Carlos Holmes Trujillo | El Nuevo Siglo
Domingo, 26 de Octubre de 2014

DESCALIFICACIÓN

…Y volvió a hablar Timochenko

SI  alguien tenía duda acerca de lo que quiere el jefe de las Farc , puede leer su más reciente comunicado para que salga de ella.

Entre muchas cosas, afirma que “el problema no está en que el señor Uribe y el resto de la caverna se pongan bravos frente a la posibilidad de avanzar hacia el camino de la paz”, y agrega que “la cuestión no es temer a sus reacciones, sino hacer a un lado y aislar sus posiciones extremas”.

Finalmente, afirma que “es necesario romper definitivamente con ellos”.

¿Queda claro?

Timockenko pide que el presidente Santos rompa con millones de colombianos. Considera que debe aislarse a todo aquel que estime que es mejor conversar previa cesación de acciones criminales, a los innumerables ciudadanos que quieren paz sin impunidad , y a los que creen que no es conveniente permitir la participación en política de los miembros de las Farc que sean  culpables de los delitos más graves.

Así de claro.

Esa es la visión de la democracia amplia y participativa que dice tener. Pues se equivoca de cabo a rabo.

Que tenga presente, en primer lugar, que la inmensa, óigase bien, la inmensa mayoría de colombianos, está en contra del terrorismo de las Farc. Los niveles de apoyo que se registran a su favor en las encuestas son mínimos. Y es muy alto el rechazo a la idea de la paz sin justicia y con participación en política de los integrantes de las Farc. Tan fuerte es dicho rechazo, que los porcentajes exceden en los dos casos el 70%.

Esa es la realidad del estado de la opinión nacional.

No se trata, además, de una reacción coyuntural y pasajera.  Por el contrario, es una postura sólida que se refleja en todos los sondeos que se han hecho desde cuando se iniciaron las conversaciones en La Habana. No hay razón, pues, para sorprenderse por el  escepticismo que rodea el proceso que tiene lugar en Cuba.

Cuando a la violencia que hacen las Farc, al mismo tiempo que hablan de paz en la isla, se le suman afirmaciones como las que se están comentando, el resultado no puede ser distinto. ¿O es que esa organización terrorista cree que nuestros compatriotas están dispuestos a entregarlo todo a cambio de nada?

Por ahí no es la cosa.

Si es cierto que las Farc quieren la paz , que lo demuestren con hechos que hagan posible que haya credibilidad en lo que se dice. La confianza no se consigue haciendo terrorismo mientras se conversa con el Gobierno. Y mucho menos afirmando que decir lo anterior es una posición extrema. Tampoco pidiendo que se hagan a un lado todos los que piden paz con justicia. Ni descalificando, hasta el punto de pedirle al Presidente que rompa definitivamente con ellos, a los ciudadanos que ejercen el legítimo derecho de hacer oposición democrática.

Son innumerables los esfuerzos que ha hecho la nación para edificar y fortalecer el régimen de libertades que hoy tenemos. Falta mucho, claro está. Hay que seguir buscando su perfeccionamiento. Pero quienes acatan la Constitución y la ley no van a aceptar que los terroristas pretendan imponer una visión de la democracia , que consiste en que hay que aislar y romper con todo aquel que no piense como ellos.