Se conmemoran 200 años de la Independencia de los colonizadores de España o, por mejor decir, de la Batalla de Boyacá que permitió organizar en Bogotá un gobierno provisional, pero, como dice Jorge Orlando Melo, “seguían bajo control español Santa Marta, Cartagena, Antioquia y Cauca, Pasto, Caracas y Quito. En 1819 y 1820 las tropas patriotas recuperaron Antioquia y Cauca, y después de un armisticio de 1820, entre 1821 y 1823, Cartagena y Santa Marta hicieron la campaña que consagró la Independencia de Venezuela.”
El periodo de dominación española comprende 300 años de aislamiento político, comercial y cultural en el que no se advertía que el mundo se estaba reinventando con el advenimiento del racionalismo, lo mismo que el avance científico y cultural de países como Inglaterra, Francia y Alemania. Por ello la América Hispana quedó rezagada del desarrollo de Occidente. Como diría Álvaro Gómez, “No hemos marchado al ritmo del tiempo en la vanguardia de la historia”. En este lapso los conquistadores españoles nos trajeron la estructura del medioevo, la expansión de la cristiandad como título que justificaba la Conquista y unas instituciones y organización social que contribuyeron a ese proceso de aislamiento. Nuestro mundo solo era España.
La Independencia de la Nueva Granada se produce en el marco de un proceso de decadencia de España que venía desde la época de Felipe III, Felipe IV, Carlos II, hasta Carlos IV y su hijo Fernando VII quien conspiró contra su propio padre. Recordemos que las tropas napoleónicas invadieron a España en 1808 y que Napoleón hizo abdicar a Carlos IV y Fernando VII y ordenó apresarlos en Bayona, al sur de Francia, y luego designó rey a su propio hermano José Bonaparte a quien llamaban “Pepe Botella”. Entonces se produjo un vacío de poder como consecuencia de la crisis en la titularidad de la monarquía que precipitó sucesivos movimientos de autogobierno a través de las juntas que se fueron conformando en estos territorios que desconocieron a las autoridades nombradas desde España, lo que condujo a lo que se conoce como “grito de la independencia” del 20 de julio de 1810; día en el que se arrestó al Virrey Amar y Borbón. En el proceso de la Independencia se destaca como hecho curioso y singular que los indígenas y los negros eran partidarios de mantener el orden colonial, o sea, de seguir viendo al Rey de España como un mecanismo de protección contra los abusos de los blancos y los criollos.
Después vino la Reconquista en 1815 ordenada por el Rey Fernando VII, que fue un periodo de crueldad y medidas despiadadas, hasta la Independencia lograda en 1819.
En el entretanto se desarrolló el Congreso de Angostura que expidió la Ley Fundamental de la República de Colombia a instancias del Libertador Simón Bolívar el 17 de diciembre de 1819, cuyo territorio quedaba dividido en tres departamentos: Venezuela, La Nueva Granada y Quito, que no puedo enviar delegados porque su territorio no había sido liberado.