ANDRÉS MOLANO ROJAS* | El Nuevo Siglo
Lunes, 24 de Septiembre de 2012

Conociendo al vecino

 

El jueves pasado, convocada por el Observatorio de Política y Estrategia en América Latina (Opeal) -un proyecto del Instituto de Ciencia Política “Hernán Echavarría Olózaga”-, tuvo lugar una interesante tertulia sobre el panorama político venezolano y sus implicaciones para Colombia y América Latina.  En ella participaron expertos como María Luisa Chiappe y Roberto Cajamarca (quienes formaron parte de la misión diplomática colombiana en Caracas durante los momentos más difíciles de la relación bilateral), Magdalena Pardo (presidenta de la Cámara Colombo-Venezolana), los profesores Martha Lucía Márquez (Universidad Javeriana) y Ronal Rodríguez (Universidad del Rosario), y el general (r.) Jairo Delgado (director de análisis de Opeal).

Venezuela ha experimentado una profunda transformación política durante los últimos 15 años, en un proceso que, por otra parte, no es ajeno a otra serie de cambios ocurridos en toda América Latina, y que ha afectado significativamente las dinámicas geopolíticas de la región. No es exagerado decir que esa transformación política -y  el imaginario que con ella se asocia- vivirá uno de sus episodios cruciales en la jornada electoral del próximo 7 de octubre. Hugo Chávez busca la relección para el período 2013-2019, con la aspiración de que al término de ese mandato no sólo se celebre el bicentenario de Carabobo, sino también, la consolidación de su “Revolución bolivariana”.

Por otro lado, por primera vez desde que se estableciera el actual régimen político, la oposición venezolana se presenta con un candidato único y una plataforma unificada, que constituyen una verdadera alternativa de poder. A juicio de los entendidos, se trata de una oposición que bien podría “perder sin ser derrotada”, sobre todo si se tiene en cuenta no sólo el calendario electoral inmediato (habrá elecciones regionales en diciembre de este año y municipales en abril del siguiente), sino la propia salud del presidente Chávez.  Si mantiene su articulación en la Mesa de Unidad Democrática, capitaliza el liderazgo y la experiencia adquirida por Capriles, y evita la tentación faccionalista, la oposición podrá asegurarse un lugar importante en el espacio político frente a un chavismo que depende excesivamente tanto de la figura del comandante como de la renta petrolera para gobernar.

Sin embargo, más allá de estos análisis y reflexiones, la tertulia puso en evidencia algo importante a largo plazo. El chavismo, las tensiones y los desencuentros, la agitada retórica y las suspicacias, han tenido su cara positiva: la de la aparición en Colombia de un interés creciente por conocer al vecino, por entender lo que pasa al otro lado de la frontera.

*Analista y profesor de Relaciones Internacionales