La vida del presidente Belisario Betancur, como los privilegiados que a base de muchos días sin comer y muchas noches sin dormir triunfan en el duro empeño de cumplir aparentes metas inalcanzables, es muy estimulante. Otros nacen en cuna de oro, con apellidos ya famosos, encuentran servida la mesa del festín, no necesitan esfuerzo, ni sobresaltos para llegar a la magistratura, al alto foro, al Capitolio, marchan por el lado soleado de la vida. Desde niños son “ministricos” y los preelegidos del poder y la riqueza. En el caso del Dr. Belisario Betancur, cuanta privación y sufrimiento, cuánto placer reprimido, cuanta angustia y desesperación...
En un histórico y conmovedor discurso del Dr. Belisario ante las Naciones Unidas explicó como su apellido no tenía antepasados de renombre, ni gozaba de un historiado árbol genealógico. Mi apellido dijo, es común y corriente, sinónimo de gente honrada, tenaz y luchadora. Sus padres tuvieron 22 hijos. A las 4 de la madrugada se levantaban todos a trabajar ante el bronco sonido del cacho que indicaba la hora de iniciar la agotadora jornada.
Betancur se acaba de posesionar como miembro honorario de la Academia Colombiana de Historia. El presidente de la Corporación, Eduardo Durán Gómez, con este motivo pronunció un sentido discurso destacando las grandes jornadas libradas por el mandatario a favor de los menos favorecidos. Betancur dictó una documentada y amplia conferencia sobre “Shutter y la Amazonía”. Uno de los grandes aportes de Belisario Betancur a la política colombiana es el hondo sentido social el 85% de sus libros sobre los grandes problemas del país. Más de 22 obras, ensayos, discursos e intervenciones, se refieren a los cruciales asuntos económicos, sociales y técnicos de Colombia.
Gracias a la prioridad y jerarquía que Betancur le dio a la dramática situación del 80% de la población colombiana, los investigadores, los estudiosos y numerosos centros académicos tomaron en serio lo referente al “subdesarrollo”.
Cuando se habla de subdesarrollo nos ocupamos de asuntos de gran interés. Subdesarrollo quiere decir arcaicas estructuras sociales, bajísimas tasas de ahorro e inversión, reducida productividad de las tareas económicas, atraso científico y tecnológico, carencia de investigación científica, uso de tecnologías obsoletas, bajos índices de industrialización, atraso en el área de los servicios modernos, alto porcentaje de la población dedicadas a las actividades económicas primarias, escasez de capitales, explosivas tasas de crecimiento demográfica, elevados índices de morbilidad y de subempleo. El 60% del trabajo es informal. Y qué decir de la desnutrición, del desprecio por lo rural, de cada 100 pesos del presupuesto el 70% se queda en las ciudades.
Ojalá Eduardo Durán, experto en biografías como las de Serrano Blanco y Gabriel Turbay elabore la del Dr. Belisario Betancur. Este expresidente ya ha escrito buenas memorias: Su llegada a Bogotá, sus amores con la gran artista y actual esposa Dalita Navarro, entre otros.