Elecciones EU: a qué estar atento en la jornada y los días siguientes | El Nuevo Siglo
Si el presidente Donald Trump gana los 10 votos electorales de Minnesota sería un acontecimiento histórico. <FOTOLEAD> El candidato demócrata Joe Biden busca hacer valer su localía y ganar el estado de Pensilvania que si partido perdió hace cuatro años.
AFP
Lunes, 2 de Noviembre de 2020
Redacción internacional

El presidente candidato republicano Donald Trump y su rival demócrata en la carrera por la Casa Blanca, Joe Biden, se enfrentan fenomenalmente a la cita definitiva en las urnas.

El coronavirus que ha trastornado todos los rincones de la vida estadounidense y sin duda traerá retrasos en los resultados de unas elecciones atípicas en las que la campañas han tenido que modificar su habitual desarrollo y la posiciones de los votantes se han radicalizado por temas como la recuperación económica pospandemia y el manejo de la crisis sanitaria.

El voto por correo y los retrasos que conlleva, así como la posibilidad de que se presente un fraude electoral, ha llevado a que los focos de atención se dirijan a ciertos Estados y hechos que serán determinantes en la jornada de votación de hoy y durante los próximos días y semanas hasta que se proclame oficialmente quien será el próximo presidente de los Estados Unidos.



A continuación se presentan algunas situaciones a las que habrá que poner especial atención durante el proceso y de las que dependerá no sólo el resultado, sino también el futuro de millones de estadounidenses y que tendrán consecuencias alrededor del mundo.

1. Estados clave: En los Estados Unidos existen tres tipos de Estados de cara a las elecciones presidenciales. Por un lado están los Estados “rojos” considerados bastiones de los republicanos como Idaho, Kentucky, Wyoming, Arkansas, Nebraska, Alaska y muchos estados del sur como Texas y Mississippi. Por otro lado están los Estados “azules” dominados por los demócratas como California, Illinois y gran parte de la región de Nueva Inglaterra de la costa noreste. Finalmente están los Estados “morados” o “swing states” que se inclinan hacia un partido u otro en distintas elecciones y en los cuales cualquiera de los dos candidatos podría ganar y asegurar su victoria en las elecciones presidenciales.

Hay 14 estados o distritos electorales que se consideran "swing" y los que los candidatos concentraron su actividad proselitista en las últimas semanas. Ellos son: Arizona, Florida, Georgia, Iowa, Maine (segundo distrito), Michigan, Minnesota, Nebraska (segundo distrito), Nevada, New Hampshire, Carolina del Norte, Ohio, Pensilvania y Wisconsin. Estos Estados representan un total de 201 votos electorales y todo el mundo estará al tanto de lo que allí suceda hoy y en los próximos días.


El presidente candidato republicano Donald Trump y su rival demócrata en la carrera por la Casa Blanca, Joe Biden, se enfrentan fenomenalmente a la cita definitiva en las urnas.


En cualquiera de los antes mencionados es incierto el ganador y, por ello, tanto el partido Republicano como el Demócrata pueden hacerse con los votos del colegio electoral. Los Estados “bisagra”, como también se les conoce, pueden cambiar en ciertos periodos electorales a consecuencia de modificaciones demográficas producidas por la inmigración y son más vulnerables a cambiar sus preferencias de acuerdo a intereses coyunturales.

2. Cinturón de Oxido: El cinturón de óxido es una región compuesta por 12 Estados, cuya principal actividad económica está relacionada con la industria pesada y las manufacturas. Cuatro de los estados que la componen (Pensilvania, Ohio, Michigan y Wisconsin) hacen parte de los “Swing states” y con la elección intentarán asegurar su desarrollo económico y volver a los niveles de desempleo que tenían antes del advenimiento de la pandemia.

