Uno de los modelos de negocio más innovadores de los últimos tiempos viene de la industria aérea. Se trata de las aerolíneas de bajo costo. Las famosas aerolíneas low cost carriers – LCC -. Y, que no son tan jóvenes como pensamos, pues su origen data del año 1949 con la aerolinea californiana Pacific Southwest Airlines.

Estas aerolíneas son como las tradicionales que todos conocemos pero se diferencian en que las tarifas que ofrecen son económicas y no incluyen servicios que habitualmente proponen las aerolíneas clásicas. Esto las hace mucho más asequibles. Algunos se preguntarán ¿cómo hacen para ofrecer tarifas tan bajas? Simple: son aerolíneas especializadas en operar con una estructura de costos mucho más baja que la de sus competidores. Siguen unos lineamientos que son estándar en este modelo de negocio. Por mencionar algunos, operan el mismo modelo de aeronave configurado con una sola clase. Esto reduce costos de mantenimiento, entrenamiento de tripulaciones y operación. No operan a aeropuertos principales. Esto reduce costos también. El equipaje, la comida y otros servicios ofrecidos por las aerolíneas tradicionales en estas aerolíneas son considerados accesorios, pues lo esencial es transportar al pasajero de un punto a otro por una tarifa.

Pues bien, leo y escucho muchas críticas hacia estas aerolíneas. ¡Que son un peligro! ¡Que son unos tacaños y que así mismo serán con el mantenimiento! -por cierto el mantenimiento es lo único que no se reduce en la estructura de costos de estos modelos de aerolíneas-.

Creo que esas afirmaciones temerarias, hechas en redes sociales, sobre todo por políticos que seguramente les “fue mal” en un vuelo, no son otra cosa que ignorancia. ¡Lo grave es que la gente les cree!

Comentarios destructivos que sin saberlo atacan a un modelo de negocio que, para el caso de Colombia, ha logrado que el 35% de colombianos que nunca han viajado en avión lo hagan por primera vez.

De las cosas más emocionantes que he vivido en mi vida es ver gente desembarcando de un vuelo de una de estas aerolíneas de bajo costo en la plataforma del aeropuerto Gustavo Rojas Pinilla de la isla de San Andrés. Con un sentimiento interno que no logra ninguna de las leyes hechas por esos políticos que atacan este modelo de aerolíneas: llenos de felicidad.  Esa es la verdadera forma de hacer patria y de democratizar a las personas y a las cosas.

@ReyesJuanfelipe