Aeropuertos: blanco terrorista | El Nuevo Siglo
Martes, 10 de Enero de 2017

Se suponía que desde los ataques del 11 de septiembre de 2001 a las Torres Gemelas en Nueva York la aviación civil dejaría de ser un blanco y un medio para que los terroristas cumplieran sus objetivos. No fue así. Desde el 2001 ha habido numerosos ataques terroristas ya sea contra la infraestructura aeronáutica, como es el caso de los aeropuertos, o contra las mismas aeronaves. Basta con recordar el atentado en el aeropuerto internacional  de Davao en Filipinas el 4 de marzo de 2003 que dejó 21 muertos y 150 heridos y la gran lista de atentados que lo sucedieron: aeropuerto Internacional Barajas de Madrid, Moscú, Bruselas, Estambúl, Burgas etcétera y Hollywood International en Fort Laudardale. ¿Queda alguna duda?

Los aeropuertos internacionales son un objetivo terrorista. Lo que sorprende en este último caso es que el atentado haya sucedido en el segundo aeropuerto internacional más grande de la Florida el cual sigue, en primer lugar, reglas de seguridad de la aviación civil dictadas por la TSA -Transportation Security Administration - que es una entidad creada luego de los atentados del 11 de septiembre por el Aviation and Transportation Security Act,  para prever ataques similares en el futuro, es decir, para evitar ataques como los de Fort Lauderdale y no las reglas de la Organización de Aviación Civil Internacional, como ocurre en la mayoría de países del mundo. EE.UU se rigen por las normas de ellos mismos, las del TSA.

¿Qué está pasando entonces?

A la mayoría de pasajeros provenientes del extranjero los reciben en EE.UU con mala cara y les hacen mil preguntas ridículas y hasta indignantes, antes de permitirles entrar a “América” (para usar el lenguaje de Trump). Pero, en otras partes un pasajero puede reclamar su equipaje, sacar un arma que tenía embalada en el mismo, ir al baño, cargarla y salir a aniquilar al que se le atraviese. ¿Esto tiene algún sentido América? Claramente algo está mal en el TSA y en América.

Y, el mensaje terrible que se envía es que en realidad cualquier pasajero podría transportar su arma en el equipaje, armarla en un baño y  cometer un actor terrorista. Lo que uno espera y no se ha dicho es que se prohiba el transporte de cualquier arma en un vuelo comercial. No hay porque incrementar riesgos en el transporte aéreo. Si alguien necesita viajar armado contrate un transporte aéreo privado (es posible) y aleje su riesgo propio del transporte público.

@ReyesJuanfelipe