Con el riesgo de caer en el proverbio: “Nunca segundas partes fueron buenas”, insisto en dar un repaso rápido por aspectos esenciales de la historia de Cartagena, referidos por Alfonso Múnera con su pluma de profesor e investigador…
El principal de ellos, el comercio de esclavos, ese negocio bárbaro que dejó una marcada huella en la ciudad. Se calculaban 8 mil esclavos en la urbe por la que entraban el mayor número de ellos, procedentes de Guinea, Angola y Cabo Verde. De 600.000 que eran traídos a América, la tercera parte lo hacían por Cartagena. Múnera destaca que los esclavos, especialmente mujeres, debido al auge comercial, lograban ahorrar y comprar su libertad. Más difícil les quedaba a los esclavos rurales, de ahí que se amotinaran, se fugaran y se organizaran en Palenques, donde vivían libres. “Fue una gran epopeya por su libertad.” Señalo con solidaridad que Múnera nunca los llama esclavos sino esclavizados. Es una distingo-protesta, es un clamor del hombre libre, es la voz altiva de un afrodescendiente.
La primera decadencia de la ciudad la sitúa Múnera alrededor de 1640, que se explica por dos causas: la guerra Portugal-España, que rápidamente devino en la libertad de Portugal y, además, “el oro y la plata empezaron a escasear y el comercio de esclavos a decaer” (pág64/65). Los portugueses, que se vieron obligados a irse de Cartagena, eran dueños de los principales comercios y, manejaban mucho de la política local. Una ciudad que poco antes alcanzó a tener más de 15 mil habitantes, que se duplicaban en los meses de feria, y con 8 mil esclavos trabajando, en “1703 no había más que 8 comerciantes españoles y en el censo de 1708 se contaron menos de 400 vecinos blancos” (pág 65).
Alfonso Múnera encuentra en Juan y Ulloa, científicos que dirigieron la Expedición para la Medición de la Tierra, la más completa descripción de Cartagena en 1735, cuando ya empezaba a superar la decadencia: “…dueños del comercio con España…y ocupando el lugar más alto de la pirámide social, se encontraban los nacidos en España…debajo de estos se encontraban los hijos de los españoles nacidos en América, llamados Criollos…” Por supuesto, también encontraron arruinados que negaban a trabajar en negocios “para esclavos”. Todavía los hay.
“Juan y Ulloa…presenciaron el movimiento de la Flota y anotaron que la ciudad dependía casi totalmente…de su condición portuaria.” Con la Flota la ciudad revivía y los negocios se multiplicaban. Por el contrario, con su ausencia “quedaba la ciudad en gran soledad, silencio y tranquilidad” (págs 66 y 67).
Múnera registra que, en 1739, la Corona decidió establecer el Virreinato de la Nueva Granada. Los comejenes “que devoraban los papeles oficiales” fueron una de las causas por lo que la sede del Virreinato fue para Santa Fe y no para Cartagena. Los comejenes son los causantes de la centralización colombiana, dijo alguna vez, Eduardo Lemaitre. De reír, pero es cierto. Como muchos de los Virreyes preferían gobernar desde Cartagena, Gabo, quien en estos días está más vivo que nunca, llamó al Centro Histórico de la ciudad “el barrio de los Virreyes”.
Por el ataque frustrado del Almirante Vernon (1741) y por la tradición de plaza fuerte del Caribe, Cartagena…” fue el principal objetivo de las reformas militares borbónicas en la Nueva Granada” …fue enorme la inversión que se hizo en fortificaciones…” “En los treinta años finales de la vida colonial se trabajó sin descanso en terminar el sistema de baluartes y las cortinas de murallas que hicieron de Cartagena la ciudad mejor fortificada de América, incluido el fuerte de San Felipe de Barajas, uno de los más costosos e imponentes de los construidos en las colonias americanas” (págs. 75/76).
Saltemos ahora al capítulo13 de la obra: “La Recuperación de Cartagena 1890/1900”.
Rafael Núñez impulsó mucho la recuperación de su ciudad nativa. En 1854…defendió con entusiasmo hacer de Cartagena un puerto franco…se puso en funcionamiento el muelle de la Machina…y más importante aún la construcción del ferrocarril Cartagena-Calamar, para facilitar la comunicación con el Magdalena.
Como se puede advertir es tan densa e ilustrativa esta biografía de Cartagena que me he ido quedando en sus páginas sin llegar al capítulo “La Ciudad en Marcha” 1990/2020 que refleja el optimismo sustentado de Múnera en el futuro de la Ciudad Heroica…Es el capítulo que el autor ha querido escribir desde siempre.
Dada la crisis de Colpuertos se estableció “un nuevo sistema portuario, basado en la ley 1 de 1991, que facilitó la creación de la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena, en 1993.” “Cambios profundos en el desempeño portuario vendrían como consecuencia de esa decisión”. En 2008, el Grupo Puerto de Cartagena inauguró su segundo terminal, Contecar, en la zona de expansión industrial de Mamonal” … Cartagena tuvo por primera vez en su historia dos grandes terminales operando al mismo tiempo y con desarrollos tecnológicos de última generación.”
En el contexto de la globalización y los avances tecnológicos se revolucionó el transporte marítimo mundial, y se generalizó el uso de contenedores como el método más adecuado de transporte de mercancías. Se ampliaron los barcos y el mismo Canal de Panamá.
Por cierto, ha sido el Grupo Puerto de Cartagena el que más rápido y mejor ha adaptado a esos avances. Un estudio de Anif es hoy de obligatoria lectura para comprender la dimensión de la transformación…”el Grupo Puerto de Cartagena es pionero en conectividad en Latinoamérica y el Caribe según la UNCTAD; primero es servicio a las líneas navieras en América, según el indicador CPPI del Banco Mundial; primero en carga movilizada en el gran Caribe, según la Cepal;…y conecta con 840 en 150 países…”…en el índice de Desempeño de los Puertos de Contenedores…según el BM y UIM el Grupo Puerto de Cartagena quedó de quinto en el mundo…Todo esto se ha logrado en termino de tres décadas en la región Caribe. “La excelencia de los trabajadores quedó demostrada”, remata con orgullo, el autor de “Cartagena. Una Ciudad Abierta al Mundo”.
Finalmente, hay que resaltar el crecimiento exponencial de la zona industrial de Mamonal…se construyó la refinería más moderna de América Latina y el sector petroquímico-plástico cuenta en total con 16 empresas grandes, 13 medianas, 154 microempresas y diez pequeñas, que generan más de 12.330 empleos en la ciudad.
En la página 234 aparece a colores una frase-bandera: Tengo la absoluta convicción de que la ciudad está en condiciones de dar un gran salto, como en otras épocas.
Es el mensaje de esperanza que envía a las nuevas generaciones el historiador que ha demostrado que la ciudad siempre rescata de su propia historia las fuerzas para construir un futuro a la altura de su pasado heroico.
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Al saltarme las páginas sobre Educación y Cultura pude ver una foto de Cenelia que despertó las añoranzas: fue como reabrir las puertas de la bohemia culta en La Quemada y oír la guitarra de Sofronín acompañando la voz de Cenelia que cantaba el bolero de mi bienvenida: Caribe soy, de la tierra del amor…