Chómpiras y Botija | El Nuevo Siglo
Jueves, 23 de Mayo de 2024

El concepto del tal golpe blando sí existe. Pareciera que fuera una palabra inventada y tomada de una especie de neolengua orwelliana. Se le llama así al golpe de Estado no tradicional, el que no es de frente sino más bien conspirativo y que implica la suma de muchos hechos para desestabilizar al Estado.  Esto también es posible hacerlo desde adentro como sugieren muchos analistas y políticos. Y, en ese caso sería un autogolpe blando y añadiría que requiere estar “interinstitucionalmente coordinado”. El concepto lo inventó el politólogo Gene Sharp. Curiosamente tiene origen también en la organización de grupos de activistas que aparentan estar a favor del gobierno y políticas de turno, pero están trabajando en contra del gobierno por instrucciones del mismo gobierno… ¿raro no?

Tal vez esto explica todos los casos de coordinación interinstitucional para robar como en el caso de la UNGRD y el Congreso y quién sabe quien más. Pero quién pensaría que todos esos delincuentes de cuello blanco y con cara de bobos se prestaran para aparentar que están desalineados con el gobierno y sus reformas, y que las detestan totalmente cuando en la realidad están del lado del gobierno. Y, esto no necesita mucha evidencia… hoy el Congreso está presidido por dos bandidos, tanto en la Cámara de Representantes y el Senado de la República. Instituciones que de honorables no tienen nada. Y esos dos sujetos siguen ahí ejerciendo y haciendo las leyes mientras se aferran a sus puestos y se decide sobre las vergonzosas acusaciones de corrupción que ni los inmutan.

Este par me recuerda al Chómpiras y Botija de la popular serie de televisión “Los caquitos”. Uno ya lleva casualmente en su cédula el nombre de un peligroso narcotraficante oriundo del Caquetá y miembro del cartel del Medellín el señor Leonidas V. En este caso se antepone a ese mal recordado antropónimo el sustantivo propio “Iván” para que resulte un “Iván Leonidas”. Un tipo que ya parece más es una empanada de pipián a punto de reventar que todo un maestro de la política. Este es por supuesto Botija… El otro bandido y que debería estar en la calle o la cárcel, en honor a su apellido, es Andrés Calle. Este es Chómpiras con cara de niño bueno y siempre sonriente. Este par de personajes presuntamente iban en el negocio, y, siguiendo con la teoría del autogolpe blando, coadyuvaban a cometer uno de los mayores escándalos de corrupción. Aunque no se sabe realmente qué escándalo se lleva ese trofeo. Ambos, Chómpiras y Botija aparentaron estar en contra e indignados por muchas de las políticas y proyectos de reforma del gobierno, y se rasgaron las vestiduras, declamaban conmovedores discursos emulando a J.E. Gaitán, pero resultó una farsa completa. Más real Milli Vanilli, - ese famoso e inexistente dueto alemán que llegó a obtener un Grammy -   que las aparentes intenciones de este par de presuntos delincuentes.

Si se comprueba la participación de ese par en el robo de la UNGRD no deberían quedar registrados y con autorretrato en los anales del Congreso sino en los de La Picota…

juanfelipereyes@hotmail.com