo en sacar resultados a como dé lugar, en detrimento de la estructuración de un buen equipo, de un trabajo táctico en el que se puedan hacer repeticiones, mecanizar movimientos y saber a qué jugar.

Si se mantiene la idea de los dos torneos en el año, se seguirá perdiendo nivel competitivo y los equipos continuarán siendo buenos entre casa, pero a nivel internacional no y se seguirán acumulando fracasos.

Queda la Copa Suramericana, a la que llegaron Junior y Tolima por descarte en la Libertadores, más Millonarios, que enfrentará al Cali, más Nacional. Ganar ese torneo en algo ayudaría a cambiar la imagen que hoy se tiene del nivel de la liga, pero no se puede perder de vista que ese torneo apenas está tomando vuelo.

Por el momento queda la tranquilidad de que la Selección Colombia está en otro nivel gracias a que los integrantes de su formación titular y la mayoría de los suplentes, están en el extranjero y mantienen una alta exigencia, como es el caso de James Rodríguez en el Everton; David Ospina en el Nápoles; Juan Guillermo Cuadrado en la Juventus, o Duván Zapata, Johan Mojica y Luis Fernando Muriel en el Atalanta.