De la luz led a ‘cisne negro’ | El Nuevo Siglo
Viernes, 8 de Septiembre de 2023

Contemplando La Odisea (Homero), las Metamorfosis de Zeus (Ovidio) y la Leda Atómica (Dalí), recuerdo que las sirenas seducen cantando fusiones, en corto, y que la exigente liberación del mercado terminó apretando, tanto más, las ataduras de los infaustos ciudadanos. Ahora, la prospectiva energética no debería menospreciar a los llamados “patitos feos’ porque éstos podrían transformarse en “cisnes negros”.

La revista Lee, del Instituto de Ciencia y Tecnología de Corea (KIST), publicó dos artículos anunciando la invención de un superconductor, denominado LK99, que funcionaba a presión y temperatura ambiente (arxiv.org, 22/7/2023): algo relevante porque resolvía un problema fundamental en la gestión de los recursos energéticos y electrónicos.

Para ilustrarlo, comparadas con las lámparas LED, las bombillas incandescentes tenían menor duración, mayor consumo de electricidad y excesiva emisión de calor. Además, en nuestra cotidianidad, el mencionado calentamiento de los circuitos colapsa a los teléfonos inteligentes, y ralentiza el procesamiento de las computadoras portátiles.

Ahora, la creación reportada fue parcialmente destruida. Aunque defraudó, ese giro en la espiral áurea de revoluciones tecnológicas ilusionaba, pues el LK99 tiene una estructura cristalina hexagonal, análoga a la del grafeno, un material que ameritó el Premio Nobel de Física otorgado, en 2010, a Andre Geim y Konstantin Novoselov, dos científicos rusos vinculados por ese entonces a la Universidad de Mánchester.

Avanzando en conclusiones, la resistencia al flujo eléctrico equivale a derrochar energía, tal como hacen las fricciones tecnócratas que limitan la visión y evolución en estos sectores, estratégicos para la soberanía, competitividad y sostenibilidad.

En la naturaleza el oro es tan escaso como demandado para estas aplicaciones; por eso era importante descubrir fuentes sintéticas y baratas, como el LK99 -cuya receta ocupa una página, no requiere insumos exóticos y tarda en prepararse poco más de un día-, que prometía apalancar el desarrollo de baterías fácilmente recargables, vehículos de levitación magnética, computadores cuánticos y aceleradores de partículas.

La cereza del pastel la aportaría otro Nobel de Física, debido a la concepción del LED de “Luz Azul” -note el palíndromo-, Shuji Nakamura, quien comprometió a su empresa, Blue Laser Fusion, a tener en operación un reactor nuclear a la vista (2030), para disponer la magia de las estrellas al alcance de sus manos, y producir energía que excediera a la gastada para generarla, calentando un combustible -boro, que no produce neutrones peligrosos- gracias a la amplificación extraordinaria de un haz de Luz coherente, mediante emisión inducida (láser).

Mantengámonos actualizados sobre los verdaderos cambios en energía limpia y sostenible. Por ahora, Estados Unidos patrocina la creación de un láser de 500 kW de potencia, mediante Lockheed Martin, para destruir enemigos mientras que, en el marco de la guerra de los microchips, China está interrumpiendo el suministro global de Germanio, entre otros recursos esenciales, para garantizar la innovación/producción de fuentes eléctricas y dispositivos electrónicos.