Hasta hace relativamente poco, a las mascotas en Colombia sólo se les permitía entrar a la Iglesia -siempre y cuando acreditaran su condición católica- aunque no les fuera bien porque, como bien dice el dicho “les iba como a los perros en misa”; tenían vedado su ingreso a los buses urbanos y al sistema masivo, hasta que la ley 769 de 2002 y de postre la Sentencia C-439 de 2011 de la Corte Constitucional, con ponencia del -dizque de avanzada- magistrado Henao, las subió de patas al bus y últimamente ya las están dejando entrar a los centros comerciales antes de que otra sentencia semejante decida “legislar” sobre la materia, y luego las veremos merodear a sus anchas por los supermercados mostrando, obviamente, sus preferencias reveladas por los pasillos de carnes y embutidos.
Ahora se pretende presentar una iniciativa parlamentaria que se ha dado en llamar EAA -Establecimientos Amigables con los Animales- para meterlos en los restaurantes, modificando el artículo 265 de la ley 9 de 1979 que expresamente prohíbe su ingreso a lugares que expendan alimentos. Ya los veremos sentados a manteles en las mesas de los comensales que antes eran de raza humana.
Ha sido una labor de filigrana que han montado los animalistas, que ya acabaron con los circos -pues no pueden exhibir fieras, que era su atracción central- y seguramente tampoco existirán zoológicos, porque los animales deberían estar en su estado natural, es decir, en la selva, sin Dios ni ley, luchando por vivir. También quieren acabar con la fiesta brava, y cuando ello ocurra, las más de tres millones de reses de lidia que existen sobre la tierra pasarán automáticamente al matadero, porque nadie va a sostener un animal que vale en promedio $ 20 millones, a cambio de nada y nadie va a mantener unos toros pastando para exhibición. Y las cientos de miles de personas que viven del espectáculo pasarán a la economía informal, o morirán de hambre.
Pero, el colmo lo hemos visto, con estupor, en el noticiero de esta semana: American Airlines se vio obligada a permitir en Chicago el ingreso a una de sus naves de una señora acompañada de su mascota, un caballo pony, dizque porque era “apoyo emocional”. ¿Por qué no se le ocurriría a la muy “Pepa Cortisona” montarse en él e irse a lomo para su destino, o en un camión pegaditos la una del otro? No sabemos si al equino, que se veía nervioso en la foto, le dio por aliviar sus intestinos y riñones al aire, parte de sus derechos humanos fundamentales…
Post-it. Tremendo cantante nos acaba de abandonar. De los grandes de nuestra época solo quedan Julio Iglesias, Raphael, José Luis Perales, Roberto Carlos y Miguel Bosé, porque José, entiendo, murió hace 30 años, pero aún lo tienen conservado en alcohol. Qué grande Camilo Sesto, con maquillaje y todo. Contigo “muere algo de mí, algo así como una fresa salvaje, con cuerpo de mujer”.
Post it 2. Y antier se nos fue otra compañera de Comunicación Social: María Victoria López Villegas. Paz en tu tumba, querida “Toyita”.