ALFONSO ORDUZ DUARTE | El Nuevo Siglo
Sábado, 8 de Febrero de 2014

Experiencia inolvidable en Usaquén

 

Los acontecimientos más o menos vertiginosos que se están sucediendo, sin dejar de pensar en ellos, parece que también nos invitan a pensar en otros temas (¿será un mecanismo de defensa psicológico?) de tantos que se dan a diario y que además son amables. Lo del espionaje entre iguales más es propio de las dictaduras severas  y sanguinarias; como un ejemplo de ellas se puede citar a la URSS en tiempos de Stalin. Allí, según nos cuenta la historia y también los protagonistas eran todos contra todos pues el más fiel partidario podría tener ambiciones de poder las cuales superaban la dedicación y la fidelidad; el mandatario tenía que estar alerta para lo cual vigilar todos los movimientos de sus conmilitones. Repugna pensar que episodios de tal estilo hayan sucedido en Colombia a raíz de lo publicado con respecto a las interceptaciones que se dice han sucedido. La investigación que con término perentorio ha sido anunciada con seguridad pondrá en claro todo lo que ha sucedido; el ciudadano de bien se obstina en pensar que lo sucedido no minará su legítima autoridad. Mientras tanto hay derecho a las lucubraciones, una de las cuales nos ha llevado a pensar que a unos cuantos acomedidos les dio por hacerse los graciosos e inteligentes y contando con los medios de hacerlo, lo hicieron. ¿Qué alcance tuvieron sus travesuras y qué propósitos tenían? Todo eso no lo aclarará la investigación. Bastante asintomática esta lucubración, pero como se trata de poner a flote el temperamento optimista dándoles a los acontecimientos ese cariz, me tomo la libertad hoy jueves día sin medios particulares de locomoción, para pensar por escrito y participar a los lectores. Cuando hay medidas ajenas que alteran las costumbres diarias, digamos la rutina, bien parece que hay derecho a ciertas licencia de pensamiento.

Sil usted, querido y amable lector, tiene deseos de aislarse un día de las tribulaciones que nuestro acontecer diario nos proporciona, le gusta alternar con gente amable y querida, le gusta visitar un mercado de artesanías en el cual junto a pintores que ponen a examen sus expresiones del arte, quiere ver confecciones de buena factura y no siente temor por perder la línea, puede disfrutar de deliciosas manifestaciones de la gastronomía local con dulces que son la delicia de los golosos. Arroz de leche, islas flotantes, panelitas de leche y otras delicias del estilo le harán olvidar la línea que pondrán a prueba su fuerza de voluntad. El paseo dominical por las calles de Usaquén, antiguo municipio anexado de Bogotá, le proporcionará unas horas de solaz. Los músicos que suelen acompañar, son expresiones autóctonas maravillosas. Tiple, bandola y guitarra, instrumentos que le dan vida a la música colombiana se hacen presentes magistralmente. ¿Quiere ver a aquellos emuladores de Marcel Marceau, el gran mimo de todos los tiempos? No tiene sino que ir a Usaquén los domingos. Pequeñas esculturas hechas de papel son unas preciosas expresiones del talento vernáculo. Clases de baile al aire libre como suelen verse en Buenos Aires, también están al alcance de los visitantes. En fin, toda clase de experiencias amables harán de la visita a Usaquén una experiencia inolvidable.