La Caribbean Shipping Asociaton, en diez ocasiones, ha distinguido, al Puerto de Cartagena como el mejor del Caribe. En el contexto del caos administrativo y la corrupción que ha vivido la ciudad esta noticia es como brisa que refresca. La Sociedad Portuaria de Cartagena inició labores en 1991 al amparo de la privatización de los puertos que impulso el gobierno Gaviria. Todas las proyecciones sobre el futuro de la movilización de carga han sido rebasadas. En 2019 se manejaron más de 3.5 millones de computadores y hay capacidad para operar más de 5 millones. Alberto Zuleta cita un conocido estudio de Fedesarrollo que destaca los encadenamientos productivos “hacia atrás vía insumos y hacia adelante por efecto del valor agregado… por lo que cada 100 pesos de producción del puerto aumenta en 343 la producción bruta nacional.” Esas cifras muestran la positiva influencia del puerto en el desarrollo nacional y en el progreso de Cartagena e incita a mirar también la ciudad industrial en el complejo de Mamonal, en donde sobresale la Refinería de Ecopetrol.
Asimismo, es notorio el mejoramiento de los servicios turísticos en Cartagena y de su dinámica cultural representada en el Festival de Música, en el Hay Festival, en la Universidad de Bellas Artes, en el Festival de Cine, en la escuela de periodismo que fundara García Márquez, en la Feria de Libros (Felicar), en sus Museos y Universidades. Todo eso nos muestra una ciudad que trabaja y suda, que produce y crea. Además, la elección del alcalde Dau convoca a superar los problemas de la Cartagena de los barrios marginados, de la falta de oportunidades, a la cual es obligante y urgente proporcionarle mejor calidad de vida. En fin, no es la de ahora la Cartagena de “vencejos” de que hablara ese poeta escéptico que fue el tuerto López.
Se podría seguir citando cifras y hablando de la alta tecnología que se utiliza en la empresa portuaria, pero hay que decir que ella ha estado gerenciada desde sus comienzos por Alfonso Salas Trujillo, un ingeniero eléctrico inteligentísimo, con una concepción clara de la misión que tiene entre manos y a cuya dedicación se debe el éxito de esta empresa que es hoy orgullo nacional. Siempre está pendiente de los avances y los retos del sector portuario. No se va a dejar sorprender por el futuro. Sobre su escritorio tiene valiosos análisis de expertos que le facilitaran seguir dirigiendo con tino su nave ya bien aprovisionada. Uno de sus consultores, Ricardo Sánchez, miembro de la ONU-Cepal, advierte sobre “... un modelo de transporte puerta a puerta, mas allá de una mera contenedorizacion”… y sobre el aumento del nacionalismo, la oposición a los acuerdos comerciales, el rechazo a la migración y los movimientos antiglobalización. Salas ha tomado como propio el reto que lanzara George Friedman en el 2012: “… si en la historia de su país ustedes quisieran hacer algo colectivamente para transformar su lugar en el mundo, yo diría que construir la infraestructura y hacer del Puerto de Cartagena uno de los más vibrantes de América Latina, revolucionarían su sociedad y los convertiría en un jugador global”.