En el mundo de hoy la mayor parte de los refugiados provienen del Medio Oriente, en particular de Siria, en cuya región “se crearon fronteras artificiales que fueron delineadas por las potencias europeas pasando por encima de estructuras culturales y étnicas milenarias”. También provienen de países como de Afganistán, Sudan del Sur, Somalia, Libia e Irak que algunos consideran Estados fallidos.
En América Latina este fenómeno se esta dando con particular énfasis en Venezuela, cuya crisis política ha provocado una diáspora que ha obligado a más de tres millones de venezolanos a buscar refugio en países como Colombia Brasil, Ecuador, Perú, Chile Panamá, España y Estados Unidos, entre otros. En Colombia hoy se registra más de un millón de venezolanos con esa condición y hay que destacar como loable el esfuerzo que adelantan las autoridades del orden nacional y regional para brindarle atención básica a los refugiados venezolanos a pesar de que el apoyo prometido por la comunidad internacional no ha sido tan efectivo.
En Centroamérica de tiempo atrás y especialmente en la época de la confrontación armada que vivieron Guatemala, El Salvador y Nicaragua fueron muchos los que por causa de la violencia salieron de tales países hacia Estados Unidos. Del mismo modo, México ha acogido a refugiados y migrantes de estos países por la necesidad de encontrar espacios laborales, y también hay que reconocer que en distintos casos huyen de la “violencia interna generada por bandas criminales y la disputa entre muchos de estos grupos por el control de las rutas del narcotráfico”.
Es conocido que la inmigración mexicana es la más alta de la que históricamente ha llegado a los Estados Unidos. Este fenómeno migratorio básicamente ha tenido un carácter laboral en las últimas épocas por que ha estado asociado a la oferta y demanda de trabajadores a un lado y otro de la zona de frontera. Los trabajadores que se ocupan de atender oficios, o sea, los que prestan servicios temporales, que luego regresan a sus comunidades de origen, representan el grupo poblacional más grande del flujo migratorio hacia el gran país del Norte. Es lo que algunos identifican como migración temporal que es el paso anterior a la migración permanente.
Otro grupo poblacional que migra hacia los Estados Unidos es el de los indígenas, quienes no se consideran latinos, sino más bien afines a los indígenas estadounidenses.
Estas comunidades, por el choque cultural que muchas veces se presenta, han provocado conflictos de comportamiento y, en diferentes casos, las autoridades de allá los asocian con redes del tráfico de estupefacientes. Por ello la inmigración de mexicanos, de centroamericanos y de Latinos en su conjunto es vista como un problema de seguridad nacional por los gobiernos norteamericanos.
A pesar de las dificultades que en diferentes casos ha generado la inmigración ilegal de mexicanos hacia Estados Unidos, creemos que no resultan apropiadas las medidas anunciadas por el gobierno de Trump de imponer un arancel del 5% a los productos que ingresen desde México hasta alcanzar el 25% en octubre próximo. Se requiere de un plan de reforma migratoria y de cooperación entre los dos países.