El presidente de Rusia, Vladimir Putin, aseguró que su Gobierno está haciendo todo lo posible para poner fin al conflicto en Nagorno Karabaj, la región cuya soberanía se disputan desde hace décadas Armenia y Azerbaiyán.
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"Saben que Rusia está haciendo todo lo que está a su alcance para garantizar que el conflicto en el sur del Cáucaso acabe lo antes posible, así como para proteger las vidas de personas desafortunadamente se están mirando las unas a las otras bajo la amenaza de las armas y que están usando armas unos contra otros", afirmó el mandatario ruso, en una reunión con líderes religiosos celebrada ayer.
El mandatario de Rusia, país que está tratando de ejercer como mediador para que Armenia y Azerbaiyán cesen las hostilidades, se mostró confiado en conseguir sus objetivos mediante las negociaciones. "Mantenemos contacto tanto con Armenia como con Azerbaiyán. Confío en que logremos conseguir resultados que sean aceptables para todos los que viven en la región", indicó Putin, antes de hacer hincapié en que el conflicto debe resolver con métodos pacíficos.
La región de Nagorno Karabaj, está sufriendo una espiral bélica desde finales de septiembre. Los enfrentamientos se mantienen a pesar de que se han acordado tres altos el fuego que han sido incumplidos en cuestión de horas.
La región forma parte oficialmente del territorio de Azerbaiyán pero tiene mayoría de población armenia y está controlada de facto por Armenia desde el final de la última guerra, en 1988, cuando las fuerzas militares armenias se hicieron con el control de este enclave y de varios distritos azeríes colindantes.
Cuando se reanudaron los combates, con una intensidad nunca vista en 30 años, los representantes de las dos diásporas en Rusia, de más de dos millones de personas cada una, lanzaron un llamado conjunto para que el conflicto no se "desplazara" a ese territorio.
Y es que en julio hubo enfrentamientos entre las dos comunidades en Moscú y en San Petersburgo, que dejaron varios heridos y vehículos y restaurantes destrozados.
"Se ha hecho todo lo posible para que esto no se vuelva a repetir", aseguró Chamil Taguiev, el jefe de la diáspora azerbaiyana de la capital.
Los armenios "están decididos a evitar cualquier provocación", declara Lusik Gukasyan, vicepresidenta de la Unión de Armenios de Rusia. "La comunidad está en ebullición pero bajo control", resume.
Sin embargo, ambos campos se han movilizado. Las embajadas de los dos países están cubiertas de flores, de retratos de víctimas de los combates y de mensajes de apoyo.
Se han enviado convoyes de ayuda humanitaria y voluntarios se han incorporado a la zona de conflicto.