CAMILO HERRERA | El Nuevo Siglo
Sábado, 1 de Diciembre de 2012

Instituciones internacionales

 

La Haya falló en nuestra contra, en la Corte Penal Internacional una de sus fiscales ya dice que los llamados “falsos positivos” pueden ser una política de estado y la ONU declara a Palestina como Estado Observador. Tres acciones que nos ponen a pensar que la globalización ya trascendió la parte comercial y financiera.

Sin lugar a duda la Liga de las Naciones surge del paradigma kantiano del valor de la vida y de la paz como escenario de desarrollo y bienestar para la humanidad; mas, esto se cruza con ideologías políticas, cargas culturales y legados históricos, donde la premisa del “deber ser de la paz y la justicia” termina siendo injusta porque desconoce los procesos históricos y los acervos culturales.

Estas instituciones globales están cayendo en la trampa de juzgar al mundo bajo paradigmas y definiciones postmodernas de justicia, equidad y bienestar, sin darse cuenta de que el mundo no tiene un proceso cultural homogéneo, como claramente lo ha mostrado Huntington e Inglehart, y por ende sus fallos y decisiones son equivocados pese a que sean aparentemente democráticas y apegadas a marcos legales internacionales.

El tema de Palestina, que para muchos es una gran conquista y un “mea culpa” de la ONU por la creación del Estado de Israel, es quizá el más complejo por sus implicaciones culturales y económicas, pero lo que se está gestando en la CPI sobre el Ejercito Nacional, va a tener implicaciones tan complejas como los juicios de los Balcanes y es posible que tenga su origen en que la fiscal es gambiana y la historia de su país le predefine una postura.

En el mismo sentido el fallo sobre el diferendo con Nicaragua, la Corte falla con un concepto demasiado novedoso donde los cayos no tienen mar debido a unas definiciones de un nuevo derecho de mar, donde obviamente una nueva norma no debería ser aplicada a cosas definidas previamente porque no debe ser retroactiva.

Esto pone a las instituciones globales como entes que pueden definir el mundo de una manera homogénea y desde una perspectiva cultural considerada como la mejor bajo una óptica subjetiva del llamado proceso de postmodernización, que pone al individuo como centro del debate y a la paz y la libertad como los valores máximos desde una óptica occidental postindustrial y postguerra.  Asi, la ONU y su sistema no logrará la paz sino lentamente causará su propia desaparición por asumir que la homogeneidad, la equidad y el derecho positivo son la salida.

Colombianada. “Pero porque regaña al niño por correr en el centro comercial, yo a los míos los dejo hacer eso”.