La semana pasada se llevó a cabo la última reunión anual de comandantes de departamentos de policía en Colombia, teniendo a Bogotá como anfitriona y base de análisis, un evento que subrayó la responsabilidad de nuestra institución en la defensa del orden público, la vida, la honra y los bienes de los ciudadanos.
Este encuentro, más allá de ser una tradición institucional, constituye un espacio esencial para debatir, concertar y proyectar estrategias, ante los desafíos que enfrentamos como país. El señor Director General de la Policía, junto con los comandantes, aprovecha estas sesiones para analizar la eficacia del servicio, implementar planes específicos de cara al cierre del año y delinear el camino sobre el año venidero, aunque para muchos ciudadanos esta actividad pueda pasar desapercibida, ante el gobierno y la fuerza pública, es una herramienta invaluable para enfrentar las múltiples manifestaciones delictivas en toda su extensión y modalidades.
Se, trata indudablemente, de una herramienta de proyección institucional, pues estas reuniones se han convertido en un pilar dentro de la doctrina policial, guiando a los mandos centrales y departamentales hacia un entendimiento integral de las problemáticas regionales. Este análisis conjunto permite ajustar estrategias y operativos que reflejan una lectura precisa de las necesidades sociales y de seguridad, convirtiéndose esencialmente en un laboratorio de ideas audaces, donde se diseñan nuevos modelos de vigilancia y tácticas innovadoras, apoyadas en tecnología de punta, siempre con un profundo compromiso por parte de quienes lideran la institución.
En esta ocasión, el director General William Salamanca, introdujo un concepto que trasciende lo inmediato y abre la puerta al futuro, con visión y determinación: planteó una iniciativa que se proyecta hasta el año 2050. Este enfoque no solo incluye los desafíos presentes, sino que también imagina el papel que desempeñará la Policía Nacional en un contexto globalizado, con retos transnacionales y una cooperación internacional fortalecida para esos años venideros, el director mira con optimismo y certidumbre una policía soportada en profesionalismo a ultranza.
La propuesta presentada nos invita a reflexionar sobre el tipo de policía que queremos consolidar para las próximas generaciones. Salamanca habló con determinación sobre la importancia de valores como la vocación, la disciplina y la abnegación, destacando el rol creciente de la mujer en la institución y su impacto transformador.
Además, subrayó la necesidad de fortalecer la lucha contra el crimen organizado y otras amenazas globales mediante la innovación y la profesionalización constante.
Esperamos que esta visión sirva como un marco conceptual y una ruta de desarrollo no solo para nuestra policía, sino hacia todas las instituciones comprometidas con la seguridad y el bienestar del país. La iniciativa del Director General no solo inspira, sino que también reafirma nuestro compromiso con una Colombia más segura, en paz hoy y en el futuro.