En un artículo anterior relaté el aporte académico de los judíos al servicio de la humanidad. Hoy quiero compartir cómo Palestina y los árabes, tanto hoy como en la antigüedad, han sido decisivos para el avance científico.
Siempre he tenido un respeto profundo por el mundo árabe, por su historia y sabiduría en diferentes áreas del conocimiento a.C y d.C. Es encomiable el esfuerzo del pueblo palestino, a pesar de sus dificultades, en abrir universidades e institutos tecnológicos, esparciendo educación a su población, con buenos estándares de calidad.
Actualmente, cuentan con más de catorce universidades y politécnicos –tanto públicos como privados., musulmanes y cristianas, ubicados en la Franja de Gaza, en Cisjordania y Jerusalén.
Su historia fundacional se remonta a los años 60 en el siglo pasado, respondiendo al aumento de la población. La más importante está ubicada en Cisjordania, la Universidad de An-Najah. Esta universidad ha tratado de desarrollar la investigación en varias áreas del conocimiento. Así, en ciencias naturales están trabajando en la reducción de las escalas de las Imágenes termales sobre la corteza de Gaza, usando la temperatura del espectro; en humanidades, la divergencia conceptual entre Edward Said y la teoría francesa en la investigación de los problemas de la recepción e interpretación del discurso clásico racista en Europa: una discusión analítica crítica del racismo en el contexto de Rusia y Ucrania.
En medicina y farmacéutica: Prevalencia del no control de la hipertensión en pacientes en un estudio transversal de Palestina. Y sobre el conocimiento, actitud, percepción y práctica de substituciones genéricas en comunidades de farmaceutas en Bathina, gobierno de Omán, entre otras.
Menciono unas pocas universidades: en Jerusalén, la Universidad de Jerusalén; en Cisjordania, la Árabe Americana; en Hebrón las de Belén y Birzeit. En la franja de Gaza, las de Al-Aqsa, Al-Azhar- Gaza, la Islámica y la Técnica de Palestina. Sus énfasis se centran en medicina, tecnologías, áreas administrativas y demás.
Ahora bien, hubo un tiempo en Europa que la medicina de punta se escribía en árabe. Los Investigadores Razi, Avicena, y Averroes fueron decisivos en este campo. Al-Razi hizo más de doscientas investigaciones logrando la inmunidad contra el sarampión, la viruela, aplicó la primera variolovacuna y elaboró instrumentos para extraer cuerpos extraños. Fue el primero en utilizar vendajes y algodón.
Avicena fue precursor en describir el cuadro clínico de la peste; en descubrir la transmisión de enfermedades por aire y agua; describió la meningitis; fue el primero en usar el mercurio contra la sífilis y escribió El Canon de la Ciencia Médica.
Averroes, filósofo, escribió el Kitab el Coliyat, estudio médico que se adelantó a la época. Otros médicos escribieron tratados sobre psiquiatría, terapéutica, basados en la experiencia. Las bases de Hipócrates y Galeno impulsaron la medicina ayer y hoy.
En matemáticas, los árabes avanzaron en trigonometría, los algoritmos, de moda hoy, la geometría a nivel teórico. Los astrólogos realizaron mapas de las estrellas, con el Astralabia determinando su posición. La química y agronomía fueron ciencias que ayudaron a adaptar las especies a través de climatización. En mecánica inventaron la válvula el piñón, cigüeñal, pistón. En óptica elaboraron un espejo ardiente para quemar barcos enemigos a distancia. Descubrieron una nueva teoría de la luz y el halo del arcoíris.
Sus investigaciones y descubrimientos no deberían estar sujetos a la guerra, sino que mancomunadamente estos dos pueblos, deberían investigar y trabajar por el avance científico del mundo.