La Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro de la Policía Nacional (Acorpol) ha alcanzado un hito significativo: 50 años de historia, servicio y compromiso con quienes han dedicado su vida a la seguridad de Colombia; medio siglo en el que esta organización se ha consolidado como un pilar de apoyo, integración y bienestar para la oficialidad en retiro y sus familias, promoviendo un sentido de comunidad que va más allá del uniforme.

Desde su creación, esta agrupación ha sido más que una simple asociación. Ha representado un refugio para quienes, tras años de servicio, al dejar el uniforme y su institución policial, buscan una nueva forma de vincularse con sus compañeros de antaño y continuar su desarrollo personal, social y profesional, bajo una visión de fraternidad y respaldo mutuo, ha impulsado espacios de formación académica y cultural, atención en salud y actividades recreativas que van fortaleciendo los lazos de fraternidad entre sus miembros.

El legado de los visionarios que dieron origen a esta institución es un testimonio de entrega y compromiso. Ellos y ellas, porque el proyecto vinculó a las esposas de los fundadores, entendieron que el retiro no significa el fin del servicio, sino el inicio de una nueva etapa en la que la experiencia y el conocimiento adquirido, pueden seguir aportando a la sociedad y a las generaciones futuras. Honrar su esfuerzo implica no solo recordar su trabajo, sino también continuar con su misión y adaptar la asociación a los desafíos de un mundo en constante evolución.

Hoy, el reto para la corporación es claro: consolidarse como una entidad autosostenible, innovadora y con una visión de futuro, que garantice su permanencia y relevancia en el mundo actual y nuestra sociedad. La modernización y ajuste de sus estatutos, el aprovechamiento de la tecnología y la creación de oportunidades laborales para sus miembros, son pasos esenciales en esta transformación del puerto ideado para acoger  nuestros compañeros. Así, la asociación debe fortalecer su capacidad de gestión estratégica y ampliar su impacto, sin perder la esencia de hermandad y servicio que la ha caracterizado desde sus inicios.

Confiamos en que la nueva junta directiva, sabrá afrontar estos desafíos con determinación y liderazgo; se requiere una gestión audaz que permita a Acorpol no solo mantenerse vigente, sino también convertirse en un referente de bienestar y apoyo para la oficialidad en retiro.

Acorpol no es solo una institución, es una familia que ha crecido durante medio siglo con base en la solidaridad y la lealtad. Su compromiso debe seguir firme: ser un faro de integración, desarrollo y progreso para todos aquellos que han dedicado su vida a la Policía Nacional.

La historia se honra con acción y evolución, y la asosiacion está llamada a escribir un nuevo capítulo en su admirable trayectoria.