Lo que es Colombia hoy
Lo que ocurre en Cartagena no es otra cosa que el reconocimiento de la revolución silenciosa que ha tenido el país en los últimos 30 años. Pese a que se quiera señalar todo lo malo que tiene el país y las cosas en que falta por avanzar es fundamental comprender y reconocer que estamos mucho mejor que hace 30 años.
El cambio constitucional, la dinámica empresarial, la inserción comercial, la robustez de la política económica y la creación de instituciones formales e intangibles han cambiado la calidad de vida de los colombianos. Si bien muchas personas mayores afirman sin demasiada reflexión que el país estaba mejor antes, esto no es cierto: por ejemplo, hoy somos 10 centímetros más altos que hace 30 años, lo que indica una clara mejora en nutrición.
Todos los indicadores económicos han mejorado cuantitativa y cualitativamente para los hogares, al punto de causar serias y profundas redefiniciones en el concepto de pobreza. Sin duda existen serios problemas en la distribución de ingreso para la creación de nuevas riquezas y para mejorar aún más la calidad de vida de las personas, los cuales son estructurales como trampas de pobreza e inequidad tributaria y de gasto público, pero sin lugar a dudas ha mejorado a lo que existía en 1980, donde ni siquiera la cobertura de servicios públicos urbanos llegaba a 80%, ni había gratuidad en educación o una penetración bancaria superior a 50%.
Según Time, Colombia pasó de ser casi un Estado fallido a ser un jugador global emergente en menos de una década, pero acá no aceptamos estos logros y nos focalizamos en señalar los problemas y buscar culpables de la pobreza, en vez de comprender que los cambios no son de la noche a la mañana, ni mucho menos que se hacen con debates de oposición con palabras grandilocuentes.
La revolución silenciosa colombiana se dio en el plano económico, en la estructura familiar, en la composición de valores, en manejo de tiempo, en calidad y competitividad, al punto que estando en un escenario de revaluación los bienes industriales aumentan sus exportaciones, y las personas prefieren los productos nacionales a muchos importados.
Colombia cambió y mejoró. Dejemos de ver el retrovisor y comprendamos que lo que viene es grande y que lo hemos labrado todos, dejando atrás el realismo mágico y viviendo la realidad actual.
Colombianada. Debemos entenderlo: “We're not in Macondo anymore”.
@consumiendo