Las autoridades electorales han indicado que podrían pasar días antes de que completen el conteo en Pensilvania, estado que aporta 20 votos electorales, debido a un gran aumento en los votos por correo. Como se recordará Trump logró allí una victoria clave, después de 28 años de haber votado por candidatos demócratas. Mientras que el mandatario intenta repetir su victoria este año. Biden, nacido allí, también busca ganar en el estado y no cabe duda de que será una de las más interesantes luchas de la contienda.

Ohio, con 18 votos electorales, es además de una plaza importante electoralmente lo es simbólicamente, considerando que desde 1896 solo dos presidentes han llegado a tal dignidad  sin ganar en ese Estado. El presidente Trump ganó en Ohio en 2016 por 8.1 puntos porcentuales. En esta ocasión los candidatos se encuentran en empate técnico con una diferencia de apenas 0,6% y ambos buscan impulsar el voto entre las comunidades negras para hacerse con el Estado.



Trump ganó en Michigan en 2016 por menos del 0,22%, el resultado más apretado de la nación. En esta elección los demócratas buscan volver a hacerse de los 16 votos electorales que aporta y que consideraban seguros hasta la elección pasada. Aunque las encuestas predicen un triunfo de Biden por más de 7 puntos de diferencia, los republicanos consideran que el Estado no está perdido y que los votos ocultos de Trump podrán darles la victoria en el estado.

Finalmente, en Wisconsin, que aporta 10 votos, los demócratas esperan aprovechar su ventaja en las dos ciudades más grandes, Milwaukee y Madison, al tiempo que aumentan el apoyo en las áreas suburbanas y reducen el apoyo de Trump en las rurales. Una vez más Trump ganó este estado en 2016  y fue el primer republicano en ganar el Estado después de desde Ronald Reagan. En este estado los candidatos también se encuentran en empate técnico y habrá que estar muy pendiente porque de seguro quien se haga con el estado lo hará con una diferencia estrecha.

3. Florida: No hay un estado más importante que este en toda la elección: Con sus 29 votos electorales se da por descontado que quien gane allí sea el nuevo presidente de los Estados Unidos. Como se recordará, en este Estado se han librado las batallas más interesantes y apretadas en la historia reciente al punto que la Corte Suprema de Justicia tuvo que decidir en el año 2.000 que el republicano George W. Bush había vencido al demócrata Al Gore y en el 2016 Trump se hizo con la victoria con una diferencia de tan solo el 0,3% de los votos.


El coronavirus que ha trastornado todos los rincones de la vida estadounidense y sin duda traerá retrasos en los resultados de unas elecciones atípicas en las que la campañas han tenido que modificar su habitual desarrollo y la posiciones de los votantes se han radicalizado por temas como la recuperación económica pospandemia y el manejo de la crisis sanitaria.


En esta ocasión las encuestas indican que los candidatos se encuentran a una diferencia de menos del 3% lo que los ubica en empate técnico y lo que explica la agresiva ofensiva de ambas campañas para conseguir apoyos en un Estado en el que el voto latino es clave y el discurso anti socialista de Trump puede ser bien recibido por residentes cubanos, colombianos, venezolanos y nicaragüenses.

4. Carolina del Norte y Georgia: Carolina del Norte solo ha respaldado a dos demócratas en los últimos 50 años, Jimmy Carter y Barack Obama: sin embargo los cambios demográficos están dando esperanza a los demócratas de hacerlo por una tercera vez. Biden le apunta al voto de las ciudades para contrarrestar el favoritismo de Trump en las rurales, que siguen siendo fuertemente republicanas.

En este Estado los funcionarios electorales comenzarán a contar las boletas enviadas por correo, que deben tener matasellos antes del día de las elecciones y recibirse antes del 12 de noviembre, tan pronto como vayan llegando y no deberán esperar a esa fecha para comenzar.



Con sus 15 electores, Carolina del Norte es uno de los estados más importantes en la carrera hacia la Casa Blanca. Este estado también evidencia un empate técnico entre los candidatos y será otro de los resultados inciertos al que habrá que seguirle la pista.

En Georgia, por su parte, las autoridades han dicho que esperaran un par de días para que todas las boletas enviadas por correo lleguen y sólo hasta ese momento serán escaneadas y tabuladas. La asignación de los 16 votos electorales del Estado se encuentra en un claro empate, de acuerdo a los últimos sondeos.

5. Iowa y Arizona: No se suponía que Iowa fuera un campo de batalla este año, después de que Trump lo ganó por 9,4 puntos porcentuales en 2016. Pero las encuestas han sugerido una carrera más reñida esta vez

 A pesar de tener tan solo 6 electores, el resultado en este estado es un gran incógnita considerando que después de que los demócratas estuvieran por delante en las encuestas, durante mucho tiempo, en los últimos días el presidente Trump logró superarlos pero por una estrecha diferencia que también los tiene empatados.

En Arizona, por su parte, los demócratas le apuestan a impulsar la participación en un Phoenix fuertemente demócrata y ganar votantes indecisos suburbanos. El Estado que había sido un bastión republicano durante décadas ha recibido un importante migración latina quienes ya constituyen caso el un tercio de su población. En este Estado la diferencia entre los candidatos es de 2 puntos porcentuales en promedio y, así, cualquier partido podría recibir sus 11 votos electorales.

6. Minnesota: Este Estado no ha respaldado a un candidato republicano a la presidencia desde 1972, pero Trump estuvo a 45.000 votos de ganar el estado hace cuatro años. Si ganara esta vez sus 10 votos electorales sería un acontecimiento histórico. El estado tiene actualmente un gobernador demócrata, dos demócratas representan al estado en el Senado y cinco de sus ocho miembros de la Cámara de Representantes son también demócratas.


El voto por correo y los retrasos que conlleva, así como la posibilidad de que se presente un fraude electoral, ha llevado a que los focos de atención se dirijan a ciertos Estados.


La campaña del presidente invirtió en el Estado mucho más que hace cuatro años y consideran que su mensaje de ley y orden encontraría resonancia en las áreas suburbanas y rurales.

Los demócratas de Minnesota estiman que hasta 250.000 residentes blancos que no fueron a la universidad, el corazón de la base de Trump, no estaban registrados para votar en 2016. Los republicanos se esforzaron por encontrarlos. Si bien los demócratas en el estado han suspendido en gran medida las campañas puerta a puerta debido a la pandemia, los republicanos han continuado.

La semana pasada, los voluntarios tocaron más de 130.000 puertas en el Estado al punto que autoridades demócratas apuntaron que "esta es la organización más grande que han visto a un republicano pone en este Estado, en términos de publicidad, visitas y personal en el terreno".

La campaña de Trump ha reservado más de $ 1.2 millones en publicidad televisiva en Minnesota, el vicepresidente Mike Pence realizó un mitin en el norte de Minnesota y el presidente la ha visitado en repetidas ocasiones. La ventaja de Biden en Minnesota es de 5 puntos porcentuales, ese número podría estar inflado y los votantes ocultos de Trump los podría dejar en empate técnico. Ganar Minnesota le daría a Trump "cierto margen de maniobra para perder otro estado que ganó la última vez.

7. Las encuestas: Este panorama de los “swing states” demuestra que aunque el presidente Trump v a la zaga del exvicepresidente Biden por 6 puntos del voto nacional, los sondeos intentan inclinar la balanza desconociendo realidades políticas y electorales contundentes.

Las encuestas no explican que el presidente es elegido por el sistema de votación indirecta, en cabeza de los colegios electorales y que una vez más el presidente puede volver a dar la sorpresa.



Después de que todas las encuestas y promedios del voto nacional daban a Hillary Clinton como ganadora hace 4 años la gran pregunta que se hacen los estadounidenses es ¿Por qué deberíamos volver a confiar en las encuestas? Además, hay quienes creen que Trump es un candidato tan original y atípico que las encuestas realmente no se aplican a él, que no hay una encuesta que realmente pueda entender lo que la gente siente por él.

Todos aquellos que ponen sus esperanzas en la mayoría de las encuestas que dan a Biden como ganador de las elecciones deben recordar que nadie nunca dijo que Trump tuviera alguna posibilidad de llegar a la Casa Blanca.

8. Fraude: El presidente ha afirmado en repetidas ocasiones que el voto por correo será objeto de grandes fraudes electorales y ha mencionado que hay personas llenando un gran número de boletos mientas que otros han sido encontrados en contenedores de basura y en logares despoblados de las zonas rurales. Este aspecto será, sin duda, otro de los temas a considerar y prestar especial atención desde el día de hoy y hasta que se conozcan los resultados definitivos.

Trump ha alentado a sus simpatizantes a observando las elecciones de hoy y no dudar en denunciar en cuanto perciban alguna de las irregularidades que el mandatario lleva denunciando desde hace meses.

El llamado "Ejército de Trump" no es una iniciativa ilegal ni mucho menos, pero la campaña demócrata ha avisado que estos observadores no pueden interferir el proceso de votación ni pueden forzar unilateralmente la paralización de una mesa, y recientes informes han avisado que los rumores de fraude han generado un estado de paranoia que podría desembocar en enfrentamientos armados en las mesas de votación.

Aunque el candidato demócrata, Joe Biden, también ha alentado a la observación silenciosa de los comicios entre sus partidarios, la figura es bastante insólita en la democracia estadounidense.

De hecho, a los partidos se les prohibió durante los años 80 que desplegara observadores en los colegios electorales después de que un tribunal dictaminara que los voluntarios estaban efectuando "campañas de acoso sistemático" contra los votantes. Otro fallo judicial, esta vez de 2018, suspendió esta sentencia.

9. Impugnaciones: Considerando los retratos en los resultados que se ocasionarán por la enorme cantidad de votos por correo se ha aumentado la incertidumbre sobre la confiabilidad de los resultados. Esta situación ha llevado a que analistas políticos y partidarios de uno y otro bando aseguren que si éstos son muy ajustados, es de esperar que el candidato perdedor se niegue a recocerlos y habría un escenario complicado en el que el Congreso de los Estados Unidos y los tribunales finalmente decidirían.

Si bien algunos estados cuentan las boletas a medida que ingresan, otros, en particular los campos de batalla críticos, tienen leyes que prohíben procesarlos hasta el día de las elecciones.

Eso significa que, de acuerdo a las encuestas, la noche de las elecciones puede verse bien para el presidente Trump, pero con el pasar de los días Biden puede recortar terreno.


Trump ganó en Michigan en 2016 por menos del 0,22%, el resultado más apretado de la nación. En esta elección los demócratas buscan volver a hacerse de los 16 votos electorales que aporta y que consideraban seguros hasta la elección pasada.


Así las cosas es de esperar que se presenten impugnaciones en varios Estados y sin duda las intervenciones del Congreso y la Corte Suprema de Justicia estarán en la mirada de todos los medios y analistas políticos y serán el nuevo foco de atención de las campañas.

10. Elecciones legislativas: Los estadounidenses no sólo decidirán hoy a su presidente sino también cambios decisivos en la estructura política con las trascendentales elecciones simultáneas a las dos cámaras que conforman el Congreso de Estados Unidos. Destaca sobre todo la que decidirá la composición del futuro Senado, institución clave que facilita o imposibilita iniciativas políticas del ganador.

Una posible victoria del candidato demócrata en las presidenciales podría no tener muchas posibilidades de modificar políticas estructurales si los republicanos preservan su mandato actual en la cámara alta con una mayoría de 53 escaños por 47 de los demócratas, para un total de 100 escaños.

No cabe duda de que un Senado adverso se dedicaría a obstaculizar sistemáticamente cualquier iniciativa política del ganador. Y sin duda este será otro aspecto a tener en cuenta en estos días para saber cómo serpa la gestión del nuevo presidente.