CARLOS ALFONSO VELÁSQUEZ | El Nuevo Siglo
Lunes, 13 de Octubre de 2014

Feministas radicales

 

La  crisis de la familia de los primeros años del siglo XXI ha hecho que varias de las feministas radicales de los 60s revisen sus mensajes. Es, por ejemplo, el caso de Evelyne Sullerot -icono de la independencia sexual en Francia, cofundadora de la primera asociación a favor de la planificación familiar en 1956- quien a sus 89 años publicó una carta abierta a sus bisnietos, con sus perplejidades ante la situación de inestabilidad a la que ellos se acercan. Allí no hace un análisis frío y cuadriculado, propio de la ortodoxia feminista, aunque tampoco está exenta de contradicciones al pedir un gran pacto por la familia y la natalidad desde ese marco.

Sullerot lamenta “la fragilidad dramática que se ha instalado en la sociedad, por la frecuencia de las separaciones”. En su texto denuncia sin tapujos el implacable individualismo que se ha instalado en tantas personas desde aquel mayo de 1968 que ha llevado a tener unos hogares sin garantía de estabilidad familiar, especialmente a raíz de la aprobación en Francia de la ley que ampara las uniones de hecho. Casada desde muy joven tras la II Guerra Mundial, la autora no entiende que se huya del compromiso formal y que “un nuevo modelo de pareja y familia fuera del matrimonio se haya generalizado entre los que han tenido la suerte de crecer en una sociedad libre y próspera”.

A esta testigo del avance de las mujeres -entendido principalmente como libertad de elegir o no la maternidad- le sorprende ahora que el resultado sea desfavorable para los más débiles, a los que identifica con sus actuales bisnietos, y dibuja un futuro sombrío por la creciente inestabilidad de los hogares amenazados por rupturas y divorcios, y la falta de un entorno familiar que amortigüe los peores momentos de la crisis económica. Las consecuencias de argumentos que fríamente había defendido como feminista, se le presentan como una auténtica amenaza para el bienestar de las generaciones futuras al ver que los afectados pertenecen a su propia familia.

Además, en sus reflexiones  reconoce que la izquierda ha abandonado la causa de la familia por ser “tradicional”; de modo que para “los indiferentes y los herederos de mayo del 68, los sexualistas, los hedonistas anarquizantes, la mayoría de los gays y las hiperfeministas, antes morir que ser tradicional”.

Esta mujer, luchadora por la extensión de la planificación familiar, se queja cincuenta años después del alto nivel de abortos lamentando tanto el error de banalizarlos como la ausencia de información sobre sus efectos sociales. Sus contradicciones le llevan a indignarse al saber que en su país, “el número de abortos legales en 2011 (222.500) resulta anormalmente alto para un país tan bien provisto de medios anticonceptivos”.

Nota. La información fue obtenida de “Feministas de siempre dan un giro a su mensaje” M.Ángeles Bruguera. www.aceprensa.com