Nadie en Colombia habla y aparece más que el Fiscal Néstor Humberto Martínez, a quien al igual que al “Agujero Negro”, nadie logra entender su tamaño, sus reales intenciones, su misión, su ambición, su rumbo, o su cometido. Difícil descubrir su forma, color, tamaño y masa. Como el agujero negro, visto este 9 de abril, es extremadamente importante en un volumen muy pequeño y “como si la tierra estuviera contenida en un dedal”, según los científicos.
Nuestro agujero negro, en cuerpo del fiscal, tiene una aparición pública para cada tema, para cada situación, para cada posición y para cada personaje que deba judicializar.
Un día está acusando o sembrando dudas, con argumentos o sin ellos, y otro defendiendo con igual estilo. De igual manera está pronto a escapar a los señalamientos que le hacen, sobre sus actuaciones como fiscal, abogado, funcionario, o actor durante su actual o pasada vida pública.
El espíritu burlón, refuerza y adorna su vocabulario, no apto para menores, cuando se le reclama la verdad sobre hechos en los que ha participado.
Sobre su actuar en diferentes posiciones, todas ellas encumbradas, ha tenido que dar explicaciones, pero eludiendo hábilmente la verdad. Fue ministro del Interior del expresidente Andrés Pastrana, cuando los diálogos del Caguán. Como quiso entorpecer el rumbo de una reforma política, fue sometido a una moción que eludió astutamente, presentando renuncia 30 minutos antes de que se iniciara la sesión que estudiaría el tema.
Hay que destacar su viveza, sagacidad y astucia. De todas sale avante y listo para tomar la segunda, tercera y siguientes pistas del circo.
En esta ocasión, por ejemplo, convenció al Presidente Duque -según confidenciales de prensa- para que objetara seis puntos del fallo de la Corte Constitucional que dio vía libre a la JEP. El presidente y sus asesores, le creyeron y cayeron en la celada. Vino el debate en el Congreso, en momentos en que el país soportaba un paro indígena.
El consejo jurídico de Martínez estaba en juego y una derrota lo amenazaba. Para salvar su prestigio ante el presidente, reveló que la subversión estaba preparando un atentado contra el Jefe de Estado. Así logró abortar la reunión de Duque con la Minga. Martínez nunca pierde.
BLANCO: La valiente y perentoria respuesta de Duque a Trump. Uribe, Pastrana y otros dóciles aceptan regaño de Trump y culpan a Obama y Santos del problema.
NEGRO: Bogotá, capital mundial de la bici-robada.