Cuando escribo esta columna no sé, ni puedo adivinar como se desarrollaron las actividades programadas para el día 21 de enero, y desde lo profundo de mi corazón deseo que todo salga como lo esperamos: con orden, control, colaboración, mucho entendimiento y que los protocolos establecidos por la señora alcalde hayan tenido un buen recibo y sirvieran de base para iniciar una nueva era en el tema de las protestas sociales. Eso sería un punto de quiebre hacia otras ciudades, porque lo sucedido en Bogotá repite en todo el país.
No obstante el optimismo que me embarga, quiero aun de cara a un éxito rotundo, hacer algunas observaciones o consideraciones buscando que lo logrado se pueda potenciar, o por lo menos pongo sobre el tapete, algunos puntos que creo necesario aclarar. Iniciamos por la sanción social para quienes alteren la tranquilidad e inciten a la violencia, recurso orientador venido de los organizadores en compañía de madres denominadas gestoras de paz, ¡buen recurso! y más si estas señoras, de verdad, están dispuestas a encarar grupos irritados y cumplidores de consignas agitadoras. Sería saludable que tengan un formato sobre cómo actuarán y en qué circunstancias, para evitar irrespetos y hasta agresiones para las damas que, de buena voluntad y animadas de civismo, aceptan tamaña responsabilidad. Por favor no vayan a improvisar en esta estrategia.
En cuanto a los gestores de convivencia de la administración, identificados como segundo renglón para enfrentar el inconveniente, doy por descontado que han recibido suficiente capacitación y son conscientes que reciben un grupo que acaba de deslegitimar la intervención social y moral utilizada por las madres y demás apoyos; es decir, ya tienen como interlocutores a grupos exaltados y tal vez violentos, que pueden en determinado momento responder con embestidas físicas. Excúsenme si estoy exagerando, pero es que conozco la operación y se de las respuestas generalizadas en esas circunstancias.
Y ahora, como tercera alternativa, viene la Fuerza Disponible, unidad creada hoy y puesta al servicio como gran descubrimiento aunque tiene un largo pliego de antecedentes, pues le precedió en la historia policial al Esmad. Fuimos muchos los hombres que prestamos servicio en la Fuerza Disponible y la experiencia de fracasos, desastres y desgracias físicas motivaron la creación, formación, capacitación y equipamiento del Escuadro Móvil Antidisturbios. Recapaciten y no vayan a exponer hombres mal equipados y sin recurso de defensa a una carga desenfrenada dirigida por agitadores profesionales.
Que el Esmad entra de último ante la violencia es lo más lógico, pero recuerden estos hombres no quieren asistir al encuentro, los mandan, les ordenan y ellos cumplen. No van motivados por fuerzas extrañas ni por dinero solo los anima defender la ciudadanía. Pero como todo saldrá bien, estos puntos para la posteridad. Gracias.