Se espera culminar año sin desaforo ciudadano, ni presión de delincuencia luego del violento 2018. La capital, entre enero y septiembre, registró 75 mil 600 denuncias por atracos, con promedio de 276 diarios, según la Red Ciudades Cómo Vamos.   

Hurto y homicidios en Bogotá y capitales de departamento, junto con pequeños municipios, encabezan los índices de delincuencia en el país, con intolerancia, violencia intrafamiliar y abandono de menores por sus padres.     

El desorden público crece con página roja, que debería ser en blanco, ante el  Acuerdo de Paz, en el que ahora se destapan verdades, luego del relato estremecedor de secuestrados por la guerrilla, convertida en partido político, con aire enrarecido, con los llamados disidentes.

Secuestros, atracos, robos y abuso sexual, contra mujeres y niños, enmarcaron el prontuario del año en  regiones golpeadas por criminalidad y delito en general; Lo dicen, no las encuestas, sino denuncias de organizaciones comunitarias desde su origen.

El ciudadano del común no sigue de cerca cifras y estadísticas, que en algunos casos no se creen porque la gente conoce a fondo mejor sus regiones; muchas sacudidas por desolación socioeconómica.

La sociología callejera enseña que a más desempleo, más hampa. La aparición de mafias urbanas, no es cuento, ofreciendo dineros en préstamo por días, en barrios y periferias para formar cadenas y extorsionar, cuando la deuda aumenta.

Otras sobornan vendedores ambulantes para disimular microtráfico  en la noche de las zonas ´rosa´ de Bogotá y otras ciudades; Con todo el sentido humanitario, merecido por los refugiados venezolanos, es lamentable que esa población esté expuesta a caer en narcotráfico.  

Y como el mal ejemplo cunde, el delito por arriba, enseña y motiva a copiarlo por abajo en sectores populares; Es reflejo delincuencial, visto en todas las escalas sociales.  

Las redes de narcotráfico penetran, hace tiempo, restaurantes de todo nivel, bares y rumbiaderos; no escapan, a una eventual invasión de licores adulterados y droga.

El toque de queda para menores de 16 años decretado por autoridades de Bogotá, debería extenderse en el país, tanto en noviembre, como en navidad. El narcotráfico busca menores

En contrate, sería mejor, final de año creativo con concursos de cantantes, grupos musicales, torneos de bailarines y  comedias  con humor costumbrista y  premios, como en varias ciudades del mundo.

El 2018 no fue el más despejado y alentador para la ciudadanía que de vacaciones, de pronto piensa en un verdadero descanso, inclusive con toma de camino turístico.

Que abran los ojos en Cartagena, porque en medio de turismo nacional y extranjero, nunca falta agresión, abuso sexual y robos a visitantes.

El sueño profundo imagina vivir cultura ciudadana, sin violencia y, en orden para despedir el año.