De Crimea a “Ingrid Peraloca” | El Nuevo Siglo
Jueves, 3 de Febrero de 2022

Escribíamos la otra vez que el nuevo Zar de Rusia, el señor Putin, en su particular Derecho de Gentes ha desarrollado el principio Putin Possidetis Juris (que traduce: “tal como se le da la regalada gana al hijo de Putin, así se hará”), y empezó en el año 2014, cuando anexó, sin disparar más de un tiro, a Crimea, luego de hacerla separar de Ucrania, reviviendo la tristemente célebre guerra fría; ahora, amenaza con todos los fierros con tomarse Ucrania entera, paso esencial para ir recuperando los países que se le fueron desalineando a la antigua URSS. Sabe que la oportunidad la pintan medio calva     -como él- y que, si no aprovecha a ese nuevo James Carter que duerme plácidamente en la Casa Blanca, cuando regrese Trump, u otro, la cosa va a ser a otro precio.

Lo propio debe estar pensando el otro dictador, el chino Xi Jinping, con respecto a Taiwán, que se le desalineó a Mao Zedong desde octubre de 1949, cuando el gobierno del Kuomintang, liderado por Chiang Kai-shek, tuvo que refugiarse en la isla de Formosa, huyendo del comunismo y construyendo una exitosa democracia moderna y capitalista; y cuando en Taipéi empezaron el año pasado a hablar de “independencia de la China Continental”, Xi Ping contestó, ipso facto, como en chan con chan: !ello significa guerra! Y quién dijo miedo, pues sería como una guerra entre un elefante y una lagartija. Mejor dejen así, mis chinitos queridos.

Post-it. Tenía antes en buen concepto a Madame Ingrid Betancur. Buena parlamentaria, interesante disertadora, agradable y fina escritora (me gustó La Rage au Coeur), pero me empezó a desconcertar. En su secuestro se le vio como la reencarnación del pobre Peraloca, a quien “se le dijo, se le recomendó, se le advirtió” que si seguía en su alocado camino hacia la selva, la iban a secuestrar; le hicieron firmar un documento de advertencia, creo que al presidente Pastrana sólo le faltó arrodillársele para que regresara y la muy terca se metió a la boca del Mono Jojoy, como si se creyera Yayita en las aventuras de Condorito. Sobrevivió de milagro y fue rescatada por Uribe, muy a pesar del accionar y actitud pre y post trauma de doña “Tremebunda”, su insufrible señora madre. Y aún así tuvo la desfachatez de instaurar demandas y ahora dizque de ser candidata presidencial, cuando anda en la nebulosa parisina y su reino ya no es de este mundo político.

Post-it 2. Siquiera nos eliminaron antes de ir a pasar vergüenzas dentro del selecto grupo de invitados al Mundial de Catar. Pero existe algo raro y sospechoso, como si se tratara de un fenómeno sobrenatural en torno de este proceso eliminatorio. Quienes sabemos que las brujas sí existen nos atreveremos a pensar que nuestros enemigos externos, que no pudieron tumbar a Duque -aunque le enterraron miles de alfileres a su muñeco- parecen mantenerse en aquelarre permanente, en Caracas y en la Habana, para que Colombia nunca gane, aun teniendo una temible artillería, pero que reiteradamente muestra que no le hace un gol al arco iris. ¡Nos rezaron! Pero igual se me viene a la memoria, no sé por qué, el disco de infancia “a la Rueda, rueda”.