Pros y contras de consultas partidos para listas cerradas | El Nuevo Siglo
La consulta anual de partidos no es vista como importante por los votantes, dada la baja participación.
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Domingo, 1 de Enero de 2023
Redacción Política

Una de las mayores discusiones que se darán este año en la segunda vuelta de la reforma política será por las listas cerradas, porque muchos parlamentarios consideran que implica volver al bolígrafo con el que los directores de los partidos las integraban a su amaño. 

El proyecto prevé las consultas para que sea la militancia la que tome este tipo de decisiones. Sin embargo, según se reglamente, el mecanismo presenta ventajas y desventajas. 

El ministro del Interior, Alfonso Prada, anunció que previo al inicio de sesiones del Congreso, en marzo próximo, "tenemos en enero y febrero que convocar unas mesas de trabajo en las que vamos a revisar con los partidos cómo se van a organizar las listas cerradas". 

La reforma política aprobó el año pasado en los primeros cuatro debates, correspondientes a la primera vuelta, que los partidos “para la toma de sus decisiones o la escogencia de sus candidatos propios o por coalición, deberán celebrar consultas populares o internas o interpartidistas con la participación exclusiva de sus afiliados y militantes de cada partido político o movimiento ciudadano”. 

Agrega la reforma política que el resultado de las consultas será obligatorio para todos los candidatos, partidos y movimientos políticos. 

Establece también que las organizaciones políticas tendrán un año desde la entrada en vigencia de la ley estatutaria para incluir dentro de sus estatutos mecanismos democráticos de elección de candidaturas y directivas. 

Así mismo, determina dicha reforma que cuando se celebren consultas populares, internas o interpartidistas, el orden de las listas definitivas se determinará según el número de votos obtenidos por los candidatos, garantizando en todo momento la participación, respetando la paridad de género tanto en la integración de la lista como de quien la encabeza. 

De igual forma, se establece que dentro de los tres meses siguientes a la promulgación del acto legislativo de la reforma política, el Gobierno nacional radicará un proyecto de ley estatutaria que fije los términos y condiciones de los mecanismos de elección de candidaturas y directivas de los partidos. 

En las dos últimas décadas la norma electoral ha permitido que convivan la lista cerrada, en la que se vota por el partido, y la lista abierta, en la que se sufraga por el candidato, siendo esta última la más empleada por los partidos. 

Desde hace varios años se ha buscado, sin éxito, en diferentes proyectos de reforma política suprimir la lista abierta porque se dice que atomiza los partidos, pues hay una lucha interna entre los candidatos por cuál de ellos logra la curul y, además, encarece las campañas porque los aspirantes deben recorrer varios departamentos buscando el favor popular. 

La actual reforma política considera que la lista cerrada fortalece los partidos y su plataforma ideológica. Esto iría igualmente de la mano con la paridad de género en las listas, que también establece el mismo proyecto. 



Los pros

Actualmente las listas a la Cámara así como a los concejos, asambleas y JAL son elaboradas por lo general por las directivas regionales de los distintos partidos; mientras que los directorios nacionales dan el visto bueno o no sobre nombres de aspirantes a gobernaciones, alcaldías de ciudades capitales así como para listas al Senado. 

Sin embargo, la reforma política, como se dijo, establece que para la escogencia de candidatos a integrar la lista cerrada debe hacerse en consultas populares o internas, o interpartidistas con la participación exclusiva de afiliados y militantes de cada partido político o movimiento ciudadano. 

Ello sin duda sería un avance importante en la política colombiana porque se constituiría en la máxima expresión de la democracia en las colectividades, que podría también irradiar a otras decisiones que se tomen. 

Con esta medida de igual forma se fortalecería la consulta anual de partidos que se realiza desde hace años y que paga el Estado para dar oportunidad a las colectividades de tomar decisiones con su militancia, pero que es subutilizada porque la mayoría de partidos no participan, pues no es obligatorio, y los votantes tampoco acuden a las urnas pues no la ven importante. 

También que los afiliados a los partidos escojan a los candidatos a las corporaciones públicas haría que los elegidos adquieran mayor representación de la ciudadanía y compromiso con el elector. 

Los contras

La efectividad de las consultas para integrar las listas a  corporaciones públicas depende de la forma como se regule el mecanismo. Sin embargo, de antemano se ven algunos problemas en su implementación. 

La mayoría de partidos no tiene un registro actualizado de afiliados, lo cual implica un reto para que se puedan poner al día. Además, la reforma contempla que los simpatizantes podrían participar en las consultas, ello dejaría la puerta abierta para que personas ajenas voten, pudiendo deformar de esta manera el resultado. 

La reforma prevé que los partidos podrán hacer consultas internas; sin embargo ninguna colectividad tiene capacidad para hacerlo por cuenta propia en todo el país, a no ser que lo efectúe por medios virtuales.  

Frente a ello la solución podría ser que todos los partidos hicieran sus respectivos ejercicios en la consulta anual de partidos.