Derechos de los toros y aborto (I) | El Nuevo Siglo
Martes, 14 de Febrero de 2017

A propósito de la discusión sobre los derechos de los toros, encuentro un discurso del

Senador republicano por Oklahoma, James Lankford, hace un  tiempo cuando se publicaron videos en los que aparece que Planned Parenthood comercia con partes de bebés abortados. Copio a continuación en dos partes ese discurso memorable. Va la primera:

Dijo Lankford:

“Hace unos días un grupo de activistas  de defensa de los animales se reunió cerca de un centro de investigación en el que se utilizaban animales para pruebas. Los activistas se reunieron cantando y con pancartas en las que protestaban: ‘no es ciencia, es violencia’ o  ‘los animales tienen derechos. Ahora comenzamos nuestra lucha’ mientras protestaban para proteger la vida de los animales utilizados en ese centro de investigación.

Entiendo sus razones, pero quisiera trasladarlas al contexto de algo que sucedió esta semana, un video en el que apareció que una organización llamada Planned Parenthood  está utilizando niños que han sido abortados, enviando sus cuerpos a ‘centros de investigación’, o vendiendo partes de sus cuerpos para ser utilizados para investigación. Pero no son ratones ni ratas de laboratorio, son niños que han pasado por el horroroso proceso del aborto.

Esta mañana aquí, en una discusión sobre apropiación de fondos, el presidente y yo dimos una extensa charla sobre los derechos de las ballenas; luego escuchamos otra interminable charla sobre la matanza de caballos que deberían ser ‘humanamente’ sacrificados. Pero mientras esa charla transcurría, había niños siendo abortados con un instrumento que entra en la madre y desmiembra a un niño, pero cuidadosamente protege ciertos órganos porque estos dejan mucha ganancia al vendedor.

El argumento para matar a ese bebé es que realmente no es ‘bebé’, que es lo que siempre nos han dicho, sino un feto o tejido, no un ser humano. Solamente es tejido  y la mamá pude decidir qué hacer con ese tejido. Pero luego toman ese tejido y lo venden como órganos humanos que se usan para investigación. No se puede decir primero que ‘eso’ no es humano y al minuto venderlo como órganos humanos, porque ahora sí es humano. Siempre fue un ser humano, nunca hubo un momento en que no lo fuera. Fue siempre un bebé. Es una paradoja tratar humanamente a los animales como en el sacrificio de caballos y pasar por alto a los niños que son despedazados en el vientre de sus madres y sus partes vendidas.

Así es como sucede: una madre llega a un centro, da su consentimiento de hacerse un aborto y llena una solicitud. Luego escogen a unas de las mamás  -no sabemos exactamente cómo las escogen-y les solicitan dar su consentimiento para donar los restos del bebé después del aborto para ser usados con fines de investigación. En el video que salió esta mañana se dice que eso es ‘reconfortante’ para algunas mamás y distrae lo traumático del aborto porque es para un bien mayor ya que esos restos serán utilizados para investigación con el fin de salvar a otros niños. Otra ironía: argumentar que está bien desmembrar un niño en un aborto con la idea de que ojalá se pueda ayudar a otro niño en el futuro pero  omitiendo lo importante: el niño está allí y se le debe ayudar protegiendo su vida.” Continuará.