Ecopetrol informó que el 24 de noviembre, miembros del Movimiento Político de Masas Social y Popular del Centro Oriente de Colombia (MPMSPCOC) tomaron la planta de gas de Gibraltar, situada en la zona rural del municipio de Toledo, Norte de Santander.
Este incidente, que ocurrió alrededor de las 6:00 p.m., llevó a la empresa a suspender las operaciones en la planta, lo que restringe el despacho de 38 millones de pies cúbicos diarios de gas, suministro que es crucial para abastecer a varios municipios en Santander y Norte de Santander, así como a la refinería de Barrancabermeja.
Según la refinería, la toma de la planta representó un riesgo significativo para la seguridad de los 22 trabajadores presentes en ese momento, quienes lograron evacuar sin incidentes. Con esta acción, el movimiento político exige el cumplimiento de anteriores acuerdos pactados con el gobierno y acciones efectivas contra el paramilitarismo que viene atentando contra los liderazgos de la región.
Cabe señalar que el pasado mes de septiembre, tras 30 días de protestas, las comunidades U’wa acordaron con el gobierno nacional que se gestionaría la compra de los predios y mejoras de los resguardos indígenas, de una forma especial propiciando celeridad en la gestión administrativa.
Además, la asignación de cerca de 6 mil millones de pesos para la vigencia 2025, para empezar a construir los modelos de salud indígenas.
Sin embargo, el reciente ataque hacia el gobernador indígena del resguardo Cuambí Yaslambí por parte de hombres armados, representó una falta de compromiso con lo pactado, pues no se adoptaron las medidas necesarias para garantizar la seguridad del líder.
En respuesta a esta situación, Ecopetrol activó un plan de contingencia en colaboración con las distribuidoras de gas para mitigar el impacto del desabastecimiento.
A pesar del cierre temporal, la empresa ha asegurado que hay volúmenes suficientes para satisfacer la demanda en los próximos días.
La planta de Gibraltar es vital para el suministro energético del país, ya que no solo abastece a usuarios residenciales sino también a industrias y comercios en la región. La interrupción del servicio podría tener repercusiones significativas si persiste la toma, lo que pone en riesgo el abastecimiento continuo de gas natural.