Carlos Alberto Estefan Upegui‪‪‪‪‬‬‬‬ | El Nuevo Siglo
Martes, 8 de Marzo de 2016

HORA DE CAMBIAR

Ganadería en crisis

 

 

ESTÁ claro que la ganadería colombiana nada gana con las discusiones y enfrentamientos entre los ganaderos y el Gobierno, y entre ellos mismos por los iguales motivos. 

Dividir el sector es perder y auspiciarlo como estrategia para ejercer el poder, es una imperdonable equivocación.

Ejercer controles y adelantar los programas institucionales pertinentes dentro del marco constitucional y legal es el paso a seguir, mientras los personalismos e intereses políticos, que son el supuesto trasfondo del asunto, le restan importancia a lo que verdaderamente se necesita como solución.

De la ganadería forma parte un universo plural de individuos a quienes el Estado les debe garantizar el derecho a asociarse, a pensar y a opinar, sin el peligro de la la intimidación o de la discriminación.

Pero la alternativa  tampoco está en la simple dialéctica o en la movilización de masas llenas de necesidades, a quienes aplaudir se les convierte en una esperanza, cuando lo que se requieren es hechos y resultados concretos.

Incitar a la animadversión y a los odios, es perverso.

Quienes ovacionan emocionados a cambio de promesas no han caído en la cuenta del resquebrajamiento gremial que con su euforia provocan.

Quienes escriben para destruir y obtener ventajas de la discordia que auspician, le están haciendo un grave daño al país.

Cuando haya que investigar, dejemos que los organismos especializados en la materia se pronuncien.

Quienes quieren ejercer "justicia" por su propia mano, o mejor, con su propia lengua, sin respetar el debido proceso y el derecho a la legítima defensa, están sembrando la anarquía y el caos.

Así no es, me da mucha pena.

Mi posición no es a favor de uno u otro bando, comenzando porque no tengo coincidencias, ni obligaciones políticas con las partes.

Mi interés es la unidad y el bienestar  gremial porque unidos somos más.

Mi propósito es defender la institucionalidad, soporte de la democracia.

Mi petición es la  de hablar siempre con la verdad,  razón de ser de la justicia.

Mi afán no es otro que llamar a la reflexión en un momento en el que se necesita más de la cordura que de la agresión.

Que ésta se sustituya por debates de altura y acuerdos sensatos y razonables.

Si no hay entendimiento con los gremios, imagínense que podrá esperarse para la época del posconflicto.

Propíciense y llévense a cabo las investigaciones a que haya lugar por parte de los órganos respectivos, pero no permitamos descomponer la ganadería instándola a su  desarticulación.