El Barcelona se olvidó de la crisis este miércoles imponiéndose 2-0 a la Juventus en Turín para ponerse líder en solitario del grupo G de la Liga de Campeones.
Un gol del francés Ousmane Dembélé (14) abrió el marcador, que cerró Leo Messi de penal (90+1) para afianzar al Barça en la punta de su llave, con tres puntos de ventaja sobre la 'Juve'.
El equipo azulgrana supo abstraerse de los problemas institucionales de la entidad, tras la dimisión el martes del presidente Josep Maria Bartomeu para imponerse a una Juventus, lastrada por sus bajas en defensa y que acabó con diez por la expulsión de Merih Demiral por doble amonestación (85).
El equipo italiano tampoco pudo contar con el astro luso Cristiano Ronaldo, que la víspera había dado positivo de nuevo al covid-19, dejando la responsabilidad en punta a un Álvaro Morata que vio cómo le anularon tres tantos por fuera de juego (15, 30, 56).
La Juventus fue dominada por un Barça, que venía con ganas de reaccionar tras perder 3-1 en el Clásico liguero contra el Real Madrid, el pasado fin de semana.
"Hemos hecho un gran partido contra un equipo fuerte, hemos hecho nuestro fútbol, hemos creado ocasiones, creo que hemos tenido que sentenciar mucho antes, pero estoy muy contento con el carácter del equipo y una gran victoria", dijo Koeman tras el partido.
Aparece Dembélé
El partido empezó con nervios e imprecisiones por ambas partes, aunque el Barça pudo adelantarse pronto cuando Antoine Griezmann estrelló un balón en el palo (3).
La Juventus presionaba intensamente la salida del Balón del Barça, que intentaba buscar la salida por las bandas, aprovechando la velocidad de Jordi Alba y Ousmane Dembélé.
El francés, que estuvo muy activo por la derecha, se fue hacia el centro, recortó en la frontal y soltó un zapatazo, que se alojó en la portería rival tras dar un contrario (14).
El extremo galo fue uno de los hombres más desequilibrantes del Barça, hasta que dejó el campo sustituido por Ansu Fati (66).
El gol animó al Barça que siguió atacando a una 'Juve', que vio como Leo Messi cruzaba demasiado, tras una asistencia de tacón de Griezmann (23).
El equipo italiano probaba sus opciones con balones largos a la espalda de la defensa en busca de Morata y Paulo Dybala, pero se topó con un Barça compacto.
Las ayudas en defensa permitieron frenar las entradas que probaban por la derecha Juan Cuadrado, Rodrigo Bentancur o Dejan Kulusevski.
Acoso azulgrana
La 'Juve' tuvo un arreón tras la pausa, cuando llegó el tercer tanto de Morata anulado por el videoarbitraje por un ajustado fuera de juego (56).
Esta acción enfrió los ánimos locales y el Barça volvió a tomar las riendas del partido de nuevo con Messi como catalizador.
Los atacantes azulgranas vivían en el área contraria, pero se perdían en pases y regates dando tiempo a los defensores juventinos a desbaratar las continuas ocasiones visitantes.
Un disparo fuera de Messi (62), un tiro desviado por un defensa del joven Pedri (65) y un balón demasiado cruzado que se fue lamiendo del palo de Griezmann (74), las ocasiones se sucedían para el Barça que no acababa de embocar para desesperación de su técnico Ronald Koeman.
La Juventus, superada por juego, probaba sus opciones al contraataque y en una llegada franca, Adrien Rabiot envió un balón a las nubes (70).
Pero la expulsión de Demiral terminó de desarmar a los italianos, que sufrieron la puntilla cuando sobre la campana, Federico Bernardeschi derribó en el área a Ansu Fati, en una acción sancionada con penal, que marcó Messi para cerrar el 2-0 definitivo (90+1).
"El Barcelona fue mejor en la construcción del juego, está más acostumbrados a estos partidos, mientras que nosotros estamos construyendo algo nuevo. Tenemos que mejorar y trabajar mucho", concluyó tras el partido el técnico de la Juve, Andrea Pirlo.