Costo de vida en EE.UU. sigue en meteórico ascenso | El Nuevo Siglo
ENCONTRAR LA fórmula para revertir la tendencia alcista del costo de vida que será jalonada por sus billonarios planes de gasto social, quitará el sueño al presidente Joe Biden
Foto archivo AFP
Viernes, 10 de Diciembre de 2021
Redacción internacional con AFP

Desde hace meses los estadounidenses enfrentan una inédita alza en el costo de vida y esa tendencia se mantendrá, por lo menos hasta el segundo semestre del 2022, lo que forzará al presidente Joe Biden a adoptar medidas para revertir dicha espiral so pena de que sufrir una debacle electoral en las llamadas elecciones de medio término, que se surtirán el 8 de noviembre.

La aprobación a la gestión de Biden, así como la percepción sobre la correcta dirección del país siguen retrocediendo. A una semana de que cumpla sus primeros once meses de mandato, la primera de ellas se ubica en 41% según el sondeo de CNBC de este viernes, mientras que la segunda está en 26%, dato del sondeo de Economist/YouGov del día inmediatamente anterior.

Es por ello que el informe del Departamento de Trabajo que evidencia que la inflación en Estados Unidos alcanzó su máximo en 39 años, al acumular 6.8% a noviembre pasado (comparado con el mismo mes del año anterior) le quitará el sueño a Biden y se le convierte en un problema difícil de lidiar porque las dos billonarias iniciativas de gasto en que ha basado su programa económico (plan de infraestructuras y ayudas tanto sociales como ambientales) mantendrán al alza el costo de vida.

El dato publicado es 0.5% superior al registrado en octubre y una décima por encima de lo previsto por los analistas de Reuters y Bloomberg (6,7%).  El Departamento del Trabajo indicó que fue impulsado por los precios de la energía, pero también tuvieron alto impacto las crisis en la cadena de suministros y la fuerte demanda.

De esta forma, los estadounidenses siguen pagando todo más caro, desde los alimentos hasta la ropa, pasando por los autos, la gasolina, los productos electrónicos o los pasajes de avión.

El mandatario había anunciado el mes pasado que su "prioridad principal" sería invertir la tendencia inflacionaria, lo que como reseñamos se le convertirá en algo muy complejo porque está en mora –por las complicaciones del trámite legislativo- de implementar las grandes obras de infraestructura para generar empleos no calificados y mantener los giros tanto a familias vulnerables como escuelas y programas ambientales, anunciados semanas después de asumir la Casa Blanca.

Pese al elevado dato del Índice de Precios al Consumo (IPC), que no llegaba a dicho nivel desde 1982 bajo la presidencia de Ronald Reagan, Biden buscó tranquilizar al país.

La evolución en las semanas que siguieron a la encuesta para recolectar datos sobre la inflación del mes pasado muestra que "el aumento de precios y de los costos cede", dijo el mandatario en un comunicado.

"Las cifras confirman lo que cada familia estadounidense ya sabe: la inflación está fuera de control bajo el mando de los demócratas", reaccionó por su parte el líder republicano del Senado Mitch McConnell en otro comunicado.

Como el mes pasado, la fuerte demanda de los consumidores chocó con los problemas de suministro ligados a la pandemia, y los precios de la energía fueron los que más aumentaron en un año (+33,3%). En noviembre se registró un pico en los precios del gas, cuando el promedio nacional alcanzó los 3,43 dólares por galón (3,7 litros) a principios del mes, aunque después tuvo una ligera baja, ubicándose a 3,35 dólares.

Si se excluyen rubros más volátiles como energía y alimentación, la inflación subyacente también es importante: 4,9%.

Los precios de los autos nuevos subieron 11,1% y los de los usados 31,4% el mes pasado.

Con relación al mes anterior, el incremento de precios de todos modos cedió ligeramente. El aumento fue de 0,8% en noviembre sobre octubre, contra 0,9% en octubre sobre setiembre. De todos modos, el dato supera lo esperado por el mercado (+0,6%).

La encuesta que da origen a estas cifras se realizó antes de la detección de la variante ómicron del coronavirus, un nuevo factor de incertidumbre para la economía estadounidense y mundial.

Algunos economistas anticipan un aumento de los problemas de logística ligados a nuevos focos de contaminación en el mundo, que podrían contribuir a aumentar la inflación.

Luego de sostener que el aumento de precios era "temporal" y en buena medida debido a la reactivación tras la caída por la pandemia en 2020, el gobierno Biden y la Reserva Federal terminaron admitiendo que la inflación será más duradera de lo previsto.

Para la oposición republicana, la política de la Casa Blanca de inyectar miles de millones de dólares en la economía contribuyó a la subida de precios, algo que el gobierno rechaza.



Complejo panorama

"Las dificultades por el alza de precios muestran que es importante que el Congreso adopte sin demora mi plan 'Build Back Better' (Reconstruir mejor), que reducirá los costos de salud, medicamentos con receta, y cuidado de niños para las familias", enfatizó el presidente.

El gobierno argumenta que los 1,750 billones de dólares de esta iniciativa se repartirán en una década y no serán inyectados de golpe en la economía como fue el caso de los planes de emergencia adoptados durante la pandemia.

Este informe sobre precios se conoce días antes de la reunión de política monetaria de la Reserva Federal (Fed), que probablemente aumentará el ritmo de los recortes de compras de activos en el mercado para allanar el camino a una posterior alza de tasas de interés, en un esfuerzo por contener la inflación.

La Fed espera que la inflación ceda en el segundo semestre de 2022, pero para ello, para lo que coloquialmente se conoce como ‘torcerle el pescuezo’, Biden deberá hacer un trabajo de filigrana económica y política.

Millones de renuncias

Millones de estadounidenses continúan dejando sus empleos cada mes ante las nuevas oportunidades creadas por la reactivación de la economía tras las restricciones por la pandemia, aumentando una inédita escasez de mano de obra.

Las nuevas inscripciones semanales a los subsidios por desempleo en Estados Unidos cayeron la semana pasada a su nivel más bajo desde setiembre de 1969, anunció el Departamento de Trabajo. Así, entre el 28 de noviembre y el 4 de diciembre, 184.000 personas se inscribieron para recibir estas ayudas, una caída de 43.000 con relación a la semana anterior.

La cifra es muy inferior a las 228.000 inscripciones que esperaban los analistas

Pero sobre todo, este descenso en los pedidos de prestaciones muestra que los empleadores dudan en dejar ir sus trabajadores, en momentos en que los puestos vacantes son numerosos, la demanda de los consumidores elevada, y la disponibilidad de mano de obra es menor a los meses previos a la pandemia.

Para atraer trabajadores las empresas y comercios ofrecen salarios más altos y mejores beneficios, lo que alimenta las presiones inflacionarias.

En noviembre los salarios por hora aumentaron 4,8% sobre igual período del año anterior, según datos del Departamento de Trabajo que también indica que el número de vacantes alcanzó picos gracias a la reactivación de bares, hoteles y restaurantes, así como algunas industrias y servicios varios.

En particular, contratar personal con baja calificación que acepte el trabajo presencial se volvió un rompecabezas para muchos empleadores.

Unos 4,2 millones de trabajadores en Estados Unidos dejaron su empleo en octubre para aprovechar las oportunidades profesionales creadas por la reactivación económica, un número cercano al récord de septiembre, según un informe publicado el miércoles por la oficina de estadísticas (BLS). La cifra fue de 4,4 millones en septiembre y 4,3 millones en agosto.