Por tercera vez, el Congreso aplazó discusión del Acuerdo de Escazú | El Nuevo Siglo
“Desde el Ministerio estamos apoyando la ratificación del Acuerdo de Escazú”, ha manifestado el ministro de Ambiente, Carlos Eduardo Correa. /Presidencia
Foto Presidencia
Martes, 27 de Octubre de 2020
Redacción Política

Si ninguna otra circunstancia se interpone, este jueves por fin se le dará primer y tercer debates simultáneos al proyecto de ley que ratifica el Acuerdo de Escazú.



Mientras las comisiones segundas de Senado y Cámara están citadas para debatir la iniciativa a partir de las 10 de la mañana, el ministro de Ambiente, Carlos Eduardo Correa, ha expresado que de parte del Gobierno se mantiene el compromiso de sacar adelante la iniciativa, anotando que “esta ratificación se envió con mensaje de urgencia y nosotros estamos cumpliendo el trámite. Lo que pasa es que hay inquietudes de diferentes señores, como es normal, y debemos responderlas”.

“Desde el Ministerio estamos apoyando la ratificación del Acuerdo de Escazú. Hay que recordar que normalmente la ratificación de este tipo de acuerdos internacionales toma su tiempo y es normal que en el país, así como ha sucedido en los demás países de la región, se presenten muchas inquietudes alrededor de este acuerdo y de su implementación”, explicó.

Como se lo expuso a EL NUEVO SIGLO el exministro Luis Gilberto Murillo, “algunos opositores al tratado han diseminado una serie de mitos sobre este compromiso vinculante. El desplazamiento de la legislación nacional es uno de ellos. Como ya lo he dicho, el Acuerdo de Escazú es coherente con la Constitución nacional, la ley 99 de 1993 o Ley Fundacional Ambiental y los desarrollos jurisprudenciales de la Corte Constitucional. Más aún, el sistema normativo colombiano sirvió como una de las de referencia para la definición de los principios del tratado. En lugar de desplazar a la legislación colombiana, el tratado le da un marco apropiado para modernizarla y fortalecerla desde un enfoque de derechos”.

La semana pasada, el presidente de la Comisión Segunda del Senado, Juan Diego Gómez, del Partido Conservador, consideró que se debe honrar el compromiso adquirido por el presidente Iván Duque al suscribir el tratado en diciembre pasado.



Entre tanto, el jueves, el procurador Fernando Carrillo pidió una deliberación transparente para el trámite del proyecto, anotando sobre los peros expuestos por dirigentes gremiales que “si bien entendemos que hay unos intereses económicos legítimos detrás de la oposición al Acuerdo de Escazú, que se dé el debate abiertamente y que contrastemos las opiniones en un escenario transparente de deliberación, porque también, fuera de los intereses legítimos, están todos aquellos que se benefician de la explotación indiscriminada del medio ambiente”.

Opiniones divididas

El propósito central de la iniciativa es facilitar la veeduría ambiental ciudadana sobre los proyectos de desarrollo, pero ha terminado imbuida en un pulso entre los gremios, el Ejecutivo y los activistas que defienden los recursos naturales. ¿La razón? Los sectores productivos advierten sobre los alcances de algunas de las normas de dicho Acuerdo, considerando que podría dificultar proyectos e inversiones, prevención que no comparten la Casa de Nariño ni los defensores ambientales.

El articulado ya tiene desde hace una semana ponencia positiva de los congresistas Carlos Ardila (Partido Liberal), Lidio García (Partido Liberal), Neyla Ruiz (Alianza Verde), Antonio Sanguino (Alianza Verde) y Feliciano Valencia (Movimiento Alternativo Indígena y Social, MAIS).

No hay problemas de tiempo porque tiene mensaje de urgencia, pero la aprobación de Colombia sería vital para el tratado ya que entrará en vigor 90 días después que lo ratifiquen 11 países y van 10 (Guyana, Bolivia, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Uruguay, Antigua y Barbuda, Nicaragua, Panamá, Ecuador y Argentina).

Extraoficialmente se prevé que el proyecto tenga siete votos en contra de los congresistas del Centro Democrático, eventualmente uno del MIRA y quizás cuatro de Cambio Radical, a juzgar por la columna del fin de semana del exvicepresidente Germán Vargas Lleras (en la que dijo que, “por fortuna, cada día son más las voces en el Congreso que se preguntan sobre la conveniencia de ratificar este peligroso instrumento”). Eso sumaría 12 votos en contra.

Decididamente a favor habría cinco votos: uno del Polo Democrático, dos del MAIS, dos de la Alianza Verde y cinco liberales, para un total de 10.

La definición quedaría en los ocho votos restantes, tres del Partido Conservador y cinco de La U.

Mensaje de urgencia

Hace un mes, en su intervención ante la Asamblea de las Naciones Unidas, el presidente Duque dijo que “estamos a la espera de la aprobación por parte del Congreso de la República del denominado Acuerdo de Escazú, el cual firmamos a finales del año pasado”.



La iniciativa, radicada con mensaje de urgencia en 20 de julio por los ministros de Relaciones Exteriores (Claudia Blum), Interior (Alicia Arango), TIC (Karen Abudinen) y Cultura (Carmen Inés Vásquez), así como los entonces jefes de la carteras de Justicia (Margarita Cabello) y Ambiente (Ricardo Lozano), es la número 265 de 2020 Cámara – 57 de 2020 Senado, “por medio de la cual se aprueba el ‘Acuerdo regional sobre el acceso a la información, la participación pública y el acceso a la justicia en asuntos ambientales en América Latina y el Caribe’, adoptado en Escazú, Costa Rica, el 4 de marzo de 2018”.

El presidente Duque calificó la firma del Acuerdo de Escazú como un producto de la Gran Conversación Nacional que el Gobierno nacional inició con todos los sectores del país, entre ellos el ambiental.

Debate ambiental

Semanas atrás, durante una audiencia virtual adelantada de cara a la preparación de la ponencia, el exministro Manuel Rodríguez señaló la carencia de mecanismos reales de participación ciudadana que tiene Colombia, como también de la justicia ambiental, considerando equivocadas las reservas de los empresarios “que claramente consideran que la participación ciudadana –que es un derecho fundamental de nuestra Constitución– es un obstáculo”.

Por su parte, Mauricio Madrigal, director de la Clínica Jurídica del Medio Ambiente y Salud Pública de la Universidad del Rosario, precisó que es necesaria la coordinación entre las entidades públicas del medio ambiente, así como consolidar sistemas de información que sean actualizados, confiables y abiertos, para promover una verdadera política ambiental.

Carmen Candelo, del Fondo Mundial para la Naturaleza, solicitó que se tenga en cuenta la necesidad de fortalecer las capacidades de las comunidades para seguir trabajando en pro del ambiente y los territorios. “El Acuerdo de Escazú se ratifica desde esta voz de las comunidades locales para superar la crisis ambiental y la crisis de los derechos en los territorios”, expuso.



El senador Sanguino le dijo a EL NUEVO SIGLO que “hay un buen ambiente en el Congreso”, donde “todas las bancadas han manifestado su respaldo”, aunque “curiosamente la bancada de Gobierno es la que menos entusiasta ha estado”.

“En general, ninguna de las bancadas ha manifestado su oposición al proyecto, aun cuando hay un lobby muy intenso por parte de algunos sectores empresariales, particularmente el Consejo Gremial Nacional tratando de sabotear el trámite del proyecto, pero como es un compromiso público del Gobierno esperemos que avance y sea aprobado sin mayor dificultad”, anotó.

La senadora Paola Holguín, del Centro Democrático, integrante de la Comisión Segunda del Senado, consideró que el Acuerdo de Escazú “nos pone ahora entre las pretensiones de la izquierda y los promotores de las marchas del año pasado, y la soberanía del país (esta vez, de verdad); y las necesidades de diferentes sectores productivos”.

Holguín recordó que “gremios como Fenavi, la Asociación Colombiana del Petróleo y la ANDI presentaron concepto desfavorable y le solicitaron al Gobierno del presidente Iván Duque que se archive la iniciativa”.

También voceros de la Federación de Cafeteros, Fedearroz, Fedepetróleo, Fedegán y el Consejo Gremial han considerado que es una forma de ceder soberanía y han propuesto fortalecer la regulación interna y “no someterse a jurisdicciones internacionales”.



En la mencionada audiencia, Jorge Enrique Bedoya, presidente de la SAC, resaltó que al sector productivo el Acuerdo le genera serías preocupaciones sobre la participación o consulta previa, que ha probado ser una gran aporte, pero también ha sido una traba para el desarrollo del país, puntualizando que “el espíritu del Acuerdo es loable, pero Colombia debe aplicar las leyes que ya existen” e insistiendo en que “desde el sector privado y agricultor este acuerdo genera muchas dudas”; en tanto que Orlando Cabrales, presidente de Naturgas, invitó “a que se revise su contenido antes de su ratificación”.