CUANDO el pasado 4 de noviembre los votantes en Estados Unidos eligieron a Donald J. Trump como presidente, por abrumadora mayoría, avalaron su agenda programática dominada por dos de las grandes nacionales: la masiva inmigración ilegal y la crisis de salud pública generada por el consumo de drogas adictivas, especialmente, el fentanilo.
Ha sido, con ese claro mandato, que el líder republicano anticipó y cumplió su promesa de adoptar una política comercial que llevase, en el corto plazo, a garantizar la seguridad nacional, amenazada por los flagelos anteriormente descritos. Así, tomó una medida audaz que, aunque fuertemente criticada, surtió un efecto inmediato y de alto impacto para sus mencionadas prioridades.
Se trata de aranceles del 20% a las importaciones de México y Canadá, mientras que para China son del 10%, para exigir que esos tres países “cumplan sus promesas de detener la inmigración ilegal y evitar que el fentanilo venenoso y otras drogas ingresen a nuestro país”, tal cual reza en la hoja informativa que, al respecto, emitió el sábado la Casa Blanca.
El solo anuncio llevó a sus gobernantes, la mexicana Claudia Sheinbaum y el canadiense, Justin Trudeau, a solicitar un inmediato diálogo con el inquilino de la Casa Blanca, quién, como lo expresó el editorial de EL NUEVO SIGLO este lunes, busca “afianzar y concretar la corresponsabilidad de sus vecinos en la lucha contra el fatal opiáceo (fentanilo), así como de la China frente a los insumos que allí se originan para su producción”.
La dura e impopular medida, que también utilizó hace una semana contra el gobierno colombiano de Gustavo Petro al negarse a recibir dos aviones con deportados, se convirtió en cuestión de horas, en efectiva presión para asegurar compromisos inmediatos de México y Canadá, en aras de “proteger el interés nacional”, como arguye Trump.
Tras una charla matutina con Sheinbaum y dos horas después con Trudeau, ambos países vecinos de Estados Unidos confirmaron una “tregua” en la alta tensión comercial, inicialmente por un mes, a cambio de acuerdos puntuales con el presidente norteamericano. Con los aranceles por ahora “en el congelador” y acciones a tomar inmediatamente, se iniciará un diálogo de alto nivel para determinar políticas que blinden las fronteras contra la migración ilegal y se combata el flagelo del contrabando de fentanilo.
Y si bien la emergencia que declaró Trump en su primer día de mandato fue para la frontera sur, donde la crisis es evidente, el problema también ha aumentado al norte, en los límites con Canadá, por los cuales ingresan también drogas ilícitas.
Compromiso mexicano
Bastó una conversación telefónica para que la mandataria Sheinbaum aceptara, tácitamente, el principio de corresponsabilidad de México en las luchas prioritarias del presidente estadounidense.
En la antesala de que entraran a cobrarse los anunciados aranceles, adoptó ante Trump una serie de compromisos en materia de seguridad fronteriza y comercial, que fueron informados casi que simultáneamente por ambos, bien por la Truth Social o en conferencia de prensa.
Según precisó el presidente estadounidense, México desplegará hasta 10.000 soldados de la Guardia Nacional en su frontera norte para impedir el tráfico de drogas, particularmente fentanilo, a la par que se evita el cruce de migrantes de manera irregular, confirmando así lo dicho anteriormente por su Sheinbaum quién, además, anunció que la administración norteamericana trabajaría para evitar el tráfico de armas hacia su país, una exigencia de hace tiempo que llevó al gobierno a demandar a los fabricantes de armamento en Estados Unidos.
Este acuerdo, que fundamentalmente sirve para retrasar al menos un mes la imposición de aranceles a México, estará acompañado de una serie de negociaciones encabezadas por las principales autoridades diplomáticas y comerciales de ambos países, y en las que el propio Trump mostró su intención de participar, con miras a determinar acciones efectivas para asegurar la frontera común.
"Acordamos suspender de inmediato los aranceles anticipados por un período de un mes, durante el cual "mantendremos negociaciones encabezadas por el secretario de Estado Marco Rubio, el secretario del Tesoro Scott Bessent y el secretario de Comercio Howard Lutnick, así como por representantes de alto nivel de México en un intento por alcanzar un acuerdo definitivo", expresó el presidente No. 47 de Estados Unidos.
Sheinbaum recalcó que durante la conversación, el mandatario estadounidense expresó su inconformidad con el "déficit comercial" de Estados Unidos frente a México, a lo que la líder mexicana le contestó que esto es "el resultado de ser socios comerciales y que en todo caso es la mejor forma de seguir compitiendo frente a China".
Así las cosas, aunque la dirigente mexicana ha precisado que durante su diálogo con Trump no se habló sobre una posible reunión en persona, ambos mandatarios se comprometieron a seguir dialogando por teléfono, "particularmente" a lo largo de "este mes de trabajo".
Trump, por su parte le recordó que el acceso al mercado estadounidense es un privilegio y que su país tiene una de las economías más abiertas del mundo, así como los aranceles promedio más bajos a nivel global.
En ese sentido, la Casa Blanca recordó que si bien el comercio representa el 67% del PIB de Canadá, el 73% del PIB de México y el 37% del PIB de China, representa solo el 24% del PIB de Estados Unidos. Sin embargo, en 2023 el déficit comercial de bienes de Estados Unidos fue el más grande del mundo, con más de un billón de dólares.
Estados Unidos es para México, Canadá y China, un socio comercial esencial, más aún para sus vecinos del norte y del sur que para la segunda potencia económica del mundo.
En total, las importaciones desde esos tres países representaron, durante los primeros 11 meses del año pasado más de 1,2 billones de dólares en productos, o más del 40% de las importaciones a Estados Unidos, según datos del Departamento de Comercio estadounidense.
Para México y Canadá, Estados Unidos es, con diferencia, el principal comprador. Los bienes que envían a su vecino representan respectivamente el 77% y el 84% de sus exportaciones totales, según sus estadísticas de instituciones.
China es menos dependiente, aunque Estados Unidos es también, con diferencia, su mayor socio comercial, representando casi el 15% de sus exportaciones en 2024, según datos de las aduanas chinas.
Zar del fentanilo
Con el saliente primer canadiense, Justin Trudeau, se registraron ayer dos charlas, la segunda de ellas fructífera y que llevó, al igual que con México a suspender por un mes la imposición de aranceles a cambio de acciones puntuales e inmediatas.
Canadá, país que Trump quiere convertir en el estado número 51 de Estados Unidos, aplicó un plan de "1.300 millones de dólares: refuerzo de la frontera con nuevos helicópteros, tecnología y personal", afirmó Trudeau en la red social X.
"Casi 10.000 efectivos de primera línea trabajan y trabajarán en la protección de la frontera", añadió.
Además, Canadá comprometió a nombrar un zar del fentanilo, a incluir a los carteles en la lista de organizaciones terroristas (como ya hizo Trump), vigilar la frontera las 24 horas del día y poner en marcha una fuerza de acción conjunta para combatir la delincuencia organizada, el fentanilo y el blanqueo de capitales, detalló.
Canadá había anunciado represalias que empezaron a sentirse ayer en la provincia de Ontario, el corazón económico del país y donde se prohibió a las empresas estadounidenses participar en contratos públicos.
El primer ministro de esa región, Doug Ford, canceló un contrato por valor de 68,7 millones de dólares estadounidenses con Starlink, la empresa controlada por el multimillonario Elon Musk, un aliado y asesor de Trump.
En cuanto al tercer país al que la Casa Blanca impuso aranceles, es decir China, no se ha dado ninguna conversación, pero se espera que ocurra en breve.
China, cuyos productos tendrán un arancel suplementario del 10%, es acusada de pasividad frente al tráfico de los componentes de fentanilo, una droga que, según las autoridades estadounidenses, provocó más de 70.000 decesos por sobredosis en su país.
Por su parte la Administración para el Control de Drogas (DEA) estadounidense asegura que China es "la principal fuente de sustancias químicas vinculadas al fentanilo introducidas clandestinamente en Estados Unidos".
En 2019, China reforzó los controles, lo que permitió reducir el tráfico directo hacia Estados Unidos. Pero, según el servicio de investigación del Congreso estadounidense, los componentes químicos son enviados a México, donde son transformados en fentanilo y llevados a Estados Unidos.