En el fútbol no siempre lo que se pregona es lo que se pone en práctica y ello especialmente aplica para los técnicos. En el caso del clásico Millonarios-Santa Fe de este fin de semana, sobre el papel, Alberto Gamero y Alfredo Arias gustan de un estilo de juego que se basa en el respeto por el balón.
En el caso de los azules, a pesar de la mala racha que los acompañó y que solo superaron el domingo con el 4-2 sobre Alianza Petrolera en Barrancabermeja, el equipo siempre fue fiel a su libreto, salvo en la definición porque no remataba al arco contrario.
Por los lados de los Albirrojos, de este parlamento de que “me gusta que mi equipo siempre salga jugando y asociarse a través del pase”, no siempre se cumple y en varios compromisos se le ha visto recurrir a aquello que durante muchos años lo identificó y que le valió el remoquete de ‘equipo fritanga’, porque era puro “corazón y garra”.
Una muestra de que es así, es el resultado del más reciente clásico del 12 de octubre, en el que Millonarios ganaba 2-0 con tantos de Israel Alba y Yuber Quiñones, pero en 10 minutos, entre el 65 y el 75, Jeferson Rivas, Neyder Moreno y Wilson Morelo, con más voluntad que juego de conjunto, remontaron.
Ahora, por esos caprichos del azar, Gamero y Arias se volverán a ver las caras este sábado en el arranque de los cuadrangulares, de los que saldrán los dos finalistas. Para el primero será la oportunidad de tomarse revancha de ese mal resultado y para el segundo la de demostrar que lo ocurrido no fue cuestión de suerte o descuido del rival.
Es curiosa la forma como dos equipos capitalinos clasificaron. Los dos llegaron dentro del grupo de los ocho, pero en algún momento, por cómo se iban dando los resultados, salieron, y en el caso de los ‘Cardenales’, no precisamente haciendo honor a eso de respetar el balón, sino más bien gracias a la entrega de sus jugadores.
Tan es así que ya Arias no habla de la elaboración de juego o de salir con balón dominado, aunque sí de “tratar de atacar más que defender”. Eso lo puso en práctica ante el Once Caldas y logró darle vuelta al marcador.
Por los lados de Millonarios, el equipo volvió a sus raíces, a ese juego agresivo con el que sale a presionar al rival, a atacarlo y a buscar el arco contrario. Por eso se fue arriba en el marcador a pesar de jugar como visitante. También por ello, por ese afán de seguir atacando y asegurar el resultado haciendo más goles, se vio sorprendido y no solo le empataron, sino que le remontaron.
Esquemas
A Gamero le gusta el 4-2-3-1, con laterales que continuamente van al ataque y dos defensores centrales que inician juego, aunque en el caso de Juan Pablo Vargas, es aprovechado para que tire pelotazos largos.
Además, los dos volantes de marca no solo recuperan el balón, sino que tienen buen manejo de la pelota y pisan continuamente el área rival. Es por eso que el técnico samario, para evitar que Alianza Petrolera le siguiera causando problemas, envió al sector medular a Andrés Llinás y excluyó a Juan Carlos Pereira.
Los otros volantes o los extremos son dúctiles con el esférico: David Silva, Daniel Ruiz y Carlos Andrés Gómez, más Daniel Cataño. A ellos se suma el hombre en punta, Luis Carlos Ruiz, quien se mueve por todo el frente de ataque o se tira algunos metros atrás para asociarse.
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“El sistema que me ha dado cosas buenas es el 4-2-3-1. Los jugadores me van a dar lo que quiero en los entrenamientos, si yo veo que con los dos delanteros soy más punzante, lo uso. A veces los dos delanteros obligan a los equipos a pelotear porque falta un generador, por eso no me inclino por dos delanteros. Casi siempre se piensa: si hay dos delanteros hay que tirarles centros y pelotazos, entonces se vuelve un equipo de puro pelotazo”, pregona Gamero.
Por su parte, Arias asegura que “el hincha puede esperar que mi equipo siempre intente salir jugando, ser asociado a través del pase, controlar los partidos a través de la pelota, darle valor y tratar siempre de atacar más que defender”.
Se supone que el tradicional pelotazo uruguayo no tiene nada que ver en el estilo del técnico charrúa al servicio de Santa Fe y afirma que lo aborrece. La salida desde el fondo siempre es en corto y, por eso, los centrocampistas retroceden para servir como opción de pase. Los jugadores se mantienen compactos entre líneas con el fin de que el rival no los coja mal parados, pues una de sus leyes ‘reinas’ es la recuperación tras pérdida y para eso es importante tener los sectores compactos.
En cuanto a sistemas de juego, Arias emplea con frecuencia el 4-3-3, o a veces también 3-3-2-2 o 3-4-3, pero siempre manteniendo el bloque compacto en la mitad de la cancha.
Empero, no siempre es lo que se ve y en el camino hacia la clasificación acudió al pelotazo y recuperó esa arma de juego aéreo como aliada para ganar partidos que parecían perdidos.
Los duelos
Gamero y Arias se han visto las caras en varias ocasiones. Cuando el uruguayo dirigía al Deportivo Cali y ahora en Santa Fe. Los resultados han sido parejos.
En juegos de Copa Suramericana, los ‘Azucareros’ ganaron 1-2 en El Campín y los celestes 1-2 en Palmaseca.
Luego Millonarios derrotó 3-1 a los dirigidos por Arias, pero hubo un resultado que marcó el destino del charrúa y fue un 2-2 en Palmaseca. Tras ese resultado se dio paso a su salida de los verdiblancos y la llegada de Rafael Dudamel.
En cuanto a los clásicos, Millonarios le ganó el primero por 2-0, goles de Carlos Andrés Gómez, pero se tomó la revancha con el 3-2 del pasado octubre.
Sin embargo, los resultados en esos cotejos, este sábado cuando los equipos salten a la cancha de El Campín, no dejarán de ser una fría estadística y lo que contará será cómo Gamero y Arias planteen las acciones.
Luego se volverán a encontrar en el cierre de los cuadrangulares, el 23 o 24 de noviembre. Lo ideal sería que los dos conjuntos bogotanos llegaran con posibilidades de clasificar a la final. ¿Cómo lo hagan? Es difícil saberlo por los lados de los ‘Cardenales’ porque ahora Arias pregona que “hoy lo importante es el resultado, mañana ya veremos”.
Del otro lado, es de esperarse que Gamero no cambie una idea que tantos buenos resultados le ha dado y que se mantenga en eso de salir siempre a proponer, a buscar el resultado, aunque le tocará tomar medidas preventivas para evitar que le sigan llegando, que su defensa y el golero Álvaro Montero sigan cometiendo costosos errores.
Los dos equipos llegan cargados de ánimos, revitalizados no solo por la clasificación, sino por la evolución de juego que han tenido y porque los goles están llegando.
Santa Fe, por ser primero del torneo, tiene ventaja en caso de empate, de definir a su favor. Millonarios perdió esa posibilidad, pero lo que cuenta es que recuperó la memoria goleadora.