Que las cosas cambiaran una vez la amenaza del coronavirus desaparezca o debamos convivir con él, es una verdad de apuño; no seremos los mismos y con ese prisma debemos proyectar nuestra vida futura. En esta línea de pensamiento, la semana pasada la Alcaldesa de Bogotá puso sobre el tapete una idea interesante, no es nueva, pues sobre el asunto ya se han dado ligeros y superficiales debates; la propuesta de la burgomaestre va dirigida a la posibilidad de tener una Bogotá de 24/7, es decir que la capital funcione de día y de noche los siete días de la semana.
Según la Dra. Claudia es el momento ideal para cambiarle la imagen y visión a la capital. Lo primero que se busca es flexibilizar el transporte, descongestionándolo al dividir los horarios de trabajo en las 24 horas del día, en esta dirección son muchos los juicios que respaldan la idea, pues la razón no le falta ya que esa congestión del transporte es una amenaza en las actuales circunstancias, con tendencia al caos. Por lo tanto, con horarios de trabajo extendidos, el servicio de transporte se agiliza. Pero no es solo el tema del transporte, porque la ciudad si necesita amplitud en la oferta de bienes y servicios, además de una propuesta económica, comercial, gastronómica y cultural. La vida nocturna es esencial en muchas capitales del mundo que lograron más capacidad y maniobra en todos los espacios de la noche. Analizando la propuesta, que lógico parece estar en borrador, veríamos la ciudad ofreciendo una serie de bondades nocturnas para compartir con algunos sectores, que hacen uso de ese espacio ejerciendo sus derechos, libertades y deberes. Valdría la pena mirar con detenimiento el punto de vista de la administración, para por lo menos llegar al debate serio y sustentado.
En tanto se estudia el asunto proponemos llamar la atención sobre aspectos de importancia en el proyecto. Lo primero es dirigir la mirada al tema seguridad, no podemos olvidar que con la extensión del horario, tendíamos que duplicar la presencia policial, sin pensar en doblar el tiempo de servicio, por lo cual la institución Policía Nacional debe recapacitar en estrategias y programas que le permitan cubrir esa demanda; el perfeccionamiento y desarrollo del programa Bogotá nocturna es saludable implementarlo en diferentes tiempos y espacios, especialmente por sectores, pues sabemos de antemano que la capital sufre de diferencias estructurales, sociales, culturales y económicas en las localidades que la componen. Este sueño se plasmaría si motivamos un compromiso ciudadano que piense, desde el punto gerencial hasta el entorno social. La apertura nocturna extiende los horarios generando descongestión en las actividades referidas, permitiendo adelantar gestiones en la noche como en el día, a más de generar nuevos puestos de trabajo hacia las diferentes disciplinas